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viernes, abril 26, 2024

Reconocimiento en su tierra a uno de los grandes payadores argentinos

[15 de enero de 2011]

Por Guillermo Blanco

CON ESTE HOMENAJE GRATO,   SOCCODATO PARA  RATO

Que en un partido bonaerense de casi 50.000 personas el diez por ciento acuda al reconocimiento a un payador local no es para la rima barata. Por eso no fue una frase tirada entre los árboles del frondoso parque San Martín al azar aquella de “ahora ya me puedo morir tranquilo”, sacada de lo más profundo de su garganta por el gigante Jorge Alberto Soccodato. Ocurre que uno no tiene un encuestador propio para saber si vendrán o no, y de pronto se encuentra con gente vecina que como goteo se va acercando con la humildad pueblerina que se anima más a la sombra de la noche para ofrecer su presencia y su gratitud, como homenaje mayor.

Fecundo referente de su 9 de Julio natal, el Socco ha pasado la mayor parte de sus seis décadas sacudiendo bordonas para acompañar sus versos, aprendidos por maestros del lugar como Juan P. Carrizo, y solidificados en el andar con lo mejor de los improvisadores rioplatenses, famosos en el ramo o no, como Carlos Molina, Roberto Ayrala, José Curbelo, Carlitos Rodríguez, el Pampa Domínguez, el Indio Bares, Carlos López Terra  y otros nuevos que vienen afirmados a la grupa y piden cancha.

Esta noche han llegado de Lobería el Topo Lauga; de Chivilcoy, Carlitos Marchesini; de aquí nomás, de Bragado, Carlos Colombo, de Santa Rosa el exquisito René García y del Uruguay la donosa Mariela Acevedo, veterana del verso a pesar de su no tan larga edad, y su compatriota Raúl Romero. (Ellos han recordado la mano que el homenajeado le diera al colega Wenceslao Varela, caído en desgracia en tiempos pasados). Hasta se ha prendido Juan Carlos Ramos, firme rama del lindo  pago del Socco (y también de quien esto escribe, qué tanto), con tres CD por los vientos y un formato clásico gustador y solvente.

Todos han querido demostrar el afecto hacia este payador, animador de jineteadas de primerísimo nivel, y cuentista criollo que siempre va a cautivar a su gente por el modo de entrarle sin rebencazos ni golpes bajos. Sus espectáculos empiezan y terminan impecables, como los que suelen ocurrir en los teatros Alvear y  Regio de Buenos Aires o el mismísimo Maggió, obra cultural madre uruguaya ubicada en San José de Mayo.

Diez décimas enviadas por ese prócer llamado Abel Soria para Soccodato le dan más vuelo a una jornada que de por sí anda bien arriba, como la voz del payador que arremete y al instante su gente ya está envuelta en el poncho de su espectáculo, del cual quedarán en el recuerdo lo que cada mente pueda almacenar, entre otras cosas los versos de Soria…

Hecho ritmo en el oído

como un verso juglaresco.

transita el arroyo fresco

de su nombre y apellido.

Fiel octosílabo henchido.

de hondo y musical ornato;

clavel cuyo cáliz grato

conjuga trémulas gotas.

Tres palabras y ocho notas:

Jorge Alberto Soccodato.

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