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Nueve de Julio
jueves, abril 25, 2024

A 24 años del asesinato de la familia Turon Barrere

“Alguien que aprende qué cosa es una masacre desde tan temprano tiene el velo del pudor desgarrado” nos dice Ana Arzoumanian.
Nosotros –nuestra familia y el pueblo de 9 de Julio—ha sido marcado en su historia,  en nuestro cuerpo, con las marcas de una masacre. Allí mismo hace unos años. Ya no importa cuántos.

Esta obra realizada por la artista Plástica Cecilia García Saracho es un triptico, comienza con La luz dañada, sigue La liberacion y finaliza con la Paz. Está basado en tres exagramas del I Ching, las lineas que se ven al  fondo son los ideogramas.

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Ahora hay sólo una fecha que emerge en la memoria. También en el bronce. En la simbología de la muerte que guardan esas placas recordando al viajero, al hombre que pasa, que fue un 9 de febrero.

Un 9 de febrero, en un mediodía de sábado la muerte aniquiló a una familia. La muerte traída en los revólveres homicidas desde algún lugar, bajo consignas que siguen en el misterio, convirtieron  el  jardín de rosas rojas en lecho sangriento

La tierra amada por nuestros abuelos, la que era el sitio de la vida de una historia familiar de trabajo, de ética, de honorabilidad, de esfuerzos, de amor, el hogar elegido hacia 1900 por aquellos iniciadores, fue nodriza final de Nicolás, de Nicolasito, de Pelusa.

Quién señaló el camino homicida, qué extraña brújula  orientó aquellos pasos, por qué allí, en esa lejanía, en un espacio hecho de amor y de trabajo, ese ensañamiento brutal. Cuántos Caínes trasmutados, repitieron la ceremonia sacrílega?

Una vez más las preguntas, que laten insistentes, que vibran en las mentes y en los corazones, que desbordan cualquier duelo.

Tal vez aún resuenen aquellos gritos desesperados, o haya algún eco de esos estertores amados, y en las voces perdidas –y recuperadas—  en el tiempo emerja un decir de las palabras finales que nos hablaron a nosotros, desde tan lejos que no pudimos acudir a ese llamado solitario de amor.
“Algo habló en el silencio, algo calló, algo se fue por su camino”
Hay una figura de la antigua Roma, el  “homo sacer”  que recupera Giorgio Agamben, se trataba de vidas que podían ser aniquiladas sin consecuencia, porque, como lo expresaba una variedad jurídica de la pena de muerte en el derecho romano, su condena consistía en retirarles cualquier status civil y humano.

Es ese silencio el que ha cubierto por años y años, las oscuras motivaciones de este homicidio. El aniquilamiento de la trama intelectual.
“No puede la tierra convertirse en tumba”
Como si estuviera sentada directamente sobre aquel mismo suelo, “y recorrido el camino del abatimiento hasta el final”  me despojo del pudor y grito. Grito una vez más, seguiré gritando.

Me uniré a los ecos fantasmáticos de sus muertes…en lo inconmensurable de un dolor de agonía…

E. Turon Barrere

N. de la R.

El 9 de febrero de 1991, ocurrió en la zona rural de 9 de Julio el triple crímen de la familia Turón Barrere (el matrimonio y su hijito de 11 años) quienes fueron encontrados sin vida después de una semana de búsqueda.
Si bien hubo dos condenas y se atribuyó la causa de este aberrante triple asesinato a un robo, siempre existieron serias dudas al respecto.
Por entonces se manejaron otras hipótesis y diferentes versiones, pero a ciencia cierta jamás se supo el verdadero móvil del crímen.
Hoy se cumplen 24 años de uno de los hechos policiales más destacados por sus características, en la historia de 9 de Julio y que más conmocionó a la comunidad..

"La Paz"

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