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Nueve de Julio
jueves, abril 18, 2024

Un sanmartiniano de alma

* Es una persona muy querida en el Club Atlético «San Martín».
* Desde hace más de seis décadas viene colaborando de muchas maneras, plantando árboles, realizando trabajos de albañilería o como canchero.
* Vivió de una manera singular el triunfo de los «santos» con la conquista del Campeonato 2012, precisamente en el día de su cumpleaños.

Días atrás, el Club Atlético «San Martín», después de muchos años, se coronó campeón del torneo futbolístico de Primera División, de la Liga Nuevejuliense de Fútbol. Toda la familia de esta institución celebró con júbilo haber alcanzado este importante logro; pero, sin dudas, hubo alguien que lo vivido de una manera especial, que sintió una satisfacción enorme en su corazón sanmartiniano: Santos «Pichongo» Buffone.
En efecto, Santos o «Pichongo», como le apodan sus amigos, desde hace más de 65 años colabora con esta institución. Lo ha hecho de muchas maneras y, aún hoy, con sus 83 años, sigue viajando con el equipo y asistiendo a todos los partidos en que «San Martín» juega.
Buffone es un testigo directo de las últimas seis décadas en historia de este Club. A lo largo de tantos años ha visto pasar muchas personas, que dieron mucho por la entidad y a quienes recuerda con gran estimación.
Nacido en 9 de Julio, en 1929, en el barrio de la calle Independencia (hoy Yrigoyen) entre Garmendia y Gardel, fueron sus padres Rafael Buffone y Carmela Mangione. En ese hogar nacieron cinco hermanos, una mujer y cuatro varones.
Su infancia transcurrió en esta ciudad, en la cual realizó diferentes tareas.
Trabajó en una fábrica de caños para cloacas, también lo hizo en el rubro de albañilería y durante más de veinte años en la industria «Plastvill».
Durante 26 años trabajó para la firma de remates de «Navone Rodríguez», en la primera época se encontraba conformada por los recordados «Chiche» Navone y Angel Rodríguez. En esa época solía organizar las diferentes subastas.

EN EL CLUB «SAN MARTIN»
Santos Buffone comenzó a vincularse con el Club Atlético «San Martín» siendo muy joven y, siempre ha colaborado con la entidad de una manera desinteresada, brindando muchas horas de su tiempo y de su esfuerzo.
«Cerca de mi casa -recuerda, en diálogo con EL 9 DE JULIO- vivía el arquero del Club San Martín, Luis Ordóñez, por el comencé a vincularme con institución. Cuando había partidos llevaba los botines a la cancha».
« En esa época -añade- la cancha se encontraba en la calle Río Paraná, frente al Hogar de Ancianos. Los vestuarios estaban construidos en chapa, a dos aguas, dividido por una pared para el sector de visitantes y del local. Al lado, había una bomba manual, para extracción del agua».
Cuando fue comprado el nuevo predio, donde actualmente funciona el complejo deportivo de «San Martín», Buffone trabajó activamente en la construcción de la nueva cancha. Plantó, junto a otro colabora-dores, las primeras plantas; trabajó en el desmalezamiento del lugar y en la cons-trucción de la pared perimetral.
Más tarde, cuando comenzaron a levan-tarse las primeras obras edilicias, tales como los vestuarios y las demás dependen-cias de servicio, no dudó en prestar su decidida colabora-ción, consiguiendo materiales o brindan-do sus manos para trabajar.

LA ALEGRIA DEL CAMPEONATO
Tal como se dijo, «Pichongo» viví de una manera especial el reciente triunfo del club de sus amores. El mismo día en que «San Martín» se co- ronó campeón, Buffo- ne cumplía 83 años.
«¿Qué fiesta querés que te hagamos?», le preguntaron sus ami- gos y, con palabras emocionadas, comen ta que respon-dió: «el campeonato». Y, efecti vamente, los jugado res le hicieron ese gran regalo, consi- guiendo el tan desea- do triunfo.

PALABRAS FINALES
Santos Buffone es una persona muy querida en el Club Atlético «San Martín». A la hora de citar el nombre de un antiguo y permanente colabo-rador de la institución, el suyo aparece de forma natural. Cada vez que habla de su Club, su rostro parece iluminarse y siente una especial emoción.
Santos Buffone es un hombre de bien, que siempre ha obrado con rectitud y, sobre todo, pertenecen a la generación de perso- nas para las cuales la palabra tiene un valor esencial.
Quienes lo conocen saben de su hombría de bien y de todo cuanto ha realizado por «San Martín», su querido Club.

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