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Nueve de Julio
sábado, abril 20, 2024

Buenaventura N. Vita. Una vocación consagrada al estudio

vita4Por Héctor José Iaconis.

* Su vida transcurrió en una etapa clave de la historia de 9 de Julio, cuando su organización institucional comenzaba a gestarse.
* Fue espectador cercano de muchos acontecimientos que fueron relevantes en la Historia de 9 de Julio.
* Durante varias décadas acopió los documentos necesarios para redactar su ciclópea obra historiográfica.
* Bibliófilo y coleccionista había logrado formar una de las bibliotecas privadas más importantes de la ciudad, junto con valiosísimas colecciones filatélicas y numismáticas.
* Su copioso archivo y la notable hemeroteca reunida durante largos años de paciente recopilación fue donada por sus herederos al estado municipal.

«El historiador -expresó cierta vez el académico argentino Pedro Santos Martínez- debe buscar sinceramente la verdad de los acontecimientos que estudia utilizando todos los procedimientos científicos adecuados. Cuando cree haberla encontrado debe decirla o proclamarla. Entonces es imparcial, ser verdadero y sincero es siempre ser imparcial».
La imparcialidad en el estudio y la difusión del conocimiento histórico ha sido siempre un camino de búsqueda de muchos estudiosos. Lograr el juicio crítico equilibrado ha sido, además,  objeto de estudio de numerosos eruditos. Pero, de hecho, hay un punto clave que jamás ha sido puesto en duda: la búsqueda, el encuentro y la difusión de la verdad, son tres etapas irreemplazables en el campo de las ciencias históricas.
9 de Julio, contó  con un estudioso de su pasado que, sin dudas, había interpretado aquella razón. Pues, en la medida de sus posibilidades, logró componer una versión -la primera- de la historia del Partido, tan amplia, que hasta el presente jamás ha podido imitarse obra parecida.

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Buenaventura Noé Vita, el primer historiador que analizó el pasado de 9 de Julio, había nacido en esta ciudad, el 22 de junio de 1884. Sus padres, Francisco Vita y Celestina Anunciada Magno ni, se había afincado en el todavía promi sorio pueblo, en la década de 1870.
Su infancia, como la mayor parte de su existencia transcurrió en 9 de Julio. En 1890, comenzó sus estudios primarios en la Escuela Elemental Nº 3. En una bella «Memoria» que, acerca de sus años de escolaridad escribió medio siglo después, recordaba:
«A esa escuela concurrí un breve lapso de tiempo; me inscribieron en el mes de junio, y a los pocos días de concurrir a clase, mi precaria salud hizo crisis y pasé el resto del año escolar enfermo y convaleciente».
A principios de febrero del año siguiente, fue inscripto en la Escuela Elemental de Varones Nº 1, que a la sazón dirigía el maestro Rafael Muzio. En este establecimiento hubo realizado todo el ciclo escolar primario.
Presumiblemente, fue en su juventud cuando debió proseguir los estudios universitarios, pues obtuvo el título de Procurador Nacional.

EN LOS CARGOS PUBLICOS Y EN LAS INSTITUCIONES
Abrazó tempranamente los ideales de la Unión Cívica Radical. Participando de la vida política de esta agrupación fue llevado a ocupar importantes cargos a nivel local. Primero, entre 1917 y 1920 integró el Consejo Escolar, donde pudo desempeñar la presidencia. Más tarde, volvió a ese cargo, elegido en los comisiones del 31 de diciembre de 1925, para desempeñarse el período de 1926 a 1927.
En otras ocasiones, también, ocupó una banca en el Concejo Deliberante de 9 de Julio.
Sus gestiones, en mayor medida, confirieron varios aportes favorables, en especial durante la titularidad del Consejo Escolar. Existen algunos informes, dirigidos a las autoridades superiores, que dan cuenta de ello.
En distintas épocas, integró varias agrupaciones oficiales, constituidas con ocasión de homenajes y acontecimientos importantes. Por citar, en 1926, compuso la comisión de homenaje al general Julio de Vedia; y en diciembre de 1944, una comisión «Pro-Monumento al General Don José de San Martín».
También, fue colaborador -y se lo cuenta entre sus fundadores- del Club Atlético «9 de Julio». Tanto amó a esta institución que fue su voluntad que la copiosa biblioteca privada de su propiedad pasara a manos de su comisión, hecho que nunca pudo concretarse.

