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Nueve de Julio
viernes, marzo 29, 2024

Una mezcla de pulcritud y «pibe de barrio»…

* Siendo muy joven abrazó con pasión el deporte motor, primero en el moticiclismo, luego en el karting y, más tarde en el automovilismo.
* Participó en diferentes competencias zonales y, con un Fiat 600, preparado para competición, participó de un Gran Premio.
* Su vocación de servicio la manifestó a través de Bomberos Voluntarios, cuerpo que integró por espacio de varias décadas.
* Si bien retirado del automovilismo como piloto, siempre estuvo vinculado al quehacer de los «fierros», desempeñándose como comisario deportivo u organizador de carreras de moto y karting.

En el fascículo de agosto-septiembre del corriente año, de la publicación «La Historia de los Fierros en el Mundo», editada por Omar Regalía, fue publicada una interesante semblanza acerca de la trayectoria deportiva de Alcides Norberto Scandizzo («Toscano»). En la misma, de manera sintética pero rica en referencias, se recorre la amplia carrera deportiva de este nuevejuleinse que sintió una auténtica pasión por los «fierros».
A continuación, publicamos el texto integral de la aludida nota.

La familia Scandizzo estaba formada por Don Roque Scandizzo y Doña Ana Ieno, quienes tuvieron como hijos a Juan Ángel, Sara Noemí, Alcides Norberto («Toscano») y Néstor Abel («Nené»). Trabajaban en una quinta de French y en una fábrica de quesos, hasta que en octubre de 1955 recalan en 9 de Julio. Por ese tiempo la casa de la calle La Rioja tenía el Nº 11.
Al preguntarle a su hermano Néstor como era el barrio por ese tiempo, dice que los chicos jugaban mucho al fútbol, empero cuando llega «Toscano» al mismo, todo cambió. Jugaban con las bicicletas (hacían carreras nocturnas de bicicletas). Cuando llegaba al barrio «Toscano» los chicos salían a verlo doblar en las esquinas con su moto.
Junto a su hermano salía a vender frutas y verduras para ganarse unos pesitos con canastos y cajones.
Trabajaron en el bar «Don Victorio», de Rossina Hnos. (ex Ciros Bar), donde eran lustradores, oficio que se utilizaba mucho en esa época.
«Toscano» ingresó a trabajar con Julio Faustino en su taller. Allí comienza a familiarizarse con los fierros.
La primera moto que prepara y corre es la de la esposa del Comisario Ripa.
Más tarde, compran una Puma, a Pormesano Hnos., la que mandan a preparar el motor con Victorio Ciani y Rivarola (hermano, acompañante y mecánico de Marcos Ciani, respectivamente).
Llegan los triunfos. Corrió en varias categorías, en motos, en karting (poco tiempo) y en automóviles.
Recuerda su hermano Néstor el Gordini, con el que participaba en las pruebas zonales en circuitos como Lincoln, Carlos Casares y otros. En esa época tenía como rival al escribano Hugo Cuervo. Tenía como acompañante a Carlos Barbitta. Participó de un Gran Premio de 850 cc.
El entorno de «Toscano» era la muchachada de las carreras: «Chacarita» Bramajo (motos); su compinche en las carreras de autos era Alberto Garilio; también su compañero de andanzas con los fierros fueron el «Turco» Atía, «Caco» Fava y el «Gordo» Etchepare.
En cuestiones dirigenciales fue Bombero Voluntario, organizador de carreras de motos y de karting en el Club Atlético «Once Tigres». A los Mitget (categoría de competición automovilística, cuyos autos se destacan por la ausencia de frenos y de caja de velocidades) los trajo él.
Fue comisario deportivo cuando no corría. Estaba muy preocupado por la causa del tránsito en las calles de la ciudad, eso era una cuenta pendiente para él, hasta el último día de su vida.
Era mucho sacrificio para ir a las carreras. Una vez, Bai, le llevó con su camión hasta cinco motos.
Para ir a Pehuajó era todo un tema, era difícil encontrar quien lo lleve, pero logró que remolcaran su auto «Peto» Flores y «Piolín» Seijo.
Finalmente, Néstor me cuenta una anécdota de cuando «Toscano» debía correr su carrera en el circuito del Club Atlético «9 de Julio». La organización le pidió la autorización del padre, ya que era menor de edad para correr.
Salieron con el «Gordo» Berardi en moto con la planilla y en una ventana de la calle Tucumán, Berardi, garabateó Roque Scandi- zzo y así pudo correr. Cuenta Néstor que el padre no decía nada de que corra, pero a lo mejor no hubiera firmado la autorización
Así quisimos recordar también a Norberto «Tos- cano» Scandizzo, que es parte de la historia de los fierros, quien incursionó en varias especialidades propulsada por el motor. Tesonero en la carrera como en la vida comercial, poseyó un próspero negocio de automóviles que también fue otra faceta en su corta pero exitosa vida.

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