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viernes, abril 19, 2024

Brillante presentación de Claudio González en «Soñando por Cantar»

Anoche, se presentó en el programa «Soñando por Cantar», que se emite por Canal 13, el artista nuevejuliense Claudio González. Su presencia, que fue seguida con emoción por los vecinos de esta comunidad, pues se trató de un momento mágico y cautivante.

El jurado, integrado por Patricia Sosa, Alejandro Lerner, Oscar Mediavilla y Valeria Linch, elogió la excepcional interpretación realizada por Claudio. Por otra parte, otro momento emotivo fue cuando, gracias a la producción del programa, Claudio se encontró con sus hermanos, una sorpresa que lo llenó de alegría.

Asimismo, enterados de su interés por practicar básquet, recibió como obsequio una silla de ruedas preparada para esa finalidad.

El broche de oro más esperado, sin dudas, fue el triunfo de Claudio en la final. Ahora se ha consagrado semifinalista del concurso, pasando a la instancia nacional.

ORGULLO NUEVEJULIENSE

Hace poco más de un año,el sábado 23 de abril del 2011, Diario EL 9 DE JULIO, publicó una semblanza biográfica sobre Claudio González, un artista que es orgullo de los nuevejulienses. A continuación reproducimos el texto de aquella nota:

Desde muy niño se sintió atraído por la música.  Gracias a su padre, “Lito” Cancelleri, también músico, descubrió la dimensión de este arte que abrazó para siempre.

Desde hace treinta años se encuentra dedicado al arte callejero, siendo uno de los músicos más conocidos en el ambiente porteño.  Ha compartido escenario junto a Ricardo Arjona y un CD junto a la cantante francesa Keny Arkana.
Durante cuatro años integró un grupo latinoamericano que interpretó a Federico García Lorca.  En su CD regala a su público una parte de sus composiciones, que son de un contenido muy profundo y rico.

El arte callejero es algo así como la expresión de un nuevo lenguaje musical, urgente y vital, que nace en la oportunidad de mostrarse “en vivo” a través de los distintos espacios. Arte de la calle, nuevos lenguajes, nuevos códigos de comunicación, nuevas formas de plasmar una idea, un sentimiento, a la vista de los miles de caminantes ha definido a lo largo del tiempo una forma de hacer música.
Ser un artista callejero no es, en efecto, algo fácil. El nuevejuliense Claudio González bien sabe de eso, tras treinta años de dedicarse a la música, como instrumentista, cantante y compositor.
Nacido el 11 de diciembre de 1959, Claudio es hijo del recordado “Lito” Cancelleri y de María Ester Beascoechea.
Después de vivir en un instituto, donde cosechó muchos amigos, cuando contaba cinco años comenzó a recibir el amor de sus padres adoptivos.
Por esos años de la primera infancia, sintió su despertar vocacional hacia la música, que él define como un “comenzar a fue algo así como una supervivencia”.
“Me –recuerda- encontraba en un instituto cuando venían las visitas, hacíamos unas pulseras de plástico, que a veces vendíamos o cambiábamos por caramelos. Recuerdo que yo era el que más vendía porque les cantaba. En esa época ya había comenzado cantar”.
En su hogar, tanto sus padres como su familia, le abrieron el camino para comenzar a cultivar el arte de la música.
“Cuando vine –explica- a 9 de Julio, mi tía María Julia me había regalado una caja y con ella cantaba, hasta que llegó una guitarra mis manos y entonces me sentí atrapado por la música”.
“Mi padre era músico y, además, escuchaba mucha música. Durante seis años, cuando me llevaba al colegio, me hacía escuchar tango y jazz. Con el tiempo me di cuenta de que eso era lo más lindo que me podría pasado, porque de esta manera pude aprender muchas cosas”, rememora.
Sus estudios primarios los cursó en el Colegio Jesús Sacramentado y los secundarios, primero en el Colegio Marianista “San Agustín” y, más tarde, en la Escuela Normal Superior.
“ En esa época, para mí, la escuela era algo así como un lugar de diversión. Coincidió con el momento en que despiertan muchas rebeldías”, sugiere.

