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Nueve de Julio
jueves, abril 25, 2024

La virtud puesta al servicio del deber

* Nacido en Patricios, actualmente tiene su residencia en esta localidad junto a su familia.
* Graduado en la Escuela de Policía «Juan Vucetich» como Oficial, pasó enseguida a desempeñarse en 9 de Julio.
* En su carrera en la fuerza pública bonaerenses prestó servicios en La Plata, en el Servicio de Seguridad Vial, en Bragado, Chivilcoy y Moreno.
* En 9 de Julio se desempeñó como Jefe de la Patrulla Rural, de la Estación de Policía y de la Policía Comunal.
* En Patricios es un permanente colaborador de las instituciones de la comunidad, como también lo ha sido en su paso por 9 de Julio, prestando siempre su disponibilidad en el servicio.
* En estos días, deja sus funciones en la Policía Comunal de 9 de Julio para pasar a la Departamental Pehuajó.

Samuel Smiles, escritor, médico y profesor escocés, escribió hace muchas décadas atrás, un libro que tituló con el escueto título de «El Deber». Esta obra, hoy olvidada por el paso de los años y por la adecuación que el mundo moderno hace de la observación de las virtudes humanas, ofrece interesantes reflexiones acerca de dos prácticas éticas tan importantes en la vida de las personas: el deber y la virtud.

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Smiles iniciaba aquel texto afirmando que «el hombre no vive para sí sólo; vive igualmente para el bien de los demás tanto como para el propio; pues no basta vivir para el placer propio ni para la fama, sino para un móvil mucho más poderoso, que es la labor llena de esperanza y el trabajo para toda causa justa» (1).
Hay personas que, en efecto, se atreven a vivir ese ideal de servicio, que no es otro que el deber de cada persona desde que el lugar que ocupa. El Comisario Inspector Fabián Beltrán, quien desde 2009 se ha venido desempeñando como Jefe de la Policía Comunal de 9 de Julio, sabe la importancia del cumplimiento del deber y de la vocación de servicio hacia la comunidad.

Quien abraza una profesión como la de Policía sabe, como dice Smiles, que «el cumplimiento del deber no siempre es una carrera fácil, muchas veces es necesario vencer muchas contrariedades que se presentan en el camino» (2); pero aún así, es un derrotero que ofrece a quien elige seguirlo grandes satisfacciones y, sobre todo, el agradecimiento de la sociedad.

Fabián es, en efecto, un ejemplo para las nuevas generaciones de policías, por su honestidad y por su hombría de bien.

Nacido en Patricios el 16 de diciembre de 1967, en el hogar formado por Héctor Beltrán y Esther González, en esta localidad no solamente transcurrió su infancia sino que también es el lugar que eligió, más tarde, para establecer su domicilio junto a su familia.
Ciertamente, como lo afirma Smiles, «el deber se aprende primero en el hogar, allí donde aprende a obedecer, a ser benévolo hacia los demás, respetuoso y feliz, allí donde aprende a tener su voluntad propia»(3). Sin dudas, Fabián recibió esas virtudes en su familia.
Su padre, fallecido hace varios años, un conocido vecino de Patricios, fue un hombre honorable que, durante varios años, se desempeñó como Delegado Municipal.
Sus estudios primarios los cursó en la Escuela Nº 7 de Patricios y, como muchos jóvenes del interior del Partido, eligió proseguir su formación secundaria en la Escuela de Agricultura y Ganadería «María Cruz y Manuel L. Inchausti», dependiente de la Universidad Nacional de La Plata, en Valdés.

EN EL SERVICIO DE LA POLICIA BONAERENSE
Ni bien culminó sus estudios secundarios, Fabián, tenía clara en su mente la idea de ser Policía. Por ello, ingresó a la Escuela de Policía «Juan Vucetich» desde donde egresó con el grado de Oficial de Policía del Agrupamiento Comando de la Policía de la Provincia de Buenos Aires.
«En el año 1987, 9 de Julio fue mi primer destino, con la jerarquía de Oficial Ayudante», recuerda Fabián, en una entrevista concedida a EL 9 DE JULIO.
En esta seccional estuvo hasta 1996 en que pasó a prestar servicios brevemente en la ciudad de La Plata para, un año más tarde, incorporarse a la Policía de Seguridad Vial.
En 1998 regresó a esta ciudad hasta finales de 2002 en que fue enviado a las ciudades de Bragado, Chivilcoy y Moreno. En esta última lo hizo en el comando de patrullas y, posteriormente, en las comisarías Moreno Primera y Moreno Tercera.
En el año 2005 Fabián regresó a 9 de Julio, para asumir la jefatura de la Patrulla Rural. En este ámbito, le cupo desarrollar una labor muy importante en la prevención del delito, como así también para sentar las bases organizativas de la Patrulla Rural que había sido creada recientemente. Preocupado por la prevención del delito rural, se abocó junto con su personal a desarrollar un trabajo intenso.
Posteriormente, en el 2006, fue puesto a cargo de la jefatura de la Estación de la Policía Comunal 9 de Julio hasta 2009. Entonces, fue designado jefe de la Policía Comunal de 9 de Julio.

