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lunes, abril 29, 2024

Wenceslao Tello. Médico y sanitarista

Por Héctor José Iaconis.
José Ortega y Gasset, en “La rebelión de las masas”, se refiere a la barbarie del “especialismo”, donde la especialización del conocimiento lleva al individuo a saber «cada vez más sobre menos» y de ahí «a saber todo sobre nada». Asimismo, existe la propensión del especialista en determinado campo científico a considerarse con la autoridad suficiencia para escribir, opinar o formar juicios sobre otras áreas del conocimiento que no se vinculan con su especialidad.
Esta tendencia distinguió, como a muchos de su tiempo, al doctor Wenceslao Tello, médico y sanitarista que, en determinado momento de su vida, le dio por escribir y verter opiniones sobre política, sociología e, incluso, arquitectura. En el mayor de los casos lo hizo con acierto, aunque supo también despertar la crítica mordaz de algún que otro colega.
Wenceslao Tello, quien fue médico en 9 de Julio en la década de 1880, había nacido en Jujuy en 1851. Al parecer fue huérfano de padre a edad temprana.
En 1869 aún se hallaba establecido en su provincia natal donde vivía con su madre, Josefa Salazar, ya viuda y con dos hermanas, Rosario y Serafina.
Una anécdota recogida por el maestro ajedrecista e historiador Juan Sebastián Morgado, en su brillante obra sobre el «Ajedrez en la historia argentina», revela que hacia 1870, se hallaba con dificultades económicas para proseguir sus estudios (1). A pesar de ello, pudo graduarse en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Buenos Aires. Siendo estudiante, sirvió como practicante en el ejército a las órdenes de los generales Roca y Racedo y en 1879 se había incorporado como socio activo al Círculo Médico Argentino (2).
Su tesis de doctorado, dedicada a su madre, a sus hermanos, al doctor José B. Bárcena y a Melitón Ruiz, publicada en 1880, fue dirigida por el doctor Eduardo Wilde y constituyó uno de los primeros aportes al estudio de la anestesiología en el país (3). De acuerdo con un comentario de la época, su monografía “después de un sucinto análisis de las funciones del sistema nervioso de la vida de relación, pasa el autor a ocuparse de la anestesia que con la analgesia constituye los medios de que la cirugía y obstetricia disponen para anular el dolor físico”. Asimismo, “expone con bastante método los diversos fenómenos que se observan durante la administración del cloroformo anestésico”.
Tello, en su tesis, “dedica un capítulo especial a la analgesia y a las sustancias que se emplean para obtenerla, y deteniéndose también en las indicaciones y contraindicaciones para la anestesia y analgesia en las operaciones, concluye haciendo notar ‘que en nuestros hospitales se desprecian un tanto los efectos de la hemorragia nerviosa, se emplea exclusivamente el cloroformo, y se olvidan por completo los agentes analgésicos, a pesar de estar en boga en los hospitales europeos, en detrimento de la enseñanza, la ciencia y la humanidad”(4).
En proyección histórica se lo ha considerado entre los pioneros de la anestesiología argentina, por la temática expuesta en su tesis de grado(5).

Portada de la tesis presentada por el doctor Tello.

EN 9 DE JULIO
A poco de graduarse, el doctor Tello recaló primero en Tapalqué. En marzo de 1882 se encontraba en 9 de Julio y la Corporación Municipal no tardó en designarlo Médico Municipal.
De esta manera, el joven profesional debió comenzar a brindar su atención con los escasos recursos que contaba. No existía aún un hospital instalado en el pueblo, lo cual dificultaba notablemente el ejercicio de la profesión.
Brindó su atención particular a los socios de la Sociedad Italiana y de la Sociedad Francesa, como así también de los pertenecientes a la recientemente fundada Sociedad Española de Socorros Mutuos.
Puede decirse que su estancia en 9 de Julio fue relativamente breve pues, el 1° de octubre de 1883 las autoridades municipales tomaban conocimiento de su alejamiento del pueblo y designaban en su reemplazo a José Lavandeira, que aún no estaba graduado. Asimismo, el 22 de diciembre de 1883, Tello fue nombrado Médico de Sanidad del Pueblo de la Capital (6).
Ese año también publicó un “Manual práctico de higiene de la infancia para las madres de familia”, que editó en la imprenta de “La Nación” (en 8°, XXIII+228 págs.), que dedicó al doctor Guillermo Rawson y tuvo una buena recepción por parte de la crítica (7).

Firma autógrafa del doctor Tello.