LA MUSICA, UN DESTINO
Siendo adolescente, se integró en algunos ámbitos donde se hacía música. Junto a otros jóvenes artistas participó de las peñas en el Centro Folklórico “Las Nazarenas” o en French, entre otros lugares.
Con Jorge “Pepillo” Castro fundó “Mea placidus”, la primera banda sinfónica
el “Cabezón” Canusso, Gento Montalbano, el “Flaco” Rímoli y Osvaldo Ciani. En ese momento, “Pepillo” el mentor de aquella banda venía del recordado Dúo “Resurrección”
Para Claudio, “esa fue la época en la cual se deciden muchas de cosas; además era una etapa de inocencia”.
En esos momentos, en que se produce la transición de la adolescencia a la juventud, fue cuando experimentó el reverdecer de sus ideales, aquellos que le acompañarán en su caminar por el restos de la vida.
“El Che Guevara –comenta- siempre fue, en mi vida, un referente importante; a tal punto que estudié su vida, su historia y eso que me llegó a leer libros sobre Cuba, Fidel y Marx”.
Sin dudas, aquellos eran tiempos distintos. Se vivía todo el fervor de los ideales, abrazados con absoluta convicción: “Recuerdo cuando nos sentábamos en Barrabás. Nuestras conversaciones eran relativas a la música, a nuestros ideales o a la política; había tiempo, por supuesto, para la broma y la joda, pero en general no había charlas pelotudas en nuestras mesas. En nuestra adolescencia no teníamos noches desperdiciadas”, dice Claudio.

NUEVOS CAMINOS: BUENOS AIRES Y LA CALLE FLORIDA
Cuando contaba alrededor de 19 años, Claudio González emprendió nuevos caminos. En Buenos Aires descubrió la gran dimensión y la fuerza abismal de la gran ciudad.
“Cuando decidí irme de 9 de Julio, la música comenzó a ser algo aún más importante en mi vida, porque comencé a vivir de la música”, asegura Claudio a EL 9 DE JULIO.
“Empecé a cantar en Florida y Lavalle; debo ser el más veterano en este trabajo. Eran otros tiempos, se veía venir la democracia, la gente estaba alegre después de tanta opresión, se formaban rondas enormes, la gorra era muy buena y nosotros éramos más sanos», recordaba con nostalgia en una entrevista que le hiciera el Diario “La Nación” en marzo del año 2000.
“Vos viste –indicaba Claudio al periodista que lo entrevistó en el año 2000- que nosotros reunimos las rondas más importantes de Florida y eso se debe a que lo que hacemos es con el alma. Hay personas que se detienen aunque sea un ratito todos los días. Y el secreto es respetar a la gente, tanto a la que pone como al que no puede dejar un centavo”.

EN EL SUR
Claudio González ha tocado en diferentes partes del país.
Luego de vivir un año en la ciudad de Mar del Plata se radicó en Trelew. Por ese entonces, Claudio, jugaba al básquet en silla de ruedas en el Club CRIDEL (sigla de “Club Roberto Iglesias de Lisiados”) y obtuvo un pase al Club de Trelew.
“Cuando vas viajando y cantando se puede conocer mucha gente, tiene que llegar al alma; pero a veces se trata solamente de un hola y un adiós”, añade.

CON ARJONA EN EL ESCENARIO Y CON KENY ARKANA EN UN LP
En cierta oportunidad Claudio pudo compartir escenario, en el Luna Park, frente a un público multitudinario con el cantante Ricardo Arjona.
“Más allá –asevera Claudio con todo confidente- del agradecimiento que tengo al artista que me permitió compartir su escenario, mi deseo al aceptar fue conocer qué se siente al en un estadio lleno. Pero debo admitir que, con respecto a la música que hace Arjona, no cantaría nunca un tema suyo; obviamente le hubiera gustado tocar con Sabina o con Serrat”.
Hace algunos años atrás, la cantante rapera francesa de ascendencia argentina, Keny Arkana editó produjo su conocido tema “Victoria”. Allí contó con la participación de Claudio quien, de hecho, aparece en el video clip del tema.
“Lo más importante que me deja la música son los amigos”, reconoce Claudio al mirar hacia atrás, poniendo la mirada en el largo camino recorrido.

