* Desde hace cuarenta años se dedica a su trabajo de gomero en el negocio de su propiedad, denominado Gomería “Aconcahua”.
* Su pasión por la música lo ha llevado a participar de diferentes eventos artísticos, tanto en la ciudad como en otras localidades.
* Formado en la gomería, en tiempos en que este oficio tenía un carácter casi artesanal, su rica experiencia es bien conocida en nuestro medio.
* Desde hace alrededor de ocho años, junto a uno de sus hijos, lleva adelante una empresa de amplificación y sonido.
Desde hace cuarenta años, Carlos Nicolás, es un referente en el oficio de gomero en 9 de Julio. En efecto, de manera ininterrumpida, desde el 2 de enero de 1972, día a día abre las puertas de su Gomería “Aconcahua” para ofrecer los mejores servicios.
Nacido en 9 de Julio el 15 de septiembre de 1950, en el hogar formado por Guillermo Nicolás y María del Carmen Scioli, en razón de que su padre era de profesión ferroviario, vivió un tiempo en la localidad de El Provincial.
Siendo muy jóven, Carlos ingresó a la gomería de don Ernesto Quintana, ubicada en la esquina de Vedia y Sarmiento.
Gracias al incentivo que recibió de su patrón, en enero de 1972 abrió su gomería de forma independiente. Primero, se instaló en una propiedad ubicada en la avenida Tomás Cosentino entre Cardenal Pironio y Alsina, frente al lugar donde, poco después, se ubicó el actual edificio de la gomería.
Don Carlos Casartelli, por esos años, también le brindó otro espacio provisorio para la instalación de su gomería. Aún recuerda su primer cliente, aquel 1º de enero de 1972, a las 10 de la mañana. Se trató de Roberto Pidalino.
Carlos Nicolás siente una especial gratitud hacia quienes le brindaron su ayuda desinteresada cuando resolvió adquirir la propiedad que actualmente ocupa: Carlos Casartelli, “Pichata” Pérez, carpintero y “Cacho” Lespade.
Una vez que Carlos Nicolás adquirió el terreno, enseguida comenzó a construir el edificio. Absolutamente todo, desde los trabajos de albañilería, la instalación eléctrica y hasta la colocación del techo, fue realizado por el propio Nicolás.
Carlos, durante la entrevista mantenida con EL 9 DE JULIO, comentó que “hace cuarenta años el trabajo del gomero era mucho más artesa nal y fue cambiando en la medida en que se fueron dando los avances tecnológicos que permitieron dotar al oficio de nuestras posibilidades”.
AMPLIFICACION Y SONIDO
Desde hace alrededor de ocho años, junto a uno de sus hijos, lleva adelante una empresa de amplificación y soni do. Se trata de “Omega Sonido”, una marca que ya es reconocida por los nueveju- lienses.
“El tema de la amplificación siempre me gustó. Desde hace unos ocho o nueve años, con uno de mis hijos, comenzamos con el servicio de amplificación, el cual fue cobrando mayor magnitud, tanto así que actualmente contamos con dos colectivos para el transporte de los equipos”, explica.
SU FAMILIA
En la actualidad, la familia de Carlos está conformada por su esposa, Marta Raquel Vázquez y sus seis hijos, además de sus nietos y de su madre. Carlos recuerda con especial afecto a sus suegros, Pablo Váz-quez y María Luisa Leguineche, que fueron como sus padres, por el cariño que le dispensaron.
PALABRAS FINALES
Puede decirse que Carlos Nicolás es una persona multifacéti-ca. Desde hace algo así como cincuenta años, encuentra tiempo en su vida para dedicarse a la música y, de hecho, en muchas ocasiones el público nuevejuliense ha sabido regalar sostenidos aplausos en las diferentes presentaciones realizadas por Nicolás en distintos escenarios.
Otro gran cometido de Carlos es la construcción de la casas a sus hijos. De seis, ya lleva edificadas cuatro. Allí todo se hace merced a sus manos laboriosas, desde la albañilería, la colocación de techos, instalaciones eléctricas, revesti-mientos, pisos, etc.
Carlos Nicolás es un ejemplo de constancia en el trabajo y en un mismo oficio. Hoy cuenta con una cartera importante de clien-tes, quienes valoran sus conocimientos en la materia y el tesoro de la experiencia.
