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miércoles, abril 24, 2024

«Mediante la Sofrología es posible cambiar las hormonas de estrés por las de bienestar»

En la tarde de hoy, el Grupo «Efecto Mariposa» ofreció a la comunidad una interesante charla acerca de «El amor y el dolor», la cual estuvo a cargo del doctor Hugo Finkelstein, autor de numerosas obras literarias y de investigación, Doctor en Psicología y Magister en Psiconeuroinmunoendocrinología.

En la tarde de ayer y en parte de la jornada de hoy, el doctor Finkelstein mantuvo entrevistas con diferentes personas que convinieron en consultarlo acerca de su especialidad. Se trata de un profesional renombrado, no solamente en la Argentina sino también en otros países donde ha sido publicada su obra.
El doctor Finkelstein accedió a mantener una prolongada entrevista con EL 9 DE JULIO la cual, debido a su extensión, será publicada en sucesivas ediciones. A continuación ofrecemos la primera parte de la misma, en la que se refiere a la implicancia de las emociones en las personas.

– Doctor, si bien su disertación lleva el título de «El amor y el dolor», ¿podemos decir que se tratará de «El amor y otras emociones»?.
– Efectivamente. Además del amor y del dolor existen otras cinco mil emociones distintas, según los orientales, cada una de ellas con matices diferentes.
Para poder especializarse en el campo de las emociones se necesita recorrer un largo trayecto, de vivencias y conocimientos. Si una emoción, en determinado momento, está golpeando y no se la detecta, la misma elige un órgano y se traslada al cuerpo.
Han intentado sugerir que el estrés conduce a ese estado, pero no es cierto. Lo que conduce a ello es la actitud frente al estrés.

– ¿Cuál es el aporte terapéutico que ofrece la Psiconeuroinmunoendocrinología?.
– Mi especialidad, la Psiconeuroinmunoendocrinología, que ya tiene quince años, quiere significar que todo se encuentra bajo la égida de las emociones. El sistema nervioso se comunica a través de neurotransmisores, que generan que las neuronas que se encuentran en el aire se llenen con esos neurotransmisores; porque las mismas no se encuentran pegadas.
Esos neurotransmisores hacen de nexos neuronales y celulares. Por otra parte se encuentra el sistema endocrino, que precisamente se comunica a través de las hormonas, por ejemplo la prolactina, la insulina; y el sistema inmunológico se comunica a través de las interleucinas.

– Los neurotransmisores, las hormonas y las interleucinas, ¿se encuentran en constante comunicación, bajo la égida de las emociones?.
– Exactamente. Existen tantos neurotransmisores en las glándulas como en el cerebro; por lo cual, se puede decir que se trata de una totalidad, en la cual todo se encuentra en inmediata comunicación. Aquello que ataca un sistema, está atacando por consiguiente a todo el resto.

– ¿Cómo se conjuga la Psiconeuroinmunoendo- crinología con la Sofrología?
Siendo las emociones lo que coadyuba o conduce a la enfermedad; por supuesto, además de las razones genéticas o infectológicas; desde hace más de cuarenta años, junto con la Psiconeuroinmunoen- docrinología, llevo al paciente, mediante la respiración y mi voz, con palabras que ya indagué en una entrevista previa, a un estado de relajación profunda, como si se tratase de un estado de meditación.
En ese estado, en primer lugar se normaliza la actividad. El corazón late normalmente, la presión se normaliza, se relajan los músculos y se produce mejor circulación. A esto se denomina Sofrología, disciplina que consiste en un conjunto de técnicas o métodos de relajación.
Al alcanzar este nivel de relajación tan profundo, se pone en movimiento ese ‘médico interior’, por llamarle así.
Cuando ocurre una situación traumática, algo grave que ha sucedido, existe en la persona una descarga de hormonas de estrés. Cuando la situación pasó, ellas no se retiran, y continúan enviando hormonas de estrés por espacio de cinco, diez o quince años.
Mediante la Sofrología es posible cambiar esas hormonas de estrés por las de bienestar. Lo más importante que aparece con esta disciplina es la anestesia y la analgesia del dolor; es decir, el dolor desaparece, sea de índole muscular, reumática, artrítica o artrósica.

– ¿La Sofrología requiere del aditamento de psicofármacos?
– Los psicofármacos son un interesante negocio para los laboratorios, que siempre inventan una enfermedad nueva. Hoy se encuentran de moda los estados de pánico, como así también en materia de dolores, se han puesto de moda los de tipo cervical.
Hasta ahora, no existe ningún calmante o medicamento que sea tan eficaz como la palabra de otro ser humano, que previamente ha aprendido a escuchar.
Las recetas de los psicofármacos son las recetas fáciles. Si una persona tiene ansiedad, le dan un ansiolítico, con lo cual dejan al descubierto la depresión, que subyace debajo de la ansiedad.
Al eliminar o bloquear con un medicamento la retracción de la serotonina, dejando mayor cantidad en sangre, se pierde la libido, provocando indiferencia. Por otra parte, el uso de estos antidepresivos de manera crónica, conduce a la depresión, precisamente porque desaparece la ansiedad.
La persona debe aprender a deprimirse; pues frente a las injurias, las injusticias o los golpes que ofrece el medio, el único refugio que debe estar adecuado para recibirse es uno mismo. Si en cambio, uno es su principal enemigo entonces no podrá encontrar refugio en esos momentos.

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