EL HISTORIADOR
Su aporte más valioso a la comunidad de 9 de Julio fue su dedicación, casi exclusiva, a la investigación de la historia local. Desde su juventud, comenzó a indagar los documentos históricos, reuniendo las primeras notas y fichas que resultarían claves en su trabajo.
Asimismo, formó un archivo personal y una hemeroteca (colección de las publicaciones locales y nacionales) que fueron otras de sus fuentes. Tanta meticulosidad y esmero volcó en su tarea, que aún hoy es fácil interpretar sus apuntes y el método -por sí llamarlo- de su obra.
En 1936, el Archivo Histórico Provincial organizó el «Primer Concurso de Monografías sobre la Historia de la Provincia», inspirado por el destacado director de la institución, doctor Ricardo Levene. Vita, quien ya tenía concluida su  «Crónica Vecinal de Nueve de Julio» para el alcance temporal de 1863 a 1900, presentó en el certamen el período 1863-1900.
El 17 de julio de aquel año el jurado seleccionó diez de los veintisiete trabajos presentados, los cuales estaban destinados a la publicación. En efecto, entre aquella decena se encontraba el del historiador nuevejuliense.
En 1938, en los Talleres de Publicaciones Oficiales de la provincia, fue publicada la obra, que aún hoy es base fundamental para el estudio de los orígenes de 9 de Julio. La misma recibió el número de orden XIV, en la serie II, «Contribución a la Historia de los Pueblos de la Provincia de Buenos Aires».
En 1947, en un segundo concurso, instituido por el mismo Archivo Provincial, Vita presento el segundo período (1871-1877), con el mismo título. Esta vez, la obra fue distinguida entre las presentadas, aunque hasta el presente no ha sido publicada.
La mayor parte de «Crónica Vecinal de Nueve de Julio», es decir, la etapa de estudio comprendida entre 1871 y 1900, con su importante apéndice, permanece inédita.
En septiembre de 1950, junto a Juana Elias de Mascheroni, participó del «Primer Congreso de Historia de la Provincia de Buenos Aires», en carácter de miembro titular. Su informe sobre el estado de los archivos de la ciudad, solicitado por las autoridades de ese  simposio se halla publicado en el volumen I de las memorias del mismo, editadas en 1951.
Buenaventura Vita dejó de existir a las 20 horas del 20 de junio de 1954.

EL HOMENAJE DE SU PUEBLO
Durante la comisión municipal del capitán Roberto Latino Córdoba, a poco de su fallecimiento, se rindió tributo a su memoria. La comisión que dirigía el Archivo y Museo Histórico, en aquellos años, fue la encargada de organizar esos actos.
En 1998, cuarenta años más tarde, el Concejo Deliberante de Nueve de Julio, por solicitud del Departamento Ejecutivo, impuso el nombre de Buenaventura Noé Vita, a un pasaje del Barrio Solidaridad 75 viviendas, en toda su extensión, a partir de la calle Moreno hasta Saavedra, entre las paralelas French y Guido Spano.

PALABRAS FINALES
El padre Meinrado Hux, de la Orden de San Benito, destacado historiador y religioso de la Abadía de Santa María en Los Toldos, fue amigo de quien nos ocupa. Más aún, su confesor poco antes de la hora final.
En una entrevista con el autor de esta semblanza -mantenida en la tarde del 23 de noviembre de 1996- expresó:
«A Buenaventura Vita lo he considerado un buen amigo y, más bien, como un padre… Cada vez que lo visitaba era una charla histórica, él con su 9 de Julio, yo con Los Toldos y los indios. Lo recuerdo como un buen hombre… Lo que más me alegra de nuestra amistad y comunicación es que lo pude ayudar, en su última enfermedad, a prepararse para presentarse al Señor con un corazón limpio… Tengo la impresión de que ha sido un hombre correcto…».

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