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viernes, abril 19, 2024

Estudio Falco inauguró la oficina propia

En estos días es normal estar cegado por lo urgente y no ver lo importante. Con motivo de inaugurar la “oficina propia”, que soñé cada día de mis 15 años de profesión, se me presentó la oportunidad de ser entrevistado por el Diario local, algún programa de emisión en la ciudad y por Uds., el tema disparador,,, “mi nueva oficina”, pero nunca sobre mi patrimonio más importante: que es mi Familia, mi vida y mi espiritualidad. Como con Uds. tengo un vínculo especial, quiero charlar de ambas cosas.
Es difícil mantener un equilibrio entre el trabajo y la familia. Trabajar duro, o hasta en una actitud compulsiva es algo que puedes aprender de tu familia, mis padres lo han hecho toda la vida, cada uno en lo suyo, mi mujer trabaja tanto como yo, así el margen de oportunidades es relativamente amplio, las recompensas pueden ser fantásticas, en 9 de julio soy reconocido por mi actividad en los seguros y como contador, en Bragado como auxiliar de justicia en el Tribunal Laboral, en Mercedes como especialista en Concursos y Quiebras en el Juzgado Comercial y Civil.
Somos muy buenos planificando la vida, pero no mucho viviéndola. Sabemos cómo sacrificar 5 años para una carrera, 2 para un doctorado, deseamos trabajar muy duro para conseguir un trabajo, un lindo coche, una casa, etcétera. Pero nos resulta difícil recordar que estamos vivos en el momento presente, nos corresponde vivir este momento, que es el único momento que sabemos que estamos vivos. Vivir la vida plenamente es una expresión que se utiliza con frecuencia pero que se malinterpreta, aunque yo creo sinceramente en ella. Creo que no hay una excusa fácil para las palabras “no se puede hacer” que con tanta frecuencia pronuncia personas que en realidad quieren decir “no quiero hacerlo y no quiero molestarme en saber si se puede”.
Siempre he creído que separar el aspecto laboral de la vida de relajación, la diversión y la familia, es una división demasiado rígida si uno quiere triunfar en el arte de vivir. Incluyo a mi familia en mi trabajo, le consulto a mi mujer respecto de ideas. A menudo llevo conmigo a mi familia cuando viajo por trabajo, ellos conocen muchos de mis colegas. Esto contribuye a reducir el estrés de una agenda y de un estilo de vida algo agitado.
Intento no perder nunca los nervios, odio cuando los demás los pierden y hace que me pregunte si, por ejemplo, la persona enfadada que grita al personal de una oficina pública piensa que va a conseguir algo más que la voz tranquila y amistosa que explica el problema que hay que solucionar. Esto es tan sencillo como aprender a contar unos cuantos latidos antes de verbalizar un pensamiento (contar hasta diez).
No me asusta equivocarme, mis equivocaciones siempre derivan en una nueva decisión, solo le temo a la inercia, a no gastar tiempo en tomar decisiones, a no regalarme tiempo para descubrir que debo tomarlas, a que el tiempo pase y ellas me tomen a mí. Mi mayor temor seria que las cosas formasen parte de mi vida en contra de mi elección o por propia inacción.
Alguna vez leí (creo que de Deepak Chopra, India) “Cuando Yazgas en tu lecho de muerte, no te importar{a haber conducido un coche caro, o haber tenido un trabajo prestigioso. Lo que si te importará es si has vivido plenamente tu vida, si has amado profundamente, y si hiciste aquello que tu alma vino a hacer”.

Dr.Santiago Falco
Contador Público

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