[14 de febrero de 2011] Las tendencias se amplían, y la zona 63 de este Torneo del Interior 2011 se va terminando de definir. De aquel primer partido –tan sólo un mes atrás- a esta goleada tigrense de ayer en el estadio Abel del Fabro, parece haber pasado un año. Porque el Defensores de la Boca ordenado y punzante del inicio de campeonato no tuvo respuestas en ningún momento ante este Once Tigres que va encontrando su mejor forma y ya casi tiene puesta la chapa que más le gusta a su técnico, Omar Santorelli: la de candidato. Si algo le falta, quizá, para terminar de sacar este rótulo, es la definición. Porque metió cuatro goles, pero falló dos penales y varios tantos de esos que no hay que fallar.
De todos modos, en ningún momento dejó el local en duda su liderazgo en el partido. De entrada, salió a llevarse por delante a su rival, e iban tres minutos cuando Tempestti tiró un centro que definió mal –de manera increíble- Mauricio López, solo en el segundo palo. A esta situación, siguió la primera incursión al área de Dizeo, tras un cambio de frente de Montenegro, que tapó muy bien Camiletti.
Luego, llegó la primera polémica de la tarde: Zelin cabeceó un tiro de esquina al gol, y Zalazar metió la mano para evitar el ingreso del balón, pero no lo logró. El árbitro Rafael sancionó penal y expulsó al jugador, cuando muchos pensaron que cobraría el gol. Pero no.
Hay que ver qué interpretación hizo el árbitro. Ascani se paró en los doce pasos reglamentarios y remató desviado.
Luego se reivindicaría el delantero –que jugó más recostado sobre la punta que en otras ocasiones- metiendo un centro para Dizeo, que primero cabeceó y después tomó el rebote que había dejado el arquero para el primer gol de Once Tigres, hartamente merecido.
Iban 27 minutos, y tan sólo cuatro más tarde Montenegro, en posición dudosa pero legitimada por el juez de línea, clavó un tiro de media vuelta que dejó sin chances a Camiletti.
Dos goles arriba, con un jugador más, y encima, cada vez que iba a la carga, el tricampeón
de 9 de Julio parecía acariciar el tercero. López dejó una definición en el palo, y luego erró otro gol increíble, solo ante el arquero tras una asistencia notable de Ascani, antes que terminara ese primer tiempo.
Martini probó con cambios en el descanso, para equilibrar defensa y mediocampo, pero no hubo caso ante este Once Tigres que demostraba lo mejor de su repertorio: imparables Montenegro –a pesar de su engañosa pesadez de movimientos, jugador de enorme jerarquía- Ascani y Tempestti, muy bien Frisenda y Zelin quitando y haciendo jugar.
Ascani le sirvió un centro a López, que una vez más no pudo mandar su definición a la red, de cabeza. Con similar fórmula y el mismo ejecutor de centro, Montenegro no perdonó y puso el tercero.
A los 17 minutos de esta etapa, Dizeo también se anotó su segundo gol, de cabeza, ganándole a toda la defensa visitante, y dejando en claro una vez más que es un jugador de otra categoría.
Todo lo que siguió fue más de lo mismo. La presión de los dirigidos por Santorelli era demasiado para la del conjunto proveniente del ascenso, que hacía agua por todas partes. Hubo otro polémico penal –un defensor pensó que se había detenido una jugada y tomó la pelota con la mano- y una vez más Ascani no pudo meterlo, aunque en esta ocasión, por obra y gracia de Camiletti, gestor principal de que la goleada no fuera mayor. El ingresado Maccagnani amagó y estrelló un tiro en el palo. Otro ingresado, Bossio tuvo dos ocasiones claras, lo mismo que Montenegro. Dizeo también pudo ampliar la ventaja, y Maccagnani tuvo su revancha, pero Camiletti respondió de maravilla.
Y se terminó el suplicio de Defensores de la Boca, que ahora queda muy complicado, casi afuera del certamen. Once Tigres sigue en franca evolución en su juego, y más líder que nunca de la zona.
