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jueves, abril 25, 2024

Julieta Sánchez: “la literatura me despojó de todas mis certezas”

El novelista Joseph Conrad sostenía que la tarea de un escritor, particularmente, aquel que prefiere el género de la novela, consiste en hacer oír, sentir y, ante todo, ver aquello que se desea transmitir al lector, a través del poder de la palabra escrita (Cfr. Francis Scott Fitzgerald, “Afternoon of an Author”, August 1936). Quien se dispone a leer las obras editadas, hasta el momento, por la escritora Julieta Sánchez, radicada en esta ciudad, especialmente sus dos novelas (“El angel” e “Hijas de Dios”, ambas editadas por el sello “Modesto Rimba”) encuentra ese atributo del buen escritor.
Es posible, pues, adentrarse en la dimensión mágica de sus textos y, merced a un cuidado estilo, oí, ver y sentir aquello que la escritora pone en sus personajes y el discurrir del texto. Una voz propia, personal y definida, no siempre fácil de hallar en los novelistas, se advierte con facilidad en la obra de Julieta Sánchez; se encuentra tempranamente en “El Angel” y persiste en las dos últimas producciones literarias que ha visto la luz de la prensa este año: “Hijas de Dios” y “Lucas, el encontrador”.
En diálogo con EL 9 DE JULIO, Julieta Sánchez se refiere a su vocación por la literatura y por el oficio de escribir.

LOS PRIMEROS PASOS
Julieta comenzó a escribir hace unos cinco años, a partir de un taller realizado con Adriana Romano.
“Siempre -explica- me gustó leer, pero hasta entonces no me había animado a escribir. A partir de un trabajo terapéutico surgió la necesidad de poder contar, de alguna forma, ciertas cuestiones”.
Primero se orientó a escribir algunos cuentos de manera autoreferencial; no obstante, de la mano de Romano, se introdujo en género de la novela.
“Los cuentos que escribía eran algo así como el comienzo de una novela. Así fue que, me animé, y escribí mi primera novela”, dice.
Los primeros cuentos escritos por Julieta estaban orientados al lector adultos; aunque no tardó en comenzar a escribir para niños, ocasión en la que surgen “El perro que no sabía ladrar” y “Lucas, el encontrador”
“Leo mucho. Cada cosa que leo me gusta y me invita a ponerme en la piel del escritor”, comenta.

EN LOS LECTORES ADOLESCENTES
“El Angel”, su primera novela, como también “Hijas de Dios”, han calado hondo en el público joven. Incluida como obra de lectura en establecimientos de enseñanza secundaria de esta ciudad, recibieron una buena acogida por parte del público adolescentes.
Al respecto, la entrevista reconoce que, “si bien uno, cuando escribe, conoce de antemano cuál es el público al que desea llegar con su obra”; en su caso, no imaginó que podría llegar a tantos adolescentes.
“Desde luego -añade-, me gusta que sea un público que pueda acercarse a la literatura a través de algo diferente, respecto de lo que están acostumbrados a leer. Me interesa que, el lector, tenga que volver sobre el texto, releerlo para realizar una mejor comprensión”.
En efecto, Julieta, siente predilección por el lector que pone especial acento en comprender el texto, interpretar los detalles implícitos en el contenido, en el fondo del desarrollo discursivo.

“HIJAS DE DIOS”
Su segunda novela, “Hijas de Dios”, aunque lleva poco tiempo de circulación, pues fue editada este año, ha llegado a mucho lectores. Concerniente a su temática, la autora, refiere que, “se trata de un policial negro en el cual se narra la historia de un grupo de mujeres que vive una situación de encierro, sometidas a la violencia en sus cuerpos”.
“A partir de ahí -agrega- surge la novela, en la cual aparecen diferentes temáticas tangenciales de abordaje, tales como, la corrupción política, la violencia, el amor, la sexualidad”.

