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Nueve de Julio
sábado, abril 27, 2024

Oscar N. Fabiano. Vocación y servicio, como ideales de vida

* Nacido en esta ciudad, ejerció durante varias décadas la profesión de martillero.
* Fue gobernador distrital de Clubes de Leones y un destacado miembro del club local.
* Dedicado al rubro inmobiliario por varias décadas, forjó las bases de una firma prestigiosa que hoy sigue desarrollando su labor en nuestro medio.
* Fue miembro del Club “Almirante Brown” y uno de los jóvenes mentores que tuvieron la iniciativa de erigir el Monumento a la Madre que se yergue en la Plaza “General Belgrano”.

Con la misma infatigable energía con que le vimos siempre, resulta siempre placentero toparse con Oscar Nelson Fabiano. En la calle, en un comercio, en alguna dependencia, con su vital energía sigue transmitiendo su bonhomía y cordialidad. La edad otoñal no le ha quitado esa luz interior que tienen las personas buenas, francas y gentiles; encontrarse con él siempre es grato, pues nunca está ausente su cometario oportuno, vivaz y, muchas veces, risueño.
“Cacho”, como le llaman sus amigos, es un querido vecino nuevejuliense, conocido y apreciado por todos. Vinculado a instituciones locales ya es parte de la historia de nuestra comunidad, pues le tocó ser protagonista de muchos acontecimientos de nuestra vida como sociedad.
Nacido en 9 de Julio, un 13 de julio, sus estudios primarios los realizó, como los medios, los efectuó en su ciudad. Los primeros en la Escuela Nº 1 y los segundos en la Escuela Nacional de Comercios y Anexos.

Oscar N. Fabiano

LOS PRIMEROS EMPLEOS
Mientras se hallaba finalizando el cuarto año, de orientación Comercial, fue convocado a trabajar medio día en la Cooperativa Agrícola Ganadera, donde trabajó por espacio de varios años hasta alcanzar el empleo de jefe de contaduría.
Unos años más tarde ingresó en la firma “La Agrícola Ganadera S.A.”, una casa dedicada a la organización de remates feria. Primero se le confió un cargo como empleado; pero algunos años después, se unió en sociedad con Rodolfo Sforsini.

INMOBILIARIA FABIANO
En 1969 comenzó su labor como martillero. Después de obtener las licencias correspondientes comenzó a trabajar en negocios inmobiliarios, aunque también prosiguió con la compra de hacienda. Así fundó Inmobiliaria Fabiano, empresa de reconocida trayectoria en la plaza de 9 de Julio, que hoy continúa prestando servicios en esta ciudad, a cargo de su hijo.
En 1981, Oscar Fabiano fundó, y se convirtió en el primer presidente del Centro de Martilleros y Corredores Públicos de 9 de Julio. Desde este cargo, logró un importante prestigio entre sus pares que se extendió más allá de los límites de 9 de Julio Por cierto, en 1996 fue elegido secretario de actas del Consejo Directivo del Colegio de Martilleros y Corredores Públicos del Departamento Judicial de Mercedes, con mandato hasta marzo de 2004.

GOBERNADOR DEL CLUB DE LEONES
En 1969, fue invitado a integrar el Club de Leones de 9 de Julio. Desde entonces se convirtió en un socio activo que, enseguida, pudo interesarse y hacer suya cada noción del leonismo. Así puedo, a pocos meses de haber ingresado le fue confiada la tesorería de la institución.
Sucesivamente ocupó importantes cargos en la mesa directiva de su club de origen, llegando a desempeñar la presidencia de la entidad en tres períodos anuales.
Entre 1992 y 1993, Oscar Fabiano ocupó la presidencia del Distrito 0-8, un importante honor que aún no le había tocado desempeñar a ninguno de sus pares en 9 de Julio.
De esta forma, durante un año, debió –entre muchos otros aspectos- visitar a la mayoría de los cuarenta y cuatro Partidos cuyos tres decenas de clubes de Leones conformaban el distrito.
Durante su gestión le acompañaron, integrando el gabinete de la gobernación, los leones Pedro Bedatou y Rubén Onga-nía, del Club de Leones de 9 de Julio, en calidad de secretario y tesorero, respectivamente; y Osval-do Pérez Battaglia, de San Nicolás, y Rober Di Renzo, de Zárate, como past gobernador y sub gobernador, respectivamente.
Al iniciar su período al frente de la gobernación eligió como lema: “Unidos y con esfuerzo, fortalecemos nuestro crecimiento”.

