spot_img
spot_img
21.2 C
Nueve de Julio
viernes, abril 19, 2024

130º aniversario de la Asociación Italiana: Tributaron un homenaje a Marcos Marenco y a Angel Cingolani

[30 de noviembre de 2010] El domingo, en el marco de los festejos por el 130º aniversario de la Asociación Italiana de 9 de Julio, en el Teatro Rossini tuvo lugar un homenaje a Marcos Marenco y a Angel Cingolani, dos personas vinculadas con la historia de esta tradicional sala nuevejuliense.

En la oportunidad, Patricia Marenco, hija de don Marcos, junto a Gildo Miglie- rina, descubrieron una placa por medio de la cual quedó impuesto el nombre del recordado empresario cinematográfico local al hall de acceso al Teatro. Del mismo modo, la tesorera de la entidad Analía Guaragna  junto a Susana G. de Malizia, de la Asociación Cultural Nuevejuliense, descubrieron la placa con la imposición del nombre de Angel Cingolani a la sala de proyección del Rossini.

Gildo Miglierina explicó que “Marcos Marenco fue para la Sociedad Italiana un filántropo, un decidido colaboraron; por eso que, a partir de hoy, el hall de este Teatro llevará su nombre”. Asimismo, por haber sido Gildo, durante más de diez años, operador de cine, rememoró algunas vivencias de aquella época y la vez que agradeció a los actuales concesionarios del Teatro.

“La Asociación Cultural Nuevejuliense –dijo- hace mucho por este Teatro. Esta comisión, que ya hace varios años que están, todo lo invierten en el mantenimiento de esta sala, y eso es justo reconocerlo, porque permiten que la misma pueda seguir existiendo”.

Susana G. de Malizia expresó que “hoy aquí está, acompañándonos, el duende de Angelito Cingolani, que hizo mucho y dejó mucho por este Teatro, como lo hizo don Marcos Marenco”.

“Para mí es un honor y motivo de una gran alegría poder descubrir esta placa”, manifestó Susana.

Por expreso pedido del presidente de la Asociación Italiana, Glarita Villar leyó un fascinante poema, en cuyos versos estaba reflejada toda la historia del Teatro Rossini.

DOS PERSONAS CON UNA HISTORIA

LIGADA AL ROSSINI

Don Marcos Maren- co fue, durante muchas décadas, el empresario que concesionó el Cine Teatro Rossini. Figura destacada en el pasado de esta comunidad, a la que sirvió en diferentes instituciones, había arribado a esta ciudad aceptando un importante ofrecimiento laboral relacionado con el cine. La familia Zurro, propietarios de una conocida empresa cinematográfica que tenía a su cargo la explotación de varias salas en la región y quienes además había sido sus condiscípulos en el Colegio «Santísimo Redentor», habían puesto en sus manos primero la administración del Cine en 9 de Julio.

Marenco ya conocía a la comunidad nuevejuliense desde mucho antes de su establecimiento en 9 de Julio, pues como viajante de la Química «Bayer» solía recorrer la zona y detener su camino en esta ciudad.

Con el tiempo, don Marcos sucedió a la empresa de Zurro, tomando a su cargo la concesión del Teatro Rossini y del Cine 9 de Julio.

El recordado Angel Cingolani, nacido en 25 de Mayo el 2 de abril de 1930, había tenido contacto con el cine, desde la cabina de proyección, cuando era adolescentes y se encontraba radicado en la ciudad de Buenos Aires.

En enero de 1972, Angel Cingolani se afincó en la ciudad de 9 de Julio. En ese año, Carlos Machioni, a la sazón encargado de proyectar las películas en el «Rossini» asumía la jefatura de la delegación local de Obras Sanitarias. En consecuencia, frente a la imposibilidad de éste, de continuar al frente de ese trabajo, fue convocado Cingolani, por el término de dos meses. En realidad, su permanencia en ese empleo habría de proseguir por espacio de catorce años, hasta 1986.

Según el propio Cingolani refería, su paso por el cine le había significado una grandiosa experiencia. Más aún, le permitió cosechar la amistad de muchas personas vinculadas con la sala: su responsable, Marcos Marenco; y los operadores Carlos Santoro y Lorenzo Alonso, entre otros.

Más noticias