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Nueve de Julio
jueves, marzo 28, 2024

Vedia y Mitre. Una esquina y una anécdota curiosa

Por Héctor José Iaconis
La fototipia (Collotype, en inglés) revolucionó, por así decirlo, la técnica de la edición de postales. Desde finales del siglo XIX muchas postales fueron impresas a partir de este proceso fotomecánico que permite impresiones de alta calidad a partir de negativos fotográficos de tono continuo.
Tal como lo explican Dusan C. Stulik y Art Kaplan, la fototipia emplea gelatina sensibilizada con dicromato, tratada con calor y agua fría, que tiende a reticularse, para crear un micropatrón de superficie aleatorio. En efecto, cuando se expone a la luz ultravioleta bajo un negativo, el micropatrón superficial se endurece y se vuelve más hidrófobo bajo las áreas claras y permanece más absorbente bajo las áreas oscuras del negativo. Debido a que el aceite y el agua no se mezclan, las áreas del patrón que reciben más exposición a la luz contienen más tinta que las áreas menos endurecidas y más absorbentes de la superficie de gelatina menos expuesta. La matriz resultante se puede entintar e imprimir usando una prensa gráfica rotativa o de superficie plana estándar (1).
Existen diferentes variantes en la producción final de la impresión empleando esta técnica. Nos interesa aquí la aplicación en la postal dado que una buena cantidad de postales editadas con vistas de la ciudad de 9 de Julio fueron impresas mediante este procedimiento siendo coloreadas a mano.
La postal que hoy publicamos, bastante difundida, se ubica entre las más antiguas de las que registran este espacio céntrico: Avenida General Vedia entre Bartolomé Mitre y La Rioja. Si bien existen varias similares, aunque más tardías, esta es una de las más interesantes, por la información que aporta.

UBICACIÓN TEMPORAL
Esta postal coloreada se asemeja a la serie editada por el Bazar “El Siglo” en la primera década del siglo XX, aunque en rigor es más tardía, presumiblemente de los últimos años de la década de 1910 o entrada la década de 1920. Nótese que aparecen las columnas de alumbrado público que comenzaron a ser instaladas en 1912 y puestas en funcionamiento en 1913.

LA IMAGEN
Hacia la derecha de la imagen, en la esquina donde actualmente se encuentra un comercio de electrodomésticos, se observa parte de la fachada de una confitería que, en su tiempo fue bar y cinematógrafo, popular también por sus billares, que poco después se trasladaría a otra sede.
En la misma esquina, más tarde, estuvo instalado el bazar y juguetería Casa “Zabala” que fue propiedad de Gregorio Zabala y Octavio Merino, En enero de 1926, Zabala vendió su comercio a la sociedad formada por Julian Nogales y Octavio Merino, dando origen así al legendario Bazar “Colón” (2). Con el correr, el Bazar se trasladó a un local de la avenida Vedia entre La Rioja y Bartolomé Mitre y en el edifico que nos ocupa, ya reformado, fue instalada la tienda “Galver”.
Sobre la misma vereda, apenas visible, aparece la fachada de la Sastrería de Quintín Canelli. Mientras que, el edificio que se encuentra en frente (izquierda de la imagen), es el del Hotel “Richmond”, que terminará consumido por las llamas tras un voraz incendio (3).
A la izquierda se observa parte de la fachada de la sucursal del Banco de la Nación Argentina y, más atrás, el inmueble de dos plantas que alcanza a apreciarse en la cuadra siguiente, fue la antigua sede del Viceconsulado Italiano, residencia de la familia Pastorino y, con el tiempo, también vivienda del doctor Felipe Cantón. El pararrayos original, ya centenario, perteneciente a ese edificio es el que se encuentra ubicado actualmente, en la misma parcela, en la residencia de la familia Potetti.

UNA ANÉCDOTA
Existe una simpática anécdota de 1926 que se relaciona con la esquina que ha inmortalizado esta postal.
En 1926 fue conmemorado el centenario del natalicio del general Julio de Vedia, fundador de 9 de Julio. Un grupo de familiares, descendientes del militar, arribaron a esta ciudad para participar de los actos protocolares programados. Uno de ellos consistía en la visita a la Escuela N° 1 donde, una niña, entregaría un ramo de flores a la hija del fundador (la única viva entonces), Manuela de Vedia de Molina (4).
Antes de concurrir a la escuela, los familiares decidieron comprar una muñeca para regalar a la niña que entregaría el ramo y, comisionado para ello el entonces teniente Emilio de Vedia y Mitre (5), consultó a un transeúnte dónde podía comprar el juguete. El lugareño respondió claramente:
– “Señor, puede comprarla en Vedia y Mitre”.
El teniente Vedia y Mitre sonrió y respondió al hombre:
– Mire la casualidad, yo soy Vedia y Mitre y aún no instalé el negocio.
El teniente Vedia adquirió la hermosa muñeca que los descendientes de Julio de Vedia obsequiaron a la niña, en la Escuela N° 1, en el bazar al que hacíamos referencia. Un artículo periodístico de la época recoge la referencia sobre el obsequio de la muñeca y la anécdota me fue confiada por Rodolfo de Vedia y Mitre, hijo del general Emilio de Vedia y Mitre, durante una visita realiza a esta ciudad en 2003.

NOTAS
(1) DUSAN C. STULIK – ART KAPLAN, The Atlas of Analytical Signatures of Photographic Processes. Collotype, Los Angeles, The Getty Conservation Institute, 2013, pág. 4s.
(2) EL 9 DE JULIO, año XVII, n° 2412, 9 de Julio, 21 de febrero de 1926, pág. 2.
(3) Sobre el incendio del «Richmond Hotel», véase EL 9 DE JULIO, 7 de febrero de 2018, disponible en https://www.diarioel9dejulio.com.ar/noticia/88388.
(4) Falleció en Buenos Aires el 19 de mayo de 1938 a los 83 años. Nos ocuparemos, en una próxima nota, al legado de Manuela de Vedia de Molina a la comunidad de 9 de Julio.
(5) Bisnieto del General Julio de Vedia e hijo del doctor Mariano de Vedia y Mitre, prestigioso historiador. Nacido el 20 de febrero de 1905 y fallecido el 18 de mayo de 1990, alcanzó el rango de general de Brigada y le fue otorgado grado de Caballero de la Orden del Cruceiro do Sul de la República del Brasil.

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