El motín de la Unidad Penal Nº 2 Sierra Chica, considerado el más sangriento de la historia carcelaria de nuestro país, cumple hoy 20 años.
La tarde del sábado 30 de marzo de 1996 la banda liderada por Marcelo Brandán Juárez y Jorge Pedraza encabezó, durante ocho días, la rebelión de unos 1500 presos. Los líderes fueron apodados los «Doce Apóstoles» por llevar a cabo la revuelta durante Semana Santa.
Diecisiete rehenes, entre ellos una jueza y su ayudante, ocho muertos, cuerpos descuartizados e incinerados y canibalismo son la síntesis de un motín que mantuvo en vilo a las fuerzas penitenciarias y políticas del país de ese entonces.
Tras ocho días, los 12 Apóstoles se entregaron a las autoridades a cambio de ser trasladados a la cárcel de Caseros, ubicada en la ciudad de Buenos Aires.
En abril de 2000, 24 de los involucrados fueron a juicio. Diecisiete detenidos recibieron condena (seis a reclusión perpetua, ocho a 15 años de prisión, dos a 12 años y uno a 6 meses), mientras que los restantes terminaron siendo absueltos.