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viernes, abril 19, 2024

Chaqueño, lejos de casa y cerca de todos

[20 de diciembre de 2010]

Por Guillermo Blanco (publicadi en Folklore Club)

El Chaqueño Palavecino está suelto, cansado pero distendido. El trajín de tanto andar de pueblo en pueblo esta noche tiene una justificación para parar la pelota. Es que se trata de su cumpleaños, el número 51, y el trabajo lo depositó en este suelo de nombre afrancesado, Dudignac, a pocos pasos de 9 de Julio, cabecera de ese lindo partido del oeste bonaerense.

Hay 6.000 cuerpos y almas que tratan de abrir bien grandes los ojos para no perderse nada de lo que ocurra en el escenario. Y el parar la pelota no es una frase tirada así porque sí. Resulta que el ex profe de la Selección Argentina, Fernando Signorini, el ex futbolista y actual técnico Mauro Navas y quien escribe han llevado una Jabulani traída desde el mundial de Sudáfrica, firmada aquí por Diego Maradona, César Menotti, Ángel Cappa, Diego Cocca, “Fatiga” Russo y otros integrantes del segundo amor de Palavecino, el fútbol. Y de pronto la misma desapareció.

Algún descuido, alguna mano rápida… Claro que esa cosa redonda de pronto debió ser como una bomba de tiempo luego de que por los micrófonos se contó la historia y claro, la dignidad del pueblo pasó a estar en escena. Hasta que la historia terminó de la mejor manera posible, apareció la pelota en un rincón y ahora sí, el Chaqueño Palavecino la recibió y hasta se puso a hacer jueguitos. Y hasta sonrió cuando se lo elogió porque le pegaba al balón con los dos pies…pero al mismo tiempo.

Detrás, la fidelidad absoluta de sus diez paisanos afinaban guitarras, violines, bombo y bandoneón. Estaba en Dudignac, que en ese mismo instante semejaba la cancha de su comarca de Rosario de Lerma, allá en su Salta natal. Y se mandó un chiche maradoniano que levantó aplausos, o mejor, hizo que los aplausos siguieran como una constante de lo que fue toda la noche, hasta la madrugada del domingo.

Y hasta una torta hubo, hecha por la mano de una habitante de la zona que se enorgullecerá de por vida por tamaño comensal. Fue como si las manos de Argentina Gorosito se hubiesen multiplicado y todas las manos femeninas de la región hubieran aportado al la confección del dulce.

Linda noche esta que transcurre con los nuevos temas del Chaqueño envueltos en el CD por sus 25 años, número que sirve para le reflexión y la claridad del camino a seguir con el combustible que la vida decida.

Generoso como siempre, esta vez volvió a darle cabida a Lucrecia Longarini, ya la cuarta vez que invita a subir a escena, y esta joven justamente de esta tierra, mostró su crecimiento musical y de manejo del escenario, cantando a dúo, dialogando con él y convirtiéndose en una anfitriona más, sin sacarle un centímetro a la locutora oficial, Griselda.

La convocatoria de la cooperativa agrícolo-ganadera “Dudignac”, nacida un año después del Chaqueño, encontró una respuesta inmejorable para el festejo mutuo.

La organización estuvo a tono con las circunstancias y el escenario, contratado y traído desde suelo cordobés, satisfizo a todos. No fue una noche más, rutinaria, aunque con el Chaqueño arriba no suele asistir la somnolencia. Y el público, ya no solo las mujeres como de costumbre sino también con hombres revoleando abrigos, encaró feliz la oscuridad de ese rico pedazo de la pampa húmeda para volver a casa.

Es la primera vez que se junta tanta gente en este remanso. La gente le dio pelota a la convocatoria que se venía gestando desde hace casi un año, y como el Chaqueño pero sin botas, la levantó con un pié y la revoleó hacia los vientos con las notas de «Amor Salvaje», la llevó por la orilla como el «Juan de la Calle» y entre «La Ley y la trampa» todos eligieron la ley, hasta aquella mano ligera que se había llevado la redonda y, arrepentido de la picardía, la devolvió a la vida y a la ahora sí, total felicidad de cada uno de los habitantes que, señoras y señores, también merecen el aplauso.

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