CUMPLIR UN SUEÑO
Haber tenido la oportunidad de desempeñarse como jefe de la Policía Comunal de 9 de Julio tiene para el Comisario Inspector Fabián Beltrán una especial significación. «Cuando ingresé a la fuerza, mi sueño era llegar a ser el jefe de la policía de 9 de Julio y, afortunadamente, lo he cumplido», comenta, al mismo tiempo en que manifiesta la satisfacción de haber comenzado en esta Comisaría con la primer jerarquía de oficial, para retirarse como Comisario Inspector, lo cual es motivo de un gran orgullo.
En su gestión al frente de la Policía Comunal local, Fabián procuró un mayor acercamiento de la Policía con la comunidad.
«Existen directivas -explica- del Ministerio de Justicia en lo que se refiere a la democratización de las fuerzas, al acercamiento de las distintas instituciones intermedias; y, en torno a ese eje fundamental giró el accionar, acentuando en las tareas de prevención. Tratando de modificar la idea de correr detrás del delito, sino de prevenirlo».
De su paso por la Comisaría local, Fabián destaca «la colaboración recibida por parte del personal que conforman la misma, el trabajo, el cumplimiento, el respeto y la subordinación que me han manifestado durante estos años; como así también el apoyo de las autoridades municipales y el respeto de todo el arco político de 9 de Julio, cuyos integrantes también se han acercado a colaborar con la gestión; y el trabajo de los medios de prensa, que han cumplido la función de informar con veracidad». Por otra parte, ha expresado su gratitud hacia «todas las personas que, durante estos años han apoyado a la Policía en su tarea; a los vecinos que han colaborado con el ojo alerta de la comunidad, comunicándose telefónicamente toda vez que era necesario; de hecho, muchos delitos pudieron ser esclarecidos o detenidos los autores».
«En estos días -añade- he recibido la muy grata sorpresa de recibir muchas muestras de cariño, no solamente por parte del personal que ha trabajado conmigo todos estos años, sino también de muchas personas de la comunidad que hemos ido conociendo a lo largo de los años. Incluso, algunas personas con la cual no tuve mucha relación, en estos días se han acercado».

SU FAMILIA
Fabián Beltrán contrajo matrimonio con Carolina Rebottaro. De esa unión, nacieron cuatro hijos, Santiago, María Camila, María Lucía y María Pilar. Asimismo, conforman su familia madre, Esther González de Beltrán y sus dos hermanas, Viviana y Graciela.

PALABRAS FINALES
Hoy, cuando la sociedad se ve abatida por toda clase de problemas de orden ético y moral, que se suman en descrédito generalizado hacia muchos sectores de la sociedad, toda vez que se encuentre una persona leal a sus principios y a sus convicciones, que hace de la virtud una práctica cotidiana, debe ser reconocida. Sus méritos no deben pasar desapercibido para la comunidad; deben ser puesto de manifiesto como una clara forma de ejercicio del bien. Hoy más que nunca necesita, la sociedad y, sobre todo, las nuevas generaciones, ejemplos y paradigmas claros; una luz de esperanza que permita creer que el sueño de Samuel Smiles, como de tantos otros, de una comunidad de personas que eligen vivir en el bien, la verdad, la honestidad y la justicia es posible.
Deja, Fabián Beltrán, en la comunidad de 9 de Julio un gratísimo recuerdo, en todas aquellas personas que han tenido la ocasión de tratarlo en el desempeño de sus funciones en la Policía Comunal. El cumplimiento del deber es una constante en su carrera. En cada unos de los lugares en que le cupo desempeñar se tuvo siempre claro el concepto de su vocación: el servicio a la comunidad.
La honradez caracteriza a los hombres de justo proceder, a las personas rectas. Así como el Deber es el principio de Fabián como policía, la honradez es un sello característico en su persona y, sin dudas, es el mejor legado del cual mañana se enorgullecerán sus hijos.

NOTAS
(1) Samuel Smiles, «Duty», New York, A.L. Burt Co. Publishers, s.d., pág. 12.
(2) Ibidem, pág. 29.
(3) Ibidem, pág. 30.

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