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Nueve de Julio
miércoles, diciembre 10, 2025

Una noche de alto nivel vocal y repertorios diversos


En la noche del domingo 7 de diciembre, en la Iglesia Catedral, fue el escenario de un concierto de fin de año que confirmó la solidez de la vida coral local. Coral Reencuentro, la agrupación anfitriona, organizó una velada de alto nivel interpretativo que reunió a otros dos coros invitados y culminó con un gesto de comunión musical, cuando los tres coros unieron sus voces para interpretar “Noche de Paz”. La amplitud del templo y su resonancia natural permitieron apreciar con claridad el trabajo técnico de cada conjunto, desde la afinación hasta el empaste y la arquitectura dinámica de las obras.

UN COMPARTIR DE EXCELENCIA, MEDIDA EN CRITERIOS DE CORO
La primera constatación de la noche fue la excelencia de los tres cuerpos corales participantes, cada uno con una identidad vocal definida y un control técnico sostenido a lo largo de toda la velada. Junto a Coral Reencuentro, dirigido por el maestro Amílcar Bergera, participaron el coro “Gli Amici”, de la ciudad de Olavarría, bajo la dirección de Araceli Mazzucco, y el Coro Municipal de Suipacha, conducido por Mauro Ferreira.
“Gli Amici” presentó un repertorio íntegramente en italiano, una elección que demandó disciplina de dicción y claridad en la emisión verbal, integrada con solvencia a la línea melódica. El Coro Municipal de Suipacha aportó, por su parte, un trabajo equilibrado en todas las cuerdas, con especial cuidado en las transiciones y en la estabilidad del balance sonoro. Ambos conjuntos mostraron un nivel interpretativo que dialogó con fluidez con el del coro anfitrión, reforzando la calidad global del encuentro.

CORAL REENCUENTRO, EXCELENCIA TÉCNICA Y COLOR EXPRESIVO
La actuación de Coral Reencuentro se constituyó en el eje de la programación y permitió apreciar el sólido trabajo de preparación que sostiene la agrupación. Bajo la dirección de Amílcar Bergera, el coro local desplegó un repertorio que recorrió distintas estéticas y exigencias interpretativas, desde la música renacentista hasta arreglos contemporáneos de tradición latinoamericana.
La interpretación de “Ti parti, cor mio caro”, de Filippo Azzaiolo, se distinguió por el cuidado del legato, la precisión en los ataques y una afinación estable que sostuvo la estructura modal de la obra.
En “Serenata para la tierra de uno”, de María Elena Walsh, con arreglo de Néstor Zadoff, el conjunto logró un fraseo articulado y un manejo medido de la dinámica, de modo que el texto adquirió relieve sin perder continuidad musical. A su turno, “La puerca”, una canción popular venezolana, también arreglada por Zadoff, introdujo un acento rítmico particular que el coro resolvió con una pulsación firme y una cohesión precisa entre las cuerdas. El programa concluyó con “Cuando nada te debía”, con arreglo de Liliana Cangiano, donde Coral Reencuentro logró un clima expresivo más íntimo, sostenido por un trabajo de empaste que preservó la claridad del texto dentro de una textura coral más densa. Una fusión sonora a través de la afinidad de timbres, afinación y balance.
El concierto organizado por Coral Reencuentro sintetizó así un año de trabajo y proyectó la continuidad de una escena que se afianza a partir del rigor técnico, la diversidad de repertorios y la convicción de que el canto coral es, ante todo, una forma de encuentro.

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