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viernes, marzo 29, 2024

Contradicciones II

Por Eduardo Gallo Llorente, Eduardo Gallo Llorente, gallollorente@gmail.com
Por Eduardo Gallo Llorente, Eduardo Gallo Llorente,
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Continuando con el análisis del libro de Vilma Ibarra, Cristina vs Cristina, el ocaso del relato, en uno de sus capítulos analiza la autora la actitud de Cristina frente a los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU): “Cristina había cuestionado duramente a Eduardo Duhal de y a Fernando de la Rúa por recurrir a la firma de los DNU evitando la discusión parlamentaria que les exigía una difícil constitución de mayorías. Cuando asumió su cargo de Presidenta de la Nación, expresó inmediatamente ante su equipo de gobierno su negativa a acudir a esta herramienta legislativa, como un modo de demostrar, desde el comienzo, una conducta que la diferencia de las anteriores experiencias”. Sin embargo, esta postura le duró poco.
Antes de cumplir un año de gobierno y luego del conflicto con el campo, la Presidenta inició un recorrido que la llevó a firmar hasta Noviembre de 2014, más de 60 DNU, muchos de ellos de gran peso politico. El primero que firmó amplió el crédito presupuestario en nada menos que en $ 36 mil millones, logrando que la distribución de ese gasto, alrededor del 18% del presupuesto aprobado se decidiera en el ámbito del Ejecutivo, sin consultar al Congreso. En poco tiempo, cambió de opinión una vez más. Cuando era opositora estaba en contra de los DNU y al asumir la presidencia consideró correcto dictar los DNU.
Como los DNU tienen todos los efectos de una ley, pero no son sancionados por el Congreso, la Constitución exige que luego de su firma el Poder Ejecutivo lo remita al  Congreso para su ratificación o rechazo. ¿Pero qué pasa si el Congreso no lo ratifica o rechaza? Cuando llegan al gobierno, todos los presidentes quieren que los DNU sigan vigentes, pero al pasar a la oposición cambian de criterio y se pide la caducidad de los DNU si en un determinado plazo no es ratificado.
En pocos temas como este ha sido tan evidente el giro de 180 grados en la opinión de Cristina, según fuera opositora u oficialista.
Cristina, siendo Senadora, durante los gobiernos de Duhalde y de la Rua, y estando al frente de la Comisión de Asuntos Constitucionales fue coherente con sus anteriores posturas, como en la Convencion Constituyente de Santa Fe en 1994 y reclamó en varias oportunidades que si un DNU no contaba con la ratificación del Congreso debía caducar. Sin embargo, en el 2005, ya siendo Néstor Kirchner Presidente y ella senadora y presidenta de la Comisión antes citada, defendió una postura opuesta y al terminar el debate en el Senado expresó: “cuando la realidad cambia, cada uno de nosotros debe cambiar”. ¿Qué había cambiado? Antes eran Duhalde y de la Rua presidentes y ahora lo era su marido.
Una de las medidas de gobierno más importante de sus dos mandatos, de fuerte impacto social y uno de los pilares de su popularidad fue la implementación de la Asignación Universal por Hijo, que también la aplicó mediante un DNU. En ese caso, cita Vilma Ibarra, “parece haber querido colocarse como exclusiva protagonista de la medida al evitar el debate parlamentario porque era un proyecto de la legisladora de la oposición, Elisa Carrió”
De esta forma, Cristina ha logrado convertir una herramienta excepcional en algo ordinario y de uso habitual, por eso el Congreso, cada vez pierde más protagonismo y poder en una relación de proporcionalidad inversa con el Poder Ejecutivo.
La supervivencia del relato es un objetivo central para Cristina. Por ello, también usa y abusa de la cadena nacional, que con cualquier excusa y a veces más de una vez por semana, utiliza para instalar a sus candidatos pero más que para eso para mostrar lo maravilloso que ha  sido su gobierno.
Necesita sobrevivir en un espacio político relevante en el escenario nacional que la siga teniendo como referente ante la posibilidad de un gobierno opositor. A pesar de que la oposición le ha marcado el uso abusivo de la cadena nacional en contra de la ley, ella ha dicho que lo seguirá haciendo. Se siente la reencarnación de una arquitecta egipcia y aunque no lo dice, la heredera de Evita y casi comparable al Rey Sol ya que todo gira alrededor de ella. Sueña que en el futuro contará con calles, plazas con su nombre y billetes con su figura.

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