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Nueve de Julio
viernes, abril 19, 2024

Historias de vida

 

vicente cusatti

Vicente Cusatti

Del potrero Lagunero al fútbol grande

* Su infancia transcurrió en esta ciudad, donde se inició futbolísticamente en el Club Libertad.
* En 1934 se incorporó en la primera división de Boca Juniors, donde se destacó como puntero Izquierdo.
* Con Boca ganó dos títulos (campeonatos 1934 y 1935).
* Zurdo de buena pegada y veloz, marcó muchos goles, especialmente en el torneo de 1934.
* Continuó su carrera en Argentino de Quilmes y en Sportivo Barracas e integró también Fluminense Football Club.
* Fue una gloria del fútbol argentino de su tiempo, cuya vocación por la pelota nació en un potrero nuevejuliense.

En la historia deportiva de 9 de Julio, sobresalen los nombres de algunas figuras que, a lo largo de los años, se destacaron en sus especialidades, más allá de los márgenes del distrito. El caso de Vicente Cusatti puede considerarse paradógico. Cuando apenas habían transcurrido unos pocos años de la profesionalización del fútbol argentino, un joven que integraba un equipo de barrio, en una ciudad con fisonomía del pueblo, perdida en el oeste bonaerense, era convocado para jugar en la primera división del Club Atlético Boca Juniors. Este hecho, sin dudas, merece ser destacado por su singularidad.
Vicente Cusatti había nacido el 2 de mayo de 1914. Su familia se encontraba radicada en 9 de Julio, como era común en esos años, vinculada a la labor ferroviaria.
Su padre estaba encarcado de atender el tanque de abastecimiento de agua, que se encontraba cerca de la estación del Ferrocarril del Oeste (más tarde, Ferrocarril Sarmiento), en el tiempo en que las locomotoras funcionaban con calderas a vapor.
Allí, cerca de la estación, en una vivienda típicamente «ferroviaria» vivía Cusatti.
Siendo apenas un niño comenzó jugando al fútbol en el potrero ubicado en la esquina de Vedia y Urquiza, su barrio.
Las tranquilas tardes de 9 de Julio veían desperezar su pesadez en el picado que los muchachos desplegaban todos los días después del almuerzo. Era la cita inevitable que reunía a los mejores valores del lugar. Entre ellos había uno que se destacaba por su pícaro manejo del balón bajo la talentosa orden de su pierna izquierda, veloz e inteligente para llegar al área rival. No se equivocaba jamás en lo que debía hacer con el balón cuando se acercaba a las proximidades de la zona peligrosa. Si tenía espacio para buscar el arco rival lo hacía.
Tempranamente, Cusatti, conformó el cuadro del Club Libertad de esta ciudad, institución joven que había sido fundada en 1923. Cusatti integró un equipo exitoso que, hacia 1931, resultó campeón de la Asociación del Foot-Ball del Oeste (se había adjudicado el triunfo por tres puntos de diferencia), manteniendo su campo de juego invicto.
Aquel plantel campeón de Libertad lo conformaban, además de Cusatti, Lorenzo y David Pastorino, Enrique Callegaro, Manuel (Santillán) y Mariano Cerda, Radamés Iglesias, Francisco Del Pino, Luis Vuotto, Raúl Moreira y Juan Hardoy.

LA LLEGADA A BOCA JUNIORS
En una de aquellas siestas, en 9 de Julio, que él despreciaba para manejar una pelota se le acercó un desconocido y le dijo:

«- ¿No te gustaría jugar en Boca?».
Extrañado lo miró Cusatti y respondió:
«-¿Usted está loco…?».
«- ¿Por qué? ¿Creés que no serás tan bueno en Buenos Aires como lo sos aquí?».
Su sorpresa fue aumentando.
«- ¿Yo jugando en Buenos Aires y en Boca? Me está tomando el pelo…». Dio media vuelta y se fue para meterse en el picado.

