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jueves, abril 25, 2024

HISTORIAS DE VIDA: Armando Palacios, José García y Numa Romero

palaciosROMERO, NumaTres educadores, una misma vocación
* Tuvieron, como docentes, una auténtica vocación hacia la enseñanza.
* Una de sus características más importantes fue la preparación, tanto pedagógica como académica, que tuvieron para desempeñar con propiedad la enseñanza.
* Tuvieron, en sus vidas,  un espíritu de superación que los llevó a cultivarse para conocer y comprender los adelantos, no sólo en las propias disciplinas     que enseñaron, sino en la cultura en sentido general.
* El hábito de la lectura los  acompañó  siempre, en sus vidas.
* Fueron modelos, ejemplos ante los alumnos.

En la rica historia nuevejuliense sobreabundan, por fortuna, los ejemplos de preclaros educadores que trabajaron con auténtica vocación por la formación de los educandos.
Armando Palacios,  José Gerardo García y Numa Romero fueron tres profesores del Colegio Cavallari. A los tres les unió un mismo ideal de educación, una misma noción de forma sobre el rol y la esencia del docente.
El proceso educativo siempre depende de encuentros fructíferos. La calidad del educador depende pues, en primera instancia, de su capacidad de crear y conformar encuentros, y con ello, relaciones humanas.
El encuentro con el niño es, por un lado, un encuentro con una determinada etapa evolutiva, por otro lado, el encuentro con un determinado entorno social, y finalmente, el encuentro con una situación histórica bien definida, con manifestaciones culturales concretas. Pero todos estos encuentros tienen por finalidad servir al ser único e inconfundible de manera tal, que él pueda manifestarse autónomamente en esa etapa evolutiva, en ese entorno social y en esa época histórica. Precisamente,  Armando Palacios,  José Gerardo García y Numa Romero tuvieron en común esa relación viva con todas las circunstancias de su tiempo, fueron auténticos contemporáneos, insertos en el mundo moderno con gran comprensión, con sensibilidad por los procesos sociales y con una mirada despierta.

ARMANDO PALACIOS
Armando Palacios había nacido en Bolivia, pero contaba con poco más de veinte años cuando, en 1927 decidió radicarse en 9 de Julio. Por aquellos años, en su país de origen, se debatían fuertes tensiones políticas internas que terminan con la hegemonía de liberales y conservadores, desembocando en el deterioro de la clase política y el comienzo de la Guerra del Chaco.
Graduado como Ingeniero de Minas, poseía amplios conocimientos sobre Matemáticas, Física, Química, Contabilidad, Inglés y Castellano, entre otras disciplinas. Esto le permitió incorporarse, en seguida, como profesor en el Colegio Cavallari, para dictar Matemática y, asimismo, en los primeros años también dio clases de Educación Física. Tanto así que, siendo muy joven conformó el equipo de básquetbol del Cavallari.
El profesor Armando Palacios desarrolló en esta ciudad una notable labor cultural. Siempre estuvo atento a la importancia de la irradiación del conocimiento y no dudo en fomentar todas las obras necesarias con ese fin.
En la Comisión directiva de la Biblioteca Popular “José Ingenieros”, el profesor Palacios, ocupó los cargos de tesorero (1933-1935, 1941-1942, 1943-1944), presidente (1937-1939, 1940-1941, 1944-1945, 1948-1949, 1951-1952), secretario (1929-1940, 1942-1943), vicepresidente (1949-1950) y vocal. Sus gestiones fueron claves para obtener, como se verá más adelante,  la donación del terreno donde actualmente se levanta el edificio de esa Biblioteca.

