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Nueve de Julio
viernes, marzo 29, 2024

Humberto Argentino Ligaluppi

ligaluppiUn artista neuquino con raíz nuevejuliense ciudad.
* Poeta, artista plástico y músico, desde edad temprana manifestó su interés por el arte.
* Radicado en Neuquén, se dedicó a la fotografía y fue el encargado de organizar el gabinete fotográfico de la Policía neuquina.
* Fundó la Biblioteca Pública de Neuquén.

La comunidad de 9 de Julio a lo largo de su rica historia ha sido la cuna donde se han formado mujeres y hombres que se destacaron aún fuera de los límites geográficos del distrito. Siendo niños descubrieron su vocación en este, su terruño, y las diferentes circunstancias de la vida los llevaron a vivir en otros lugares, aunque jamás perdieron su identidad nuevejuliense.
Este es el caso de Humberto Argentino Ligaluppi, un pintor, fotógrafo y músico que se destacó en la ciudad de Neuquén. Más aún, fue uno de los primeros fotógrafos profesionales que llegó a esa ciudad, cuando todavía era una joven sociedad y las imágenes que inmortalizó con su cámara constituyen un invalorable documento a la hora de estudiar su historia.
Había nacido en esta ciudad y fue aquí donde experimentó sus primeras inquietudes intelectuales y artísticas, motivado por su familia. Precisamente, un hermano suyo también fue escritor y periodista.
Humberto vivió en 9 de Julio hasta enero de 1920 en que se radicó en Neuquén junto a su esposa, con quien había viajado en viaje de bodas. En aquella ciudad fue designado fotógrafo policial y el cupo organizar el gabinete fotográfico de aquella administración.

NEUQUEN Y 9 DE JULIO
Con el correr de los años, la familia echaba de menos su ciudad natal y decidieron volver a 9 de Julio. En esa oportunidad, Humberto instaló un comercio de pintura pero, sin duda, eran épocas muy difíciles en materia económica para las pequeñas localidades del interior. En consecuencia, dado que aún se encontraba vacante su puesto en la Policía de Neuquén, decidió volver.
Como sus hijos eran pequeños y ya habían comenzado sus estudios, Humberto retornó a Neuquén solo, para reestablecerse. Toda vez que podía viajaba a 9 de julio para visitar a su familia, después de una larga travesía en tren.
En Neuquén, este nuevejuliense, pudo desplegar su talento, no solamente como fotógrafo sino también como artista plástico y músico.
En 9 de Julio había alcanzado una formación artística muy completa para su época. En sus tiempos libres escribía poemas algunos de los cuales también musicalizar. En materia pictórica, compuso interesantes obras al óleo, acuarela, pastel y carbonilla. Tal era su talento que, hacia 1939, obtuvo el primer premio Medalla de Oro y diploma en el Primer Salón de Dibujo y Pintura de Neuquén.
Su incursión en la música no fue menos significativa en su trayectoria.
Ejecutaba con gran dominio en el violín, lo cual le permitió integrar algunas orquestas en Neuquén. También se dedicó a la enseñanza de este instrumento.

EL TESTIMONIO DE SUS FOTOGRAFIAS
Apenas instalado en Neuquén, comenzó a trabajar en estudio fotográfico de Ferruccio Verzegnazzi. Asimismo, estuvo a cargo del gabinete fotográfico de la Policía.
Al mismo tiempo, también se le confió la dirección de la Revista Policial que se editaba entonces.
Sus fotografías se convirtieron en auténticos testimonios acerca de la historia y la evolución de Neuquén. A lo largo de su vida en aquella provincia, en incontable cantidad de ocasiones, viajó al interior para efectuar relevamientos fotográficos, rescatando imágenes y paisajes. Merced a su trabajo hoy es posible conocer el Neuquén de ayer.
Por ejemplo, cuando comenzó la construcción del puente Carretero sobre el Río Neuquen se le encomendó dejar constancia fotográfica de ello, como así también de los actos de inauguración del mismo. Puede decirse que su cámara fotográfica era algo así como una extensión de su gabinete de pintor. Muchas de sus fotografías son auténticas obras de arte, en la cual puede advertirse la maestría con que lograba una correcta exposición, la medición de la luz en la escena, los matices tonales y el retoque manual, entre otros aspectos técnicos.

