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Doctor Walter Battistella. Cuando el trabajo y la dedicación todo lo pueden

[26 de marzo de 2011]

* Nacido en 9 de Julio, su infancia transcurrió en la localidad de Facundo Quiroga.

* Siendo niño sintió el llamado de su vocación: la Medicina.

* Desde niño conoció el sentido de la laboriosidad y el trabajo.

* En la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de La Plata realizó una brillante carrera, merced de un sacrificio personal importante.

* En la provincia de Neuquén realizó una importante tarea como director del hospital de Rincón de los Sauces.

* Militando en las filas de la Unión Cívica Radical fue elegido primero concejal y, más tarde, intendente municipal, funciones que desempeña en la actualidad.

* Su vida es ejemplo de laboriosidad, dedicación y perseverancia; reflejo de una voluntad sostenida sin eufemismo, con firmeza, hacia un objetivo claro.

Al iniciar esta nota sabemos de antemano cuan difícil es sintetizar en el apretado espacio periodístico una biografía y una carrera tan intensa. Difícilmente puedan resumirse casi dos horas de un bonancible diálogo con el protagonista de esta nota, quien amablemente aceptó la propuesta de echar una mirada al pasado, atisbando en aquellos momento claves  de su vida.

Sabemos que, al recorrer la vida del doctor Walter Roberto Battistella, actual intendente municipal del Partido de 9 de Julio, habremos de encontrar un ejemplo para los más jóvenes, un modelo en el que se manifiesta una perseverante voluntad orientada hacia un fin noble, hacia un objetivo loable. En esta trayectoria rica en experiencias, aparece un mensaje que podría sintetizarse en aquella vieja expresión latina: “Labor omnia vincit”, que puede traducirse como “el trabajo conquista todas las cosas” o “el trabajo todo lo vence”.

Nacido el 9 de abril de 1958, en el hogar formado por Roberto Marcelino Battistella y Antonia Fermocelle. Si bien su nacimiento ocurrió en la ciudad de 9 de Julio, siendo su obstetra el recordado doctor Elido Bettinardi, su familia se encontraba radicada en la localidad de Facundo Quiroga, donde transcurrió buena parte de su infancia.

Sus estudios primarios los cursó en la Escuela Nº 13 y, al mismo tiempo, comenzó en plena infancia a conocer la importancia del trabajo.

“Desde los ocho años de edad –narra Walter Battistella a EL 9 DE JULIO- trabajé en la parroquia de Facundo Quiroga, como ayudante del entonces párroco José Rossell. Posteriormente, fui empleado en la herrería de Merino y Lanzi”.

Cuando contaba 11 años se radicó junto a su familia en 9 de Julio y completó el séptimo grado en la Escuela Nº 3.

“En ese momento –explica-, mi padre se había quedado sin trabajo en Quiroga, dado que la empresa donde él trabajaba había quebrado, entonces decidimos venir a buscar nuevos horizontes a 9 de Julio”.

En esos años, su familia instaló un restaurante, en la avenida Río Uruguay (hoy Tomás Cosentino) entre Tucumán y Cavallari,  donde en su momento había existido el restaurante de Cattaini. Allí, Walter trabajaba como mozo. Este emprendimiento familiar lo mantuvieron  hasta que su padre consiguió un nuevo empleo en la empresa de ómnibus “El Caballito Criollo”.

Finalizados los estudios primarios, ingresó a la Escuela Nacional de Comercio. Comenzó el primer año en el antigüo edificio de la esquina de San Martín y Libertad y, cuando iniciaba el tercer curso pasó al nuevo edificio, donde hoy funciona la Escuela Normal Superior.

Desde siempre tuvo un firme sentido sobre la responsabilidad y un imperativo constante hacia la laboriosidad, tanto así que, mientras cursaba sus estudios secundarios realizó diferentes trabajos. Entre sus empleos pueden mencionarse el realizado  en el antigüo mercado de Appella, como peón de albañil con Domingo Mariani y, posteriormente, en el taller mecánico de Seijo, donde comenzó trabajando en el sector administrativo y luego pasó a la sección de mecánica. Por ese tiempo, durante los fines de semana, también desempeñaba tareas de la confitería “Barrabás”, que por entonces se encontraba en la esquina de Libertad y La Rioja.

EL NACIMIENTO DE UNA VOCACION

La vocación hacia la medicina surgió, en la vida de Walter Battistella, cuando era todavía niño. En ese momento tenía muy cercana la imagen del médico de su pueblo, doctor Mario Secón, quien trabajaba denodadamente para resolver la mayoría de los problemas que se presentaban.

