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miércoles, mayo 8, 2024

Cardenal Eduardo Pironio, hijo dilecto de 9 de Julio

Cardenal Eduardo Pironio
Cardenal Eduardo Pironio

Hoy se cumple un nuevo aniversario del nataliciodel Cardenal Eduardo Pironio, quien nació en 9 de Julio, el 3 de diciembre de 1920. Figura destacada de la Iglesia Argentina y a nivel internacional, desde hace varios años en la Santa Sede se lleva adelante su proceso de beatificación y se le atribuyen ya su intercesión en varias gracias y favores recibidos.

El hecho que ha sido, sin dudas, más comentado es la curación de un bebé de quince meses, quien había ingerido purpurina y tenía muy pocas probabilidades de vida: Los pronósticos médicos auguraban que, de sobrevivir, quedaría con graves secuelas renales y hepáticas. Doloridos con semejante noticia, los jóvenes padres -cuyos nombres se mantienen en reserva- pidieron la intercesión del cardenal Eduardo Pironio con la oración de una estampita que alguien les había hecho llegar. Para su sorpresa, y la de los médicos, el bebe mejoró rápidamente y a los trece días fue dado de alta.
El niño no tuvo ninguna secuela de aquel episodio. La familia está convencida de estar frente a un milagro obtenido gracias a Pironio y así lo comunicaron a quienes tramitan ante la Santa Sede su causa de beatificación.

SU VIDA

Había nacido en el hogar de los esposos José Pironio y de Enriqueta Buttazzoni. Sus estudios primarios, los cursó en el Colegio Cavallari, en su ciudad natal hasta que, respondiendo al llamado vocacional, ingresó en el Seminario de La Plata, junto a su primo Alfredo.

Recibió el Presbiterado en la Basílica de Luján, el 5 de diciembre de 1943. Cuatro días después ofició su primera misa en la parroquia de 9 de Julio.
Prosiguió, años después, su formación en Roma, en el Pontificio Ateneo «Angelicum», donde de licenció en Teología hacia 1954. En la diócesis de Mercedes, sirvió a su obispo en las cátedras del Seminario Pío XII, y en otras muchas tareas. Luego, se le designó consultor diocesano, director del Boletín Eclesiástico, asesor de Acción Católica, y vicario cooperador en Las Heras, formando parte de la familia pontificia con el título de Prelado Doméstico de Su Santidad. Cuando monseñor Tortolo fue nombrado obispo auxiliar de Paraná, monseñor Serafini nombró a Pironio provisor y vicario general de Mercedes.
Fue director y profesor del Instituto de Teología de la Universidad Católica Argentina y, el 22 de diciembre de 1960 se le confió la rectoría del Seminario Metropolitano de Buenos Aires.
El 31 de mayo de 1964, fue consagrado obispo; para servir, primero, como auxiliar del arzobispo de La Plata, como titular de la Iglesia de Ceciri. En abril 1972, fue nombrado obispo de Mar del Plata, luego de pasar, en momentos decisivos por la diócesis de Avellaneda, como administrador apostólico.
Presidió el CELAM y participó de nueceros encuentros que fueron relevantes para la Iglesia Latinoamericana del postconcilio.
El 20 de septiembre de 1975, el Papa Paulo VI, lo designó Pro-Prefecto de la Sagrada Congregación de Religiosos e Institutos Seculares. Así, pasó a integrar la Curia Romana, como arzobispo titular de Tiges. Fue creado cardenal, el 24 de mayo de 1976, con el título de los Santos Cosme y Damián.
En abril de 1984 el Papa Juan Pablo II le confió la presidencia del Consejo Pontificio para los Laicos, dicasterio en el que permaneció hasta agosto de 1996. En 1995, asimismo, integraba el Consejo de la IIª Sección de la Secretaría de Estado y era miembro de las Congregaciones para las Causas de los Santos, para las Iglesias Orientales, para los Obispos, para la Educación Católica y para la Evangelización de los Pueblos; y consejero de la Comisión Pontificia para la interpretación de los Textos Legislativos.
Poco después, el papa Juan Pablo II lo promovió al Orden cardenalicio de los Obispos, confiándole la diócesis suburbicaria de Sabina Poggio Mirteto. Falleció en Roma en febrero de 1998. Sus restos descansan en la Basílica de Luján.

Existen numerosas publicaciones, aunque no extensas, acerca del protagonismo del cardenal Pironio. Entre algunas de fácil acceso, pueden consultarse: “La Semana”, nº 94, Buenos Aires, 16 de agosto de 1978; “El 9 de Julio”, nº 15332, 9 de Julio, 23 de marzo de 2002, pág. 6; “El Día”, nº 338, La Plata, 6 de febrero de 1998; “Clarín”, Buenos Aires, 6 de febrero de 1998, pág. 32; “La Nación”, nº 45.356, Buenos Aires, 6 de febrero de 1998, pág. 10; “La Nación”, nº 45358, 8 de febrero de 1998, pág. 11; “La Capital”, Mar del Plata, 8 de febrero de 1998, pág. 10; “La Nación”, nº 45365, 16 de febrero de 1998, pág. 21.

Fuente para los datos biográficos: «Historia de la Diócesis de 9 de Julio», por Héctor José Iaconis.

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