«FRAGMENTOS DE AMORES DESESPERADOS»
Durante cuatro años, Claudio formó parte de un conjunto que interpretó a Federico García Lorca. Aquí, pudo desplegar otro estilo musical que admira y que le deleita: el flamenco.
«Fragmentos de amores desesperados», obra que también fue llevada a las tablas del Rossini en 9 de Julio, estaba basada sobre pasajes de dos obras de fuerza inextinguible: «Bodas de sangre» y «Yerma». Fue una interesante aproximación del mundo de Lorca a la música latinoamericana. El dolor y el desgarro tan vívidos en la poesía del artista andaluz se reencontraban en formas melódicas como la zamba, la baguala y el joropo, que servían de trampolín para una nueva expresividad, menos impostada, más legítima.
Junto a Claudio González en canto y guitarra, completaron el grupo Montse Ruano y Hugo Estévez, en canto; Lula Villegas Baeza, Marta López Lecube y Julia Wahren; Riqui Culotta en bajo, percusión y trompeta; Fidel Guigui en aerófonos; Hugo Núñez en percusión; Juan Rivero en piano y Pablo Trosman en guitarra, percusión y arreglos, bajo la dirección de Miguel Wahren.
Al comentar la presentación de «Fragmentos de amores desesperados», una nota del Diario “La Nación” del 28 de mayo de 2005, refleja: “Otro descubrimiento fue Claudio González, un cantaor de excelente voz y afinación que desde su silla desplegó la fuerza del cante junto con su guitarra. Su aporte inmenso en los coros, como el brillo en sus partes solistas hablan de un artista con vuelo propio”.
Llegar con esta obra al público nuevejuliense constituyó, para Claudio, un hecho muy importante:
“En esa oportunidad, se me ocurrió abrir un poco el telón y, fue allí la única vez que experimenté el miedo escénico. Recuerdo que salimos con el director musical de la obra a la vereda del Teatro Rossini y nos sentamos en el bar de al lado. El me pidió un vaso con whisky, me lo hizo tomar de golpe y me invitó a mirar nuevamente el escenario; y, ciertamente, lo vi distinto”, se acuerda.

SU FAMILIA
La familia de Claudio está formada por sus hijos, Facundo, Lautaro, Victoria, Luna y Yanahí; su mamá María Ester; sus tíos Chichín, María Julia; su prima Cecilia; Francisca, Martín, Julián; sus hermanos Laura, Pedro e Iñaki, Juan y Augusto; y sus hermanos de sangre. Por todo ellos siente un afecto especial y, al nombrarlos, su voz deja sentir la exteriorización de una emoción interior.

ARTISTA Y AMIGO
Tal como lo refiere Fernando Pisano, artista y amigo, “Claudio desarrolla el arte callejero, que es tan difícil de hacer, por la cuestión de que el artista debe tener la virtud de atraer al público que va pasando, a veces pensando en otra cosa un inmerso en muchos problemas”.
“A Claudio –agrega Fernando- nos une una amistad de mucho tiempo. Desde hace relativamente poco tiempo, junto con Marcos Galbani no hemos juntado con Claudio para tocar juntos, reuniendo tres estilos diferentes y lograr un equilibrio».
Para Fernando, “Claudio tiene una manera de componer sencilla, pero bien directa, a partir de muchas experiencias que vivir; sus temas son muy sentidos y eso el público lo capta enseguida”.

PALABRAS FINALES
Sin dudas, y según él mimo lo manifiesta, su mayor felicidad está en el canto, en la múcica.
“Me hace -afirma Claudio- muy feliz saber que puedo sobrevivir todos los días; soy un agradecido eterno de las cosas que me han pasado”.
“Si agarrás la madera y te tiemblan los brazos, dale para adelante, porque sin dudas vas a ser un buen músico. Ser músico y consecuente con uno mismo, no es fácil; es un don que, si Dios existe, se lo dio a muy pocos”, manifiesta el artista.

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