Sin embargo, en su mente danzaba ese duende con camiseta azul y oro que ese hombre a quien no conocía le había creado poco antes. Todas las ilusiones que se podía imaginar alguien de un pueblo se reunían en ese personaje mágico que persiguió las noches sin sueño del muchacho. Insistió el desconocido y al fin tuvo éxito. Una siesta que Cusatti despreciaba para jugar «a la pelota», esperaba impaciente la llegada del tren que lo trasladaría a la Capital Federal.
Eran los comienzos del año 1934. Hacía apenas tres años que el fútbol argentino se había profesionalizado. Aún no existía la AFA y los partidos eran organizados primero por la la Liga Argentina de Football, asociación disidente de la FIFA y por la Asociación Argentina de Football (Amateurs y Profesionales).
Sencillo, de poco hablar, apenas llegado a la gran ciudad quedó sorprendido por su imponencia. De inmediato fue hacia la Boca para presentarse ante Roberto Cherro para quien llevaba una carta de recomendación.
Cuando tuvo ante sí al inolvidable Roberto Eugenio Cherro («Cabecita de Oro»), dijo a modo de presentación: «- Yo quiero jugar en Boca y deseo que me pruebe», mientras entregaba el presente que le había dado aquel señor, que cumplía la tarea de descubrir cracks para llevarlos a la institución de la Ribera.
Accedió Cherro y dos días más tarde tuvo la oportunidad de lucir la casaca azul y oro sobre su pecho en un encuentro ante Peñarol de Montevideo, donde se probarían a los jugadores para la temporada de 1934.
«Desde el día -narraba Cherro- de su debut contra Peñarol se ganó el puesto con todo derecho. Recuerdo que cuando le hice el primer pase, salió corriendo como una locomotora, se le escapó al half, pasó de largo al back y cuando tiró al arco la pelota salió sacándole chispas al travesaño. Estaba sorprendido por esa jugada. Pero como después la repitió toda la tarde, tuve que llegar al convencimiento que se trataba de un buen elemento que ni hecho a medida podía ser mejor para Boca».
En realidad, el debut -no oficial- de jugador en la primera división de Boca Juniors tuvo lugar en el mes de febrero de 1934. Sobre este aspecto, EL 9 DE JULIO, en su edición del 1º de marzo de ese año, comentaba:

«Un comportamiento ponderado por la mayoría de los medios de la Capital ha tenido el winger izquierdo local Vicente Cusatti, en el match amistoso del domingo último entre Boca Juniors y San Lorenzo de Almagro.
«Se encuentra ya de regreso en esta ciudad mostrándose encantado de la labor cumplida. Tiene palabras de ponderación para su compañero Roberto Cherro y para el entrenador Mario Fortunato, quien al comienzo del match le hizo atinadas observaciones sobre la forma cómo tenía que actuar.
«Pese a las afirmaciones de algunos diarios de la Capital de las que, en su oportunidad, nos hicimos eco, nos consta que aún Cusatti no ha firmado contrato alguno a favor de Boca, club este que deberá gestionar previamente pase del Club Libertad, de acuerdo con el pacto celebrado últimamente entre las dos entidades del fútbol nacional».

EL CAMPEONATO DE 1934
El 18 de marzo de 1934 tuvo su bautismo oficial en la cancha de Boca Juniors ante Huracán, compartiendo la línea de ataque con Luis Sánchez, Delfín Benítez Cáceres, Francisco Varallo, Roberto Cherro y él. Cuatro fueron los goles que logró aquella delantera esa tarde. Dos veces «Cañoncito», aprovechando dos centros que había servido aquel rápido puntero izquierdo, sacó ventaja para los xeneizes. Cherro con un cabezazo, convirtió el tercer tanto. El cuarto fue un calco de la maniobra misma.
Pase en profundidad y Cusatti que remata a la carrera haciendo ingresar el balón por el ángulo alto de la valla. Un golazo.
Siempre humilde y simple se ganó el respeto y la admiración del número 12.
Cherro, su padrino futbolístico, lo caracteriza de esta manera: «Cusatti era un muchacho tímido que parecía avergonzarse entre los cracks que vestían la azul y oro. Seguramente se consideraba fuera de lugar en un ambiente de grandes figuras y de ahí que pensara que estaba cometiendo una usurpación o poco menos».
Así se ganó un lugar entre las grandes figuras de Boca Juniors. Una porción de gloria que temió como cuando preguntaron si quería jugar en Boca. Es que muchas veces cuesta despertar de un sueño tan hermoso. Cusatti siguió viviendo su ilusión al sonar de goles y aplausos.
Es bueno recordar que en aquel Campeonato de 1934, primera vez en el profesionalismo, Boca llegó a convertir más de 100 goles en un torneo, y así obtuvo un nuevo campeonato, que tuvo como particularidad el hecho de jugarse a tres ruedas y que cuatro equipos jugaron fusionados (Atlanta y Argentinos Juniors por un lado y Talleres y Lanús por otro). Ernesto Lazzatti, se convirtió en figura del medio, en su primera temporada en el club. Habían llegado los defensores brasileños Bibi y Moisés, el mediocampista Pedro Munt y los delanteros Roberto Lucco, Julio Benavídez y, por supuesto, Vicente Cusatti.
El Plantel completo de Boca Juniors campeón 1934 estaba integrado así:
Arqueros: Yustrich y Pardiez
Defensores: Moisés, Bibí, Marante, Succo, Echeverry, Piaggio
Mediocampistas: Lazzatti, Pedro Arico Suárez, Antonio Martínez, Vernieres, Bonelli, Ganduglia, Munt
Delanteros: Cusati, Benítez Cáceres, Cherro, Luis Sánchez, Varallo, Benavídez, Zatelli, Lucco, Garibaldi, Valido, Tenorio.
DT: Mario Fortunato
Base del equipo titular: Yustrich, Moisés, Bibí, Lazzatti, Suárez, Martínez, Cusatti, Benítez Cáceres, Cherro, Sánchez, Varallo.