JOSE GERARDO GARCIA
Maestro de profesión, José Gerardo García, se desempeñó como director en la Escuela Nº 6 de Norumbega, para pasar luego a la localidad de La Niña y, posteriormente, a la Escuela Nº 12 de French.  Siendo director de la  Escuela Nº 3 se acogió a los beneficios de la jubilación a aunque ello no lo alejó de la docencia, pues continuó en el Colegio Cavallari, así como Palacios, desplegó una brillante labor educacionista.
Siendo muy joven, José García, se había sentido atraído por el periodismo. Fue redactor de varios órganos periodísticos, entre ellos «El 9 de Julio» y, más tarde, fundó y dirigió el periódico «El Imparcial».
En la memoria de no pocos nuevejuliense se encuentra la figura de este destacado maestro, poeta, periodista y ajedrecista.
García fue bibliotecario de la Biblioteca Popular «José Ingenieros» entre diciembre de 1942 y octubre de 1963. En la comisión directiva de la misma culpó los cargos de vicepresidente (1933-1934, 1934-1935) y de vocal (1936-1937, 1938-1939, 1939-1940). También demostró su amplia formación intelectual en los cursos de Literatura Española que dictó, en 1940 y, en 1949 fue el primer delegado ante Congreso Provincial de Bibliotecas Populares, celebrado en la ciudad de La Plata.
El director del Diario «El 9 de Julio», Antonio Aita, definía a García como «un lector bueno y constante a quien le apasionaban los libros y por eso cumplió con tanto celo y perseverancia su tarea de bibliotecario de la Biblioteca Popular José Ingenieros, tarea en la que fue sumamente útil».
«Los lectores -añade Aita- encontraron en su elevada cultura la guía siempre oportuna y el relato amable que los interesaba de cuanta obra requerían».
Según Aita, «fue un factor importante en la fecunda labor cumplida por la Biblioteca, su bibliotecario, don José García, quien durante unos 20 años estuvo al frente de la misma, a la que ayudó a prestigiar la con sus conocimientos y con su vasta cultura».
En efecto, como un extraño conjuro del destino, don José García, falleció en la madrugada del 24 de octubre de 1963, pocos días antes de la inauguración oficial de la nueva sede de la Biblioteca, por la que tanto había bregado.

NUMA ROMERO
De nacionalidad boliviana, nacido en Chuquisaca, se había radicado temporalmente en la Argentina para cursar estudios en la Universidad Nacional de La Plata. Durante algunos años, aunque pocos, vivió en esta ciudad, a instancias de un amigo y coterráneo suyo, el profesor Armando Palacios.
Romero fue profesor del Colegio Cavallari, donde desarrolló una descollante labor educativa, siendo el principal animador para la creación del Centro Estudiantil «Cavallari».
Así como García, Romero, fue bibliotecario en la  Biblioteca Popular  «José Ingenieros». Allí realizó una tarea que se deslizó en dos vertientes, en un tiempo relativamente breve. Por un lado, trabajó para lograr la captación de lectores y usuarios de la nueva Biblioteca, procurando hacer la cercana a toda la sociedad; y por otro, prestó su colaboración en la organización de las pláticas o conferencias temáticas que fueron una contribución relevante para la sociedad de su tiempo y sobre las cuales nos ocuparemos más adelante.
Numa Romero del Carpio renunció a su cargo en diciembre de 1935, con motivo de ausentarse de esta ciudad.
Escritor de renombre en Bolivia, se destacó como filósofo, historiador y ensayista. Autor de algunos ensayos de fuste fue, en diferentes períodos de su vida, catedrático y funcionario estatal, especialmente durante la presidencia de Germán Busch (1938-1939).
En 1952, Romero, debió soportar las presiones de la llamada Revolución Nacional. Su vivienda fue arrasada por las turbas del nuevo gobierno nacionalista, quitándosele gran cantidad objetos personales y  sus muebles antiguos; fueron quemados sus libros y, tal como lo revela su sobrino, el doctor Hugo Celso Felipe Mansilla, «le estropearon la vida por mucho tiempo».

PALABRAS FINALES EL RECUERDO DE TRES PROFESORES
La profesión del educador es una profesión noble y enriquecedora para quien realmente la toma en cuenta o mejor dicho para quien verdaderamente la ama.
El buen educador debe poseer una cualidad que constituye la base de toda su acción docente: amar la docencia de una forma sincera, desprovista de una falsa retórica.
Ser educador significa ser instruido, culto, paciente y firme, astuto y sutil, y por sobre todas las cosas significa saber amar, y comprender claramente la influencia que puede proyectarse sobre los alumnos.
Armando Palacios,  José Gerardo García y Numa

 

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