“En 1976 –recuerda- finalicé los estudios secundarios con deseos de irme a estudiar. Había comenzado a realizar los trámites para ello, pero el ‘rodrigazo’ me impidió poder iniciarlos. El dólar se había incrementado en alrededor del 100%, y para un hogar de trabajadores era imposible sostener a un estudiante”

“Luego –añade- de haber obtenido la baja del Servicio Militar, comencé a construir mi casa en 9 de Julio hasta que comencé a prepararme para iniciar la carrera universitaria. Para ese entonces habían cambiado las condiciones de ingreso, el ingreso abierto que existía al momento en que había terminado la secundaria, al año 1981 en que ingresé en la Universidad, ya se había implantado el ingreso por medio de exámenes”

Para efectuar el examen de ingreso, se preparó previamente con dos profesoras en 9 de Julio, Mónica Porcel de Peralta, en biología y Estela Marconi, en química.

«En diciembre de 1981 me radiqué, junto a mi esposa, en la ciudad de La Plata y en marzo del año siguiente rendí el ingreso. Durante ese tiempo, además de trabajar concurría a un instituto privado en el cual se preparaba para el ingreso”, refiere.

Walter Battistella ingresó en 1983 a la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de La Plata.

Tal como el propio doctor Battistella lo comenta, “era una carrera sacrificada, puesto que en ese momento trabajaba como mozo y tenía solamente un franco por semana, los días miércoles”.

“El resto de los días volvía de madrugada y tenía poco tiempo para el descanso, ya que se cursaba a partir de las ocho de la mañana. El día de descanso semanal me permitía recuperarme”, recuerda.

NEUQUEN, SU PRIMER DESTINO COMO MEDICO

La carrera de Medicina la realizó en seis años. Finalizada la misma se trasladó a Neuquén Capital  para efectuar la residencia en el Hospital “Bouquet Roldán”, uno de los centros más prestigiosos del país para las residencias en Medicina generalista. Para ese momento había rendido satisfactoriamente para ingresar en nosocomios de Buenos Aires y del Chubut, pero escogió la ciudad de Neuquén.

Una vez finalizada la residencia fue designado como director del hospital de Rincón de los Sauces, una localidad ubicada en el departamen-to de Pehuenches en el noreste de la provincia del Neuquén, en la margen derecha del río Colorado, a unos  doscientos seis kilómetros de la capital provincial. Allí permaneció por espacio de un año y medio.

El doctor Walter Battistella define los años vividos en la provincia de Neuquén como una “muy buena experiencia de vida”.

“En Neuquén –dice-, los médicos eran públicos, es decir pertenecientes a los hospitales estatales. Todos allí dependíamos del Sistema Provincial de Salud; estábamos bien remunerados, incluso para los profesionales que se radicaban en el interior había vivienda, gas, energía eléctrica, como servicios disponibles para que se asentara el médico”

“La presencia –subraya- en Rincón de los Sauces me sirvió para adquirir experiencia en la práctica médica. En virtud de que se trataba de una zona petrolera muy importante, había muchos accidentes. Asimismo, me sirvió para poder obtener experiencia en partos, ya que se trataba de una población joven con un alto índice de partos mensuales”.

En ese momento, Rincón de los Sauces estaba en paulatino crecimiento; tanto así que en términos de dos años había crecido de alrededor de dos mil habitantes a diez mil.

«Me tocó –sugiere el doctor Battistella- participar de un momento histórico para esta localidad, que había sido descubierta recientemente como uno de los yacimientos petroleros más importantes del país. La privatización de YPF, el asentamiento de empresas privadas que se radicaban para la explotación del petróleo, sumado al cierre de la mina de carbón de Sierra Grande, en Río Negro, generó un aumento la población”

EL REGRESO A QUIROGA

En 1994, volvió a Facundo Quiroga con la finalidad de reemplazar al doctor Secón quien se encontraba atravesando problemas de salud.

“El regreso –comenta el doctor Battistella- a Quiroga significó un período de adaptación, pues estaba acostumbrado a un tipo de medicina diferente que se realizaba en Neuquén. No tenía hábito de trabajar en la actividad privada, por lo cual me costaba mucho poder cobrar una consulta, pedir un bono. Más aún, al principio tenía dificultades para facturar, ya que el Círculo Médico no me tomaba como socio hasta pasado un año”

En 1999 se radicó definitivamente en esta ciudad. Aquí venía realizando los servicios de Guardia en el Hospital Zonal “Julio de Vedia”, en Clínica Oeste y en la Clínica Independencia.

Aún teniendo domicilio en 9 de Julio, hasta el año 2001 continuó viajando dos veces por semana a Quiroga para brindar su atención médica a la comunidad.

Después de haber finalizado, en 2001, su cargo de concejal volvió a desempeñarse como médico municipal. En el Hospital de la localidad de Dudignac ofició como médico pediatra; luego en las salas de primeros auxilios de Patricios, Barrio Luján, Barrio Parque Julio de Vedia y Diamantina. En esta última se produjo una vacante, cuando el doctor Lizarralde se acogió a los beneficios de la jubilación, siendo designado el doctor Battistella al frente de la misma hasta el año en que fuera elegido como intendente.

