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jueves, abril 18, 2024

LOS ÑOQUIS DEL 29 Qué nos pasa a los argentinos que estamos tan insensibles a todo?

gallollorente-eduardo

NOTA DE OPINION

Tal como lo he manifestado varias veces en esta columna la Argentina es un país inviable. Uno de los principales motivos de esta dolorosa afirmación es que ocho millones de trabajadores privados deben mantener a casi 20 millones de compatriotas que reciben todos los meses un cheque del Estado. Esto no siempre fue así. Hasta la década del 90 los empleados privados eran aproximadamente la misma cifra pero los públicos, jubilados y planeros eran 12,5 millones. Durante el último gobierno, Cristina regaló jubilaciones sin aportes, entregó una cantidad increíble de planes y jubilaciones por discapacidad como si hubiéramos sufrido no una guerra sino tres o cuatro y se incrementó la cantidad de empleados públicos.
En tres años de gobierno Macri no ha podido o no ha querido por motivos políticos disminuir el gasto público. Lo lamentable de esta situación es que si gana alguna de las alternativas opositoras con cierto grado de posibilidad en las elecciones del año próximo todas proponen más y no menos Estado.
Según el periodista Andrés Oppenheimer, con el cual coincido plenamente, lo peor que nos dejó el gobierno de CFK no fueron los innumerables casos de corrupción sino el engaño. Engañó a muchos argentinos haciéndoles creer que se podía vivir casi sin pagar la electricidad, el gas, el transporte público, el futbol por televisión, los peajes, etc. Esto es el populismo barato, espurio, berreta o como quiera usted llamarlo amigo lector, no es sustentable en el tiempo, sirve para ganar elecciones pero no es una política sana a mediano y largo plazo, todo se va deteriorando lenta o rápidamente.
Todo esto lo han hecho muchos gobiernos porque la política es un poco el arte de mantenerse en el poder pero el gobierno de Cristina lo llevó al paroxismo, a la plenitud, engañando a muchos y robando a dos manos.
Qué nos pasa a los argentinos que no nos importa la corrupción? Algunos dicen todos roban pero yo estaba mejor. Tenía luz y gas casi gratis y futbol sin que nos secuestraran los goles, como decía Cristina.
Qué nos pasa a todos los compatriota que somos tan individualistas que mientras estemos mejor nosotros no nos interesan los demás?
Qué nos pasa a los argentinos que una señora con cinco o seis procesamientos por causas graves de corrupción tiene más de 30% de imagen positiva?
Qué nos pasa a todos que pensamos que la corrupción es algo inevitable en todos los gobiernos?
Para ejemplificar esto voy a referirme a un solo hecho transcurrido hace unos días. Una empleada del Congreso con 20 años de antigüedad, asesora del Senador Juan Carlos Marino, (UCR-La Pampa) lo denunció por haberla manoseado y por acoso sexual. El Senador desmintió públicamente la denuncia. Claudia Guebel, la denunciante, declaró que trabajaba en su casa e iba una vez por mes para que le certificaran la prestación de servicios, como se dice en la jerga del empleo público. Admitió veladamente que es un ñoqui o al menos semi-ñoqui, como nos referimos todos en este país a los empleados públicos que concurren una vez al mes los 29 para cobrar su sueldo.
Quiero decir que más allá de no dudar de su denuncia de manoseo y acoso por parte del Senador radical, me gustaría resaltar que la corrupción a todo nivel es tan aceptada en la sociedad, que a nadie o a casi nadie le llaman la atención estos hechos. Esto no es exclusividad del radicalismo sino de toda la clase política enquistada y rapiñando del Estado. No he escuchado manifestaciones o aclaraciones de la UCR, de la Presidencia del Senado o del periodismo especializado con respecto a esta situación. No me refiero al presunto acoso sino a lo inmoral que es no ir a trabajar y cobrar un sueldo del Estado. Si Discépolo resucitara y viviera en esta Argentina del siglo XXI debería escribir una versión aggiornada del tango Cambalache: “Da lo mismo el que labura noche y día como un buey que el que vive de las minas … o tiene un empleo público.” Afortunadamente no todos los servidores públicos son así.

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