EL CAMPEONATO DE 1935
El Campeonato de Primera División 1935, llamado oficialmente Copa Campeonato Primera División, fue el primero de la máxima categoría organizado por la flamante Asociación del Football Argentino. Se desarrolló entre el 17 de marzo y el 22 de diciembre. Volvieron a disputarlo los 18 equipos originales del primer certamen profesional, ya que se reincorporaron los dos relegados durante el torneo anterior y los cuatro fusionados recuperaron su condición de entidades independientes. Una vez más se disputó en dos ruedas de todos contra todos.
Vio campeón por segundo año consecutivo, y por tercera vez en cinco años, al Club Atlético Boca Juniors, que se consagró una fecha antes del final del campeonato con un triunfo por 3 a 0, como local, frente al Club Atlético Tigre.
Boca Juniors fue el campeón del año con un equipo magnífico, que incluía a Yustrich; Domingos Da Guía y Valussi; Vernieres, Lazzatti y Arico Suárez; Tenorio, Varallo, Benítez Cáceres, Cherro y Cusatti.
Vicente Cusatti se despirió oficialmente de Boca Juniors el 11 de abril de 1937. Al hacerlo dejó una estadística de 82 partidos jugados (1934-1937), 27 goles convertidos y 2 títulos conquistados.

EN OTROS CLUBES
En 1937, Vicente Héctor Cusatti, pasó a integrar el equipo de Argentino de Quilmes.
En el Campeonato de Ascenso de 1938, este equipo consiguió el ascenso. En la última fecha Quilmes y Argentino de Quilmes empataron en un gol, en el estadio del primero, con lo cual ambos equipos compartieron la punta del torneo.
Fue necesario la disputa de dos partidos para determinar al campeón. En los dos encuentros el Mate venció por 1-0; obtuvo el título y el ascenso a primera.
Lamentablemente, la suerte no acompañó la permanencia en Primera. En el Campeonato de Primera División de 1939, el equipo de Cusatti descendió a la Primera B, al ocupar la última posición en lo que fue su única participación en Primera. Con un paupérrimo puntaje, ya que consiguió apenas cuatro empates en 34 partidos, realizando la peor campaña histórica en Primera División.
Posteriormente, Cusatti pasó a integrar Sportivo Barracas. A comienzos de la década de 1940, Cusatti, fue incorporado al equipo del Fluminense Football Club, el legendario polideportivo brasileño con sede en la ciudad de Río de Janeiro.

PALABRAS FINALES
Vicente Cusatti volvió a reencontrarse con sus antiguos compañeros del equipo del Club Libertad, el 20 de junio de 1972. Ese día, la familia Lagunera, celebró un acontecimiento especial, la inauguración de la cancha de fútbol ubicada en la esquina de la avenida Urquiza y Acceso Presidente Perón.
Para participar de los actos de inauguración y una cena de camaradería, fueron invitados algunos de aquellos jugadores que, a lo largo de la historia de la institución, habían integrado el equipo de fútbol. Entre ellos se encontraba en gran puntero izquierdo.
Cusatti, por entonces, recordaba con especial afecto el tiempo vivido en esta ciudad, los amigos que había cosechado y, sobre todo, el paso por las filas del Club Libertad.

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