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Nueve de Julio
martes, julio 1, 2025

Mis octubres

 


Por Carlos Crosa
Escritor nuevejuliense
Octubre me devuelve a “mis octubres”, por siempre ligados al día fundacional de mi patria chica y otro no menos fundacional para mi razón de ser, antes intuida allí, casualmente, un día también de octubre.
El destino ha querido que siga siendo de allá pero como a condición de hacer noche en otro lado, y no se puede ir contra el destino sino más bien aceptar su designio.
Cada 27 de octubre, sin embargo, algo ocurre dentro de mí sin que haya reparado aún en el almanaque. ¿Añoranza? Tal vez, aunque más bien lo veo como un día de acción de gracias al suelo donde abriera los ojos a la luz y el atento oído recogiera la sabiduría de sus gentes moldeando los sentires cuando estaban al rojo vivo en la fragua de la incertidumbre, como nos pasa a todos al crecer.
¿Cómo no recordar, por ejemplo, la peluquería y academia de guitarra de Evaristo García, donde entre pelo y contrapelo se aprendía cuando menos un bordoneo, los azahares de la plaza perfumando el Salón Municipal donde ávidos de vivencias en una potencialidad de inexorable riesgo no medido como debe ser en tanto jóvenes, recibíamos los papiros de egreso de la secundaria?
¿Cómo no recordar a sus poetas, músicos y maestros?
¿Cómo no recordar los pueblos del partido, su conmovedor e irrenunciable localismo, sus comisionistas y colectiveros, testigos en grado de partícipes de sus vidas y las de sus estoicos chacareros?
Vívidas estampas todas, que vuelven sin que las conjure, nunca de color sepia, más bien refulgen con una incandescencia que entibia el desarraigo.
Y nunca falta lo íntimo. En este aniversario me viene un viaje a Naón donde aprendí que sólo de olvido se muere, o un momento por la ruta cinco donde quien me acompaña experimenta un sismo interior que le pone la mirada en fuga hacia la ventanilla, como mirando sin ver la llanura del querido suelo, con la carretera azulada por el sol en retirada y el horizonte fueguino del atardecer.
De un atardecer de octubre, en mi venerada patria chica.

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