“LUCAS, EL ENCONTRADOR”
Sobre “Lucas, el encontrador”, cuyo volumen fue editado con ilustraciones de la artista plástica Graciela Gómez Sala, la autora considera que, “es un texto que invita a pensar un poco más allá de la historia, de una simple lectura lineal”.
“Lucas -reseña Julieta- es un niño que encuentra cosas en la casa cuando se pierdan. Entonces, su familia cuenta con las destrezas del muchacho para encontrar aquello que haya perdido”.
En el relato, “un vecino del barrio le hace ver a Lucas que, él, puede encontrar otras cosas: nombres, memorias, sueños, amores perdidos; entonces, lo convocan para que comience a encontrar todo aquello que, los adultos, fueron perdiendo”.

ESCRIBIR EN 9 DE JULIO
Una pregunta ineludible que, con serena unción, solemos efectuar a los escritores radicados en esta ciudad es siempre recurrente y, en cada entrevista, fluye casi de manera obligada: ¿es posible hacer literatura en 9 de Julio, escribir lejos de la gran ciudad, que ofrece tantos otros recursos al escritor?.
Julieta responde sin dudarlo: “Si hubiera estado viviendo en una ciudad más grande, quizá no hubiera tenido tantos lectores”.
“Aquí -prosigue- me conocieron, leyeron mis libros, motivaron su lectura en muchas escuelas, los recomiendan. No sé si, en otro lugar, en la gran ciudad, hubiera tenido la llegada”.
De vivir en 9 de Julio y escribir, subraya la gravitación que posee para el autor “la posibilidad de encontrarse de manera cotidiana con los propios lectores, la devolución que ellos hacen luego de leer el libro”.

LOS MOMENTOS DE LA ESCRITORA
Habitualmente, Julieta, escribe los viernes por la tarde y los fines de semana, empleando el tiempo que le deja libre el ejercicio de su profesión de fonoaudióloga. En otros momentos, durante la semana, en que dispone de tiempo, también se dispone a tomar notas de cuanto se le ocurra para el desarrollo de la novela o el cuento que se encuentre escribiendo. Si en el instante en que ha surgido una idea inspiradora no lo puede anotar, efectúa un registro de voz en su teléfono móvil.
“A la hora de escribir puedo hacerlo en cualquier lugar, aunque haya gente alrededor; puedo concentrarme en el texto que estoy desarrollando, siempre utilizando la computadora, incluso hasta en el auto”, expresa.

NOVELAS EN DESARROLLO
En la actualidad, Julieta Sánchez, se encuentra trabajando en dos proyectos diferentes. Por un lado, un libro de cuentos para adultos, que transita la fase de revisión y selección; por otro, una novela que transcurre en la ciudad de Carlos Casares y, por ahora, gira en torno al asesinato de un adolescente.
“Viví -comenta- hace tiempo en Carlos Casares y, a la hora de escoger el lugar donde ambientar la nueva novela, sentí que debía ser ese”

SER UN LECTOR CRITICO
A la hora de ensayar un consejo para un joven con inquietudes literarias, que desee lanzarse al mundo de las buenas letras, Julieta, no duda en subrayar la importancia que reviste la lectura crítica.
“Mi primer consejo -esboza- es que nunca dejen de leer; en primer término, antes de lanzarse a la apasionante tarea de escribir, es necesario haber transitado esa otra práctica, tan cautivante como aquella: la lectura”
Para Julieta, “en 9 de Julio funcionan buenos talleres literarios, incluso gratuitos, con excelentes profesores”.
“Para ser un buen escritor se requiere ser un buen lector. Otro aspecto importe, al animarse a escribir, es el de ser capaz de aceptar y asimilar las correcciones. Un texto debe ser pulido, corregido, muchas veces. Si demoro un año en escribir una novela, suelo tardar un año y medio más en corregirla”, sostiene.

EXPRESAR CON ESTILO
La literatura en Julieta Sánchez, como ha quedado claro, ocupa un lugar sustancial. Según su propia definición, la literatura, el acto de escribir, le ha permitido despojarse de todas su certezas.
“A partir -afirma- del encuentro con la escritura, en su dimensión creadora, aprendí a ser mucho más tolerante, a convivir con mis propios demonios, con mis zonas obscuras”.
“Todo ello significa un aprendiza; porque, de suyo, uno debe hacerse cargo de aquello que no le agrade de sí mismo. La literatura me ayudó a expresar y sacar desde dentro todo aquello que, en alguna medida, aparece en el inconsciente”, concluye.

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