Carl Gustav Jung (1875-1961), médico psiquiatra y psicólogo, desde su enfoque teórico y clínico entroncó funcionalmente dos conceptos; la estructura de la psique y sus manifestaciones culturales.
De esta manera fue que se indujo a concentrar en su metodología, elementos devenidos de la antropología, la mitología, la filosofía, la alquimia, el arte, las religiones y los sueños.
De allí que encontró como regla general, que el aspecto inconsciente de cualquier suceso se revela en sueños, donde aparece no como un pensamiento racional sino como una imagen simbólica.
Una palabra tanto como una imagen, son simbólicas, representan algo más que su significado literal y axiomático. Una imagen simbólica, descubre un aspecto “inconsciente” mucho más amplio que nunca podrá ser definido desde el vocabulario de manera razonada y pragmática.
En esto radica la dificultad de interpretar los sueños, dado que están plagados de factores desconocidos, para un intérprete externo. Es decir, interpretar sueños de un consultante está sujeto a la historia de la persona, sus vivencias, su cultura, sus creencias, etc.
Los símbolos oníricos no son iguales en todas las culturas, soñar con una vaca en Argentina tiene un significado diferente a si sueña con una vaca un ciudadano de la India ya que allí las vacas son seres sagrados.
Soñar con una serpiente, que para muchas personas es un animal repudiable, no lo era para las antiguas culturas, como por ejemplo para la civilización egipcia ya que era la representación de la resurrección, sabiduría y la sanación. En tanto que para un católico, seguramente soñar con una serpiente será símbolo de tentación, pecado y representación del mal.
Larga es la lista dividida que podría hacerse entre analogías y comparaciones de interpretaciones simbólicas. Tanto, como la cantidad de estudiosos que intentaron a su tiempo, interpretar de una forma sistemática el proceso psíquico vital de los sueños, naturalmente con poco éxito.
Pero ¿qué hace tan difícil interpretar los sueños? La limitación la impone el propio consiente colectivo de la humanidad, dado que; la humanidad cambia sus barreras psicológicas con su constante evolución.
Además de que; del “otro lado” las reglas cambian un poco, ya que sus dimensiones de tiempo y espacio son totalmente distintas, para descifrar cosas allí, hay que sondearlas desde otros aspectos.
La psicología es una ciencia naciente, los antiguos conocían más de los sueños de lo que se podría explorar hoy en día (más aun con la restricción que propone pasar el tema por el método científico). En la antigüedad lo natural era unificar en transcurso por los mundos; del allí y aquí en uno solo. Para lo cual no era necesaria una reinterpretación dado que todo era lo mismo.
Namasté, mi alma saluda a tu alma.
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