UNA MENSAJE EN UNA BOTELLA
Humberto Ligaluppi dejó una botella con un mensaje simple para las futuras generaciones de Neuquinos: “sea ésta un motivo para el que lo encuentre, que le ha de servir para evocar estos tiempos tan difíciles”. Así lo escribió el cinco de abril de 1939.
El mensaje de Ligaluppi, dentro de un botella, fue hallado 60 años después de haber sido escrito, en 1999, cuando obreros que trabajan en la obra de recuperación del Casco Histórico de la Casa de Gobierno repararon el piso de una las oficinas que da al primer patio de edificio. En ese lugar, funcionó la caballeriza de la Jefatura de Policía.
El hallazgo se mantuvo en reserva para dar tiempo a los historiadores para que certifiquen su autenticidad. Luego, los medios de prensa se ocuparon del tema, que tomó trascendencia pública por la curiosidad que implicaba hallar ese mensaje 60 años después.
El mensaje de Humberto Ligaluppi estaba dentro de una botella de anaranjada, mecanografiado. Parte del papel se dañó cuando lo retiraron de la botella. A continuación se transcribe textualmente:
“Para que en tiempos futuros, cuando de nosotros ya no queden “rastros”, sea este un motivo, para el que lo encuentre, que le ha de servir para evocar estos tiempos tan difíciles en todo órden y más aún para nosotros los empleados de policía, en que aparte de tener que desempeñar una tarea tan ingrata por muchas causas, estamos obligados a pasar lo mejor de nuestra vida, en estos parajes, que quiera Dios, que al tiempo de encontrar este papel sea mucho mejor. He aquí los nombres de las autoridades de ahora: Gobernador: Coronel D. Enrique Pilotto; Jefe de Policía: D. Cornelio Giménez; Secretario de Jefatura: Comisario Anibal B. Gonzalez; Empleados: sub com. Diego Paso-oficial Francisco Gomez Funes-Nogueira- sub com. Horacio Ratti (Poeta). Ismael Carmelino- Jose Vi Cente. Bozetti. La Merica. y Humberto Ligaluppi que es el que esto escribe. Jefatura de Policía. Neuquén. Abril 5 de 1939”.
Pedro Lipcovich, en un artículo publicado por el diario «Página 12», afirmaba que «una botella de esas que arrojan los náufragos y los desesperados fue encontrada, pero no en una playa de mar sino bajo tierra, en la Casa de Gobierno de Neuquén».
«Su autor, Humberto Ligaluppi, era poeta, pintor, fotógrafo y lector de Shakespeare pero desempeñaba, cuenta la carta, ‘una tarea ingrata’: trabajaba como fotógrafo policial», añadía.

ASI ESCRIBIA
Así como lo fueron y lo son algunos de los miembros de su familia, Humberto se destacó también como poeta. En cierta oportunidad, en 1998, Roberto B. Tarantino, entonces director de la revista literaria «Alas», que se editaba en esta ciudad, remarcó la dimensión e importancia cultural que tenía la obra poética de Humberto y Darío Ligaluppi, que había conocido cuando ambos aún vivían en 9 de Julio.
Entre las obras que, Humberto, compuso de su pluma se encuentran piezas que permiten conocer su sensibilidad estética. Una de ellas es la que dedicó al Río Limay:
“Entre márgenes festoneadas de esmeralda
«te deslizas suavemente
«bajo el palio del sauzal.
«A tus márgenes me allego
« en busca de reposo
«quiero aspirar aromas de consuelo
«olvidar que hay pena
«viendo en tus aguas el cielo
«bajo el palio
«frondoso
«del sauzal”.

SU FAMILIA
Humberto Ligaluppi había contraído enlace con María Celestina Tacchi, perteneciente a una familia tradicional de esta ciudad, hermana de los recordados mecánicos Carlos y Adán Tacchi. De esa unión nacieron cuatro hijos, Georgina («Porota»), Ibel Judith («Tato»), Juan Carlos («Chino») e Idalia («Pirucha»).
Su hija Georgina, docente en esta ciudad, contrajo matrimonio con el doctor Juan José Cavallari (padre) y es madre del Diputado (mc) Juan José Cavallari.
Su hija Idalia, recibió la herencia paterna del amor a los pinceles y a las cámaras fotográficas, escribe poesía, actividad por la que ha recibido premios y menciones en Neuquén.

PALABRAS FINALES
Humberto falleció el 3 de noviembre de 1947. Su nombre ocupa una página en la historia de Neuquén, a cuya memoria ha contribuido eficazmente con sus testimonios fotográficos. Su corazón jamás dejó de ser nuevejuliense, echó de menos y sintió nostalgia por su terruño; y fue un hijo directo de esta comunidad, cuya pertenencia ha honrado.

FUENTES
– Idalia Ligaluppi, «Humberto, el fotógrafo que legó las imágenes de los años pioneros», en «La Mañana», Neuquén, 04-09-2002.
– Pedro Lipcovich, «Una botella trajo la carta de un náufrago en tierra», en «Página 12», 10-08-1999.
– Diario «Río Negro», 09-08-1999.

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