EN LA VIDA INSTITUCIONAL
Oscar N. Fabiano es un permanente colaborador en las instituciones nuevejulienses. Desde muy joven se sintió llamado a servir a sus semejantes y trabajar para orientar a quienes lo necesitara. Siendo joven integró la comisión directiva del Club Atlético “9 de Julio”.
Como miembro de la Asociación de Bomberos Voluntarios de 9 de Julio, fue elegido tesorero y, luego, revisor de cuentas; y, en el Centro de Danzas Nativas “Las Nazarernas”
Entre 1967 y 1970, el comisionado municipal de entonces, lo designó representante municipal ante el consejo de administración de la Usina Eléctrica Popular “Mariano Moreno”, hoy Cooperativa Eléctrica y de Servicios. En esta misma institución, más tarde, se desempeñó como secretario.
En 1975 fue miembro de la Sociedad Rural de 9 de Julio; y, hacia 1991, integró la comisión de actos encargada de los festejos por del 125ª aniversario de la fundación de la Escuela Nº 1.

EL MONUMENTO A LA MADRE
Oscar N. Fabiano es, quizá, el último de los miembros del Club Social y Deportivo “Almirante Brown”, mentor del Monumento a la Madre que se encuentra en la Plaza “General Belgrano”.
Esta entidad había sido fundada en 9 de Julio, el 11 de julio de 1953, llegando a tener su sede social en la calle Jujuy (hoy Tomás A. Edison) al 218. Los integrantes de su comisión directiva, entonces presidida por Walter G. Ghedin y de la cual Oscar Fabiano, concibieron la idea de erigir un Monumento en homenaje a la Madre.
Al principio, fue la Subcomisión de Cultura del  Club Social y Deportivo “Almirante Brown” la que comenzó a dar forma a la idea. En una reunión celebrada el 14 de mayo de 1958, se resolvió poner en conocimiento del intendente municipal Adolfo Poratti el proyecto, el cual sería erigido “en forma voluntaria”, por suscripción popular, para lo cual se habían confeccionado talonarios de recibo respectivos.
En aquella reunión, de la que participó Oscar junto a otros miembros del Club, consideraban la posibilidad de solicitar que el emplazamiento del Monumento se realice “en la Plaza Gral. Belgrano, en uno de los canteros ubicados frente a la avenida Mitre”.
Concerniente a la contribución popular, una vez finalizada la misma se efectuaría un balance general ante escribano público, el cual se daría a publicidad y se pondría a disposición del público. En el caso que, de lo recaudado en la colecta, existieran excedentes, los mismos serían destinados a CEPRIL, institución de reciente formación.
El 19 de octubre de 1958 fue colocada la piedra fundamental del Monumento a la Madre. Hacia finales de octubre del mismo año, el Club “Almirante Brown” suscribió un contrato con el escultor Mario Rubén Chiérico para la realización de la obra.
Según el contrato firmado con el escultor, “la figura de la Madre y del Niño tendrá en proporciones un metro de altura, correspondiendo sesenta centímetros de lado a su base que será cuadrada”. La composición de la figura sería de “fibrocemen-to portland”, “terminada y patinada según las reglas del arte”.
La ordenanza por medio de la cual, el Concejo Deliberante, autoriza la instalación del Monumento a la Madre en la Plaza “General Belgrano” fue sancionada en la sesión del 8 de noviembre de 1958.
A partir de aquel histórico Día de la Madre de 1960, la comunidad de 9 de Julio tuvo, para siempre, un Monumento en homenaje al ser más entrañable y sublime de la tierra. Un merecido tributo aquellas miles que vivieron en este terruño a lo largo de las décadas y como auténtico legado y ofrenda para las madres del presente y del futuro.
Oscar N. Fabiano, que en aquellos años era un joven veinteañero, hoy es testigo viviente de esta rica historia.

PALABRAS FINALES
Difícil tarea resulta sintetizar en estas breves líneas una carrera vital tan importante como la de Oscar N. Fabiano. Como es dable observar, a lo largo de estos párrafos se ha procurado recrear aquellos aspectos importantes de su biografía.
Los principios rectores que han regido su vida, y lo siguen haciendo, lo hacen un ejemplo de vida. Su honestidad y hombría de bien, manifestada en cada emprendimiento acometido, le hacen merecedor del permanente reconocimiento de su comunidad.

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