En la calle Salta entre Robbio y Libertad, el doctor Battistella,  tiene actualmente su consultorio, en un moderno y confortable edificio.

LA LLEGADA A LA POLITICA

En 1995, decidió comenzar a militar en la Unión Cívica Radical. Enseguida fue postulado como candidato a concejal, cargo para el que fue elegido en 1997.

“En 1983 –rememora el doctor Battistella- , cuando me encontraba en La Plata y luego cuando estaba en la Universidad, sentí el fervor de la militancia, por la democracia. En cierta ocasión, incluso, participé de un acto encabezado por el doctor Alfonsín en la cancha de Estudiantes; pero nunca milité hasta 1995”.

Entre 2001 y 2003 se desempeñó como presidente del Partido a nivel local.

“Luego de la renuncia de De la Rúa, debimos realizar un trabajo interno en el Partido. En ese momento nos llovían las renuncias de afiliados. Entonces decidimos destruir el viejo Comité que teníamos y construir uno nuevo, con los fondos que había dejado el anterior presidente. Esto nos permitió reorganizarnos internamente, trabajar con otras líneas políticas, comenzar a militar juntos, conocernos”, narra.

INTENDENTE DEL PARTIDO DE 9 DE JULIO

En 2003 fue propuesto como candidato a intendente municipal por el Radicalismo. Más tarde, en octubre de 2005, tras el fallecimiento del intendente Martín Callegaro, fue llevado nuevamente como candidato, resultando elegido en esos comicios.

“El Justicialismo –opina- había apostado todas sus fichas a la figura de Martín, por lo tanto no había un sucesor posible en el poco tiempo que quedaba. Como había quedado en carrera y bien ubicado en los resultados, esto me permitió llegar a la gestión de gobierno”.

Desde el momento en que asumió la gestión municipal se propuso, como parte central de su plan de gobierno, “mejorar la calidad de vida de los nuevejulienses”. En ese sentido, entre otros emprendimientos, tal como lo enumera el doctor Battistella, ha acometido la reorganización del servicio de Salud municipal, en los distintos efectores municipales; la ampliación del servicio de cloacas, la estructuración del trabajo de  las cuadrillas municipales, la municipalización del servicio de barrido y limpieza, la construcción de varias cuadras de asfalto en frío, la recuperación de espacios verdes, la concreción de obras públicas en distintos barrios, la construcción de plazoletas, la adquisición de importantes maquinarias viales, las mejoras en las localidades del interior  y la ampliación del radio de alumbrado público, entre otros emprendimientos interesantes.

En octubre de 2007 fue reelecto para el cargo de intendente municipal, cuyas funciones desempeña en la actualidad.

SU FAMILIA

En diciembre de 1976 contrajo matrimonio con Sonia Iris Sorochar. De esa unión nacieron Carolina Noemí, actualmente radicada en La Plata y cursando la carrera de Profesorado de Educación Especial, modalidad Sordos e Hipoacúsicos; Nicolás Rubén, quien también estudia en la capital provincial, la carrera de Ingeniería Civil y Sebastián Ricardo, quien recientemente finalizó el secundario y emprenderá sus estudios universitarios en Ingeniería Electrónica.

PALABRAS FINALES

Walter Battistella considera que “en una comunidad no solamente es necesario el intendente, también lo es el barrendero, la enfermera, el médico, cada uno de los actores que integran una comunidad”.

“En la medida –añade- en que todos seamos responsables, que nos dediquemos a la tarea que tenemos, trabajando en bien de la comunidad, con solidaridad, creciendo en conjunto sin mezquindades personales”.

En una parte determinante de su mensaje, solicitado por EL 9 DE JULIO, a modo de epílogo de esta semblanza biográfica, rescató la importancia de “trazar objetivos máximos para que toda la comunidad trabaje en pos de los mismos”.

“Todos deseamos –dijo- alguna vez tener una mejor posición en la vida; esto es muy lógico, pero si no vemos lo que pasa alrededor nuestro, lo más probable es que vayamos a tener cada día mayor injusticia, más inseguridad, más problemas sociales y menos crecimiento en comunidad”.

El doctor  Battistella bregó para que “todos los vecinos se consideren parte de la comunidad, del desarrollo de la misma, y del beneficio que trae ese desarrollo”.

“Todos, en mayor o en menor medida, tenemos un potencial para desarrollar nuestras habilidades”, concluyó

Ante las realidades de los momentos actuales, en que muchos jóvenes  transitan la incertibumbre existencial sobre qué hacer de su futuro, aún cuando cuentan con los recursos económicos para emprender un proyecto de vida, la trayectoria de  Walter Battistella es un ejemplo de dedicación y perseverencia.

Cuando existen objetivos firmes y la convicción de cuál es la meta que se desea alcanzar, todo es posible. El trabajo y la constancia, todo lo pueden.

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