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Nueve de Julio
viernes, marzo 29, 2024

Cuando el ferrocarril fue agente de progreso para 9 de Julio

El ferrocarril significó para 9 de Julio un agente relevante para su crecimiento, tanto económico como social. El período comprendido entre 1883 y 1930 puede definirse como una etapa de solidificación económica para el distrito. Si bien cada uno de los años que conforman ese tiempo histórico posee su particularidad, en su conjunto reúnen un contexto donde puede manifestarse el mayor crecimiento manifestado desde su fundación. Es decir, tanto demográfica como socioeconómicamente, aún a pesar de haber atravesado por la gran crisis de 1890 -hecho que influyó considerablemente en la economía del lugar-, pudieron experimentarse incrementos.
«Con la llegada del ferro carril del Oeste -escribe Buenaventura Vita- y la construcción de la estación, que se hizo en ese año, en la fracción de la chacra donada por Antonio Maya al Directorio de ese ferrocarril, que entonces era propiedad de la Provincia de Buenos Aires, frente a la conclusión de la calle Avenida Vedia, al sud de este pueblo (donde actualmente existe), empezó a variar la topografía comercial del mismo, desplazándose del norte la influencia comercial y vecinal, hasta Buenos Aires y se hacía por el camino que es la prolongación de la calle Río Paraná.
«Desde la llegada del ferrocarril, hasta 1895 que llegó a 25 de Mayo, el comercio de intercambio agrícola ganadero y comercial con el pueblo de Bolívar se hacía por la estación del ferrocarril oeste de Nueve de Julio. En esa época el comercio tuvo un gran desarrollo en el pueblo y en la zona que quedaba bajo influencia de su estación. Desde esa fecha hubo mensajerías que hacían el servicio periódico y regular uniendo los puntos del oeste llegando hasta el pueblo de Acha en el corazón de la Pampa Central».

SEGUN LOS CENSOS
Si comparamos el censo levantado en 1881 con el nacional de 1895, observaremos que, por ejemplo, la población ascendió de 7.832 habitantes a 17.1003. No solo ello, pues las viviendas que hacia 1881 eran en número de 1.445; para 1895 llegaron a 2.284 unidades4.
La actividad comercial, como se afirmó, ya algo desarrollada había encontrado en el lapso temporal 1881-1895 un incremento cercado al 90 %, respecto del número de establecimientos instalados. La industria se vio beneficiada con la presencia del ferrocarril. Aquellos traslados de insumos que antes debían hacerse por medio de grandes carretón y en tiempos más prolongados, ahora podían realizarse en breve tiempo y con mayor facilidad.
El censo agropecuario de 1895 también ayuda a comprender el crecimiento denotado en el sector agrícola-ganadero del Partido. Mientras en 1881 existían 126.134 cabezas de hacienda vacuna,  534.707 del ganado lanar y 6.757 del porcino; para 1895 poblaban los campos un cifra mucho mayor de animales: 159.879 vacunos, 625.613 lanares, 6.192 porcinos.
Las tierras labradas que en 1881 superaban poco más de las 8.700 hectáreas, en 1895 había llegado a las 74.494.
El Censo Nacional de 1914 registra la existencia de 29.490 habitantes que ocupaban el territorios del Partido. De esa cifra, 12.060 estaban ubicados en la planta urbana.
La explotación agropecuaria para 1914 se extendía a lo largo de 390.823 hectáreas. La inversión en maquinaria y enseres ascendía a 3.052.230 pesos, una cifra bastante superior si se la compara con datos registrados en años anteriores.
Además, la vida social se había transformado a la luz de los progresos recientes y fundamentalmente gracias a la presencia de las líneas férreas como medio de comunicación. La inmigración, que surgía por esos años permitió un aumento en la población -inmigrantes que arribaban a la zona rural para las labores en el campo-, pues el ferrocarril había garantizado un contacto muchos más directo entre la ciudad y la campaña. Ese afluente generó la necesidad de crear nuevos círculos sociales, entre ellos aquellos dedicados a la beneficencia. La Sociedad Protectora de los Pobres, para entonces fundada, realizará en poco tiempo una meritoria labor destinada a la fundación del hospital público.
Las grandes obras públicas, por así decirlo, se gestaron principalmente después de instalado el ferrocarril. Desde el edificio del templo parroquial, pasando por el pabellón del Hospital de los Pobres hasta los emprendimientos edilicios posteriores a 1925, marcan una época de plena evolución.

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