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Nueve de Julio
miércoles, abril 24, 2024

“Nuestra democracia es de baja calidad, porque no somos ciudadanos de calidad”

En la tarde de ayer, en el salón de la Biblioteca Popular “José Ingenieros”, tuvo lugar una interesante charla acerca de “Instituciones, democracia y desarrollo social”. La misma estuvo a cargo del doctor Fabio Quetglas, abogado con especialización en Gestión de Ciudades y Desarrollo Local en Universidad de Barcelona y Master en Internacionalización del Desarrollo Local por la Universidad de Bologna. Reconocido especialista en la materia, con vasta experiencia en asesoramiento tanto a gobiernos locales, provinciales y organismos públicos, como así también a empresas y organizaciones de la sociedad civil es, además, docente y autor de diversos libros y publicaciones.
En esta oportunidad, Quetglas, fue convocado por el Centro de Estudios de Políticas Municipales de 9 de Julio que ha dado comienzo a su ciclo de conferencias del corriente año.

DEMOCRACIA Y MERITOCRACIA
Durante su exposición, Fabio Quetglas, al señalar algunas particularidades del sistema democrático, explicó que “los gobiernos no se ponen por la voluntad de una sola persona, sino porque hay una forma que permite que un conjunto de personas puedan elegirlo por medio de un proceso electoral”.
“La democracia –añadió- es lo opuesto a la meritocracia; pues, en una empresa está bien que se elija a una persona por sus méritos académicos; pero, en el caso de lo público no tenemos un mecanismo mejor”.
En efecto, tal como lo señaló, “en todo caso, el mejor mecanismo de la democracia es el cuarto obscuro, donde el votante elige sin la influencia de la mirada del obispo, del cacique, de la suegra, el patrón o de quien fuera”.
Para Quetglas, “en función de ese mecanismo electoral es importante aprender a evaluar; porque una democracia se perfecciona en la evaluación”

MUCHO POR MEJORAR
En otro pasaje de su conferencia, al analizar estos treinta y cuatro años transcurridos en democracia, el disertante subrayó que “la nuestra es una democracia de baja calidad”, donde “hay mucho por mejorar, en materia de transparencia”.
“Un tema –ejemplificó- es la elección de medio tiempo. Hay muchos países, tales como Uruguay, que no tienen elecciones de medio tiempo. Eso quita mucho stress al proceso electoral y económico”.
En el mismo sentido, recordó que “en estos años de democracia hay aspectos en los que se ha mejorado; por ejemplo, la tolerancia, si hoy en la calle se ven dos hombres caminando de la manos porque se aman, nadie los juzgaría; eso, hace treinta y cuatro años era imposible”.
“En términos sociales –dijo-, nos hemos deteriorado mucho, porque hace treinta y cuatro años había menos gente viviendo en la calle respecto de hoy”.

LA IMPORTANCIA DE LAS INSTITUCIONES
A lo largo de su charla, Quetglas, citó un libro que ya se ha convertido en una verdadero clásico acerca de la temática tratada: “Por qué fracasan los países” (cuyo título original es “Why nations fail”) de Daron Acemoglu y James A. Robinson (2012).
Según Acemoglu y Robinson, cada sociedad funciona gracias a un conjunto de reglas políticas y económicas creadas e impuestas por el Estado y los ciudadanos colectivamente. Mientras las instituciones económicas dan forma a los incentivos económicos, es el proceso político lo que determina bajo qué instituciones económicas se vivirá, y son las instituciones políticas las que determinan cómo funciona ese proceso.
Desde luego, las instituciones políticas de una nación marcan la capacidad de los ciudadanos de controlar a los políticos e influir en su comportamiento. En consecuencia, en la vida real, las instituciones influyen en el comportamiento mediante incentivos.
Concerniente a ello, Quetglas, entre otros conceptos remarcó la importancia de las instituciones en la democracia y bregó por “encontrar mejores mecanismos institucionales, más participativos”.
“Debemos procurar ser ciudadanos más exigentes y más responsables; porque, los argentinos, somos ciudadanos de baja calidad”, expresó.

charlaquetglas25

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