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sábado, abril 27, 2024

Lorenzino: me quiero ir

La desopilante entrevista de una periodista de la TV griega al Ministro de Economía de la Nación Hernán Lorenzino, a quien la mayoría de la población no conoce, muestra varias aristas.

Primero es evidente que el Ministro no pudo sostener sus mentiras sobre la inflación y lo traicionó su subconsciente y quedó demostrado que no puede hablar de la inflación, mejor dicho no lo dejan. Tanto la Presidenta como el verdadero ministro de economía Guillermo Moreno no le autorizan hablar de dicho tema en público o en entrevistas con periodistas. Son tan ridículas las cifras sobre porcentaje de aumento de precios y sobre los índices de pobreza que publica el INDEC, que no los cree nadie, ni ellos mismos por supuesto.

La verdad es que no me gustaría estar en los zapatos de Hernán Lorenzino ya que ha sido el hazmerreir de todos y todas en las redes sociales y sitios de Internet. Cómo va a representar al país un ministro de economía que no puede hablar de la inflación y manifiesta que es un tema muy complejo, cuando la Argentina es uno de los países donde la inflación real es de las mas altas del mundo? Hay que tener en cuenta que este es uno de los temas que más preocupa a la mayoría de la población.

En el gobierno hay algunas personas incluida la Presidenta que piensan que si no se habla de la inflación no existe, lo mismo se puede decir de la emisión de billetes de mayor denominación ya que el de $100 hoy equivale a menos de US$ 11. Piensan que todo se puede manejar con acciones voluntaristas y esquivando el problema sin un plan económico contra la inflación la cual es negada permanentemente.

Hoy la Argentina está en serios problemas económicos ya que los costos internos, entre otros salarios y combustibles, medidos en dólares oficiales son altísimos. Si los medimos en dólares blue, como se dice ahora, no son altos, pero resulta que las empresas no pueden acceder a esos dólares a menos que recurran a practicas ilegales y dañinas para el país, como el contrabando y maniobras de sobrefacturación y subfacturación en el comercio exterior.

Esta diferencia entre el dólar oficial y el blue podrá durar quizás unos meses más, probablemente hasta las próximas elecciones, pero estoy seguro que esta situación no se podrá mantener hasta el 2015 porque la economía real y productiva del país especialmente los exportadores se van paralizando poco a poco, debido al atraso cambiario que el gobierno no reconoce Tampoco hay inversión extranjera productiva, por ejemplo la minera Vale canceló su inversión en Mendoza.

Además, durante los últimos meses ha aumentado el déficit fiscal y se ha reducido el superávit comercial principalmente por las altas importaciones de energía.

En el año 2007 en el centro de Buenos Aires un café chico costaba entre $3 y $4 que equivalían a US$ 1-US$ 1,25. Hoy ese mismo café cuesta entre $ 12 y $18 que equivalen a US$ 2,30 – 3.50 o sea más que se duplicó el valor en dólares oficiales. Como el café, casi todo en la Argentina ha sufrido grandes aumentos en dólares, salvo algunas tarifas atrasadas.

Hoy en la Argentina hay una distorsión muy grande de precios relativos, los coches importados para el que tiene dólares atesorados resultan ridículamente baratos en billetes verdes, o sea que es un subsidio de todos los argentinos a los que importan autos y artículos de lujo. Algunos alimentos como la leche y los quesos son más baratos en los supermercados en Europa que en la Argentina, si los medimos por el dólar blue los precios en la Argentina son más económicos, eso es por la diferencia del 80 % entre el oficial y el blue.

El peaje de la ruta nacional 5 cuesta $ 2,10 desde hace 11 años, un valor ridículo ya que no tiene ningún sentido pagar peaje para que cobren los sueldos los que están en las cabinas.

El gas natural y el transporte urbano en BS. AS. también tiene valores muy bajos que subsidian los habitantes de todo el país a los ciudadanos con mayor poder adquisitivo que son los de la Capital. Como se dice comúnmente el gobierno actúa como Robín Hood al revés, le saca a los pobres y a la clase media para subsidiar a los ricos en algunos aspectos.

Todo esto está o debería estar entre las preocupaciones del Ministro de Economía y ahora comprendemos porque “el me quiero ir.”

Eduardo Gallo Llorente
[email protected]

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