“PREMIO PASTEUR”. PROFESOR UNIVERSITARIO
Wenceslao Tello fue uno de los autores distinguidos con el “Premio Pasteur” creado por la Escuela de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. Mientras que el doctor Coni obtuvo el primer premio, Tello fue seleccionado en segundo término, merced a una monografía en la que señalaba el siguiente lema: «La salud del ciudadano hace la fuerza de la nación y debe ser el objeto supremo a que debemos aspirar destruyendo todos los obstáculos que vengan a interponerse en nuestro camino»(8).
Poco después fue nombrado profesor de laringología, otología y rinología de la Facultad de Ciencias Médicas de la misma Universidad (9).
Hacia 1885 se desempeñaba también como Médico de Sanidad del Departamento Nacional de Higiene del cual, con el tiempo, también fue secretario (10). Publicó, por esos años, un estudio sobre las “Causas de morbilidad y de la mortalidad de la primera infancia en la ciudad de Buenos Aires”, incluído en dos partes en los “Anales del Círculo Médico Argentino” en 1886.
En coautoría con el doctor Eugenio Ramirez publicó «Elementos de Higiene Escolar».

FIGURA DESTACADA DE LA MEDICINA ARGENTINA
Fruto de su amplia formación como sanitarista y luego de dos años de intensa labor, redactó un código sanitario argentino que presentó, el 21 de julio de 1890, en la Cámara de Diputados de la Nación. Los legisladores lo trataron en la sesión del 25 de ese mes, sin dar lugar a ser siquiera estudiado. Fue devuelto a su autor con total indolencia.
No obstante, este código sanitario contenía aportes gravitantes y muy meticulosos sobre las diferentes temáticas abordadas. Nunca dejó de exhortar sobre la importancia de la elaboración de un Código de Higiene y Sanitario. En cierta ocasión llegó a afirmar que “en algunas localidades argentinas son más los que mueren que los que nacen”.
“Las cárceles –decía- se llenan. La falta de respeto a la ley, hasta en los legisladores, es alarmante. La pobreza por la falta del hábito del trabajo sobrando la tierra fecunda da pena. A porfía se vive contrayendo nuevas deudas para que la propiedad pase a manos del extranjero, que es el que trabaja y ahorra”(11).
Participó de importantes congresos y simposios con ponencias de especial interés. Pueden mencionarse sus aportes a las diferentes ediciones del Congreso Científico Latinoamericano de 1897-1898 y 1901 (efectuado en Montevideo), en el Congreso Científico Internacional Americano celebrado en Buenos Aires en julio de 1910 y en el Congreso Científico Panamericano de Washington, realizado en 1912, entre otros(12).
En 1903 patentó también un diseño de rótulos para identificar medicamentos, donde aparecen algunas pastillas elaboradas según sus propias formulaciones.
Fue también integrante de la Sociedad Científica Argentina y también socio fundador y presidente de la Sociedad Médica Argentina.

BRILLANTE AJEDRECISTA
El doctor Wenceslao Tello fue uno de los fundadores del Club de Ajedrez Buenos Aires, creado en 1889. Allí tuvo una participación muy activa, como así la venía teniendo socialmente en el Club del Progreso de Buenos Aires.

SU FAMILIA
El doctor Tello casó primero con Carmen San Arrompan Cabrera, de cuya unión nació su hija Carmen Sara, en enero de 1882 (13). Luego con Julia Adrogué, con quien tuvo otros cinco hijos. Esta era hija de Esteban Adrogué (1815-1903), integrante del grupo empresario que impulsó la construcción del Puente Alsina y dio impulso al partido de Admirante Brown. Estos lazos familiares le permitieron al doctor Tello incursionar en bienes raíces (14).
No debió ser del todo feliz la relación con su familia en los últimos años de su vida. Según Luis R. Piazzini, el doctor Tello, que se había dedicado a la filantropía y “repartió en vida su fortuna, con el compromiso de sus herederos de pasarle una mensualidad para atender a sus gastos. Viendo que no le correspondían, se suicidó”(15).

PALABRAS FINALES
El doctor Tello falleció en Buenos Aires el 24 de junio de 1934. Tuvo la posibilidad de celebrar las bodas de oro con la medicina, junto con los pocos graduados que sobrevivían en 1930, tan sólo once (16).
Fue iniciado en la masonería en la Logia Libertad N° 48 el 2 de marzo de 1899. Más tarde, el 5 de diciembre de 1901 se afilió a la Logia Constancia N° 7, «en la que desempeñó diversos cargos»(17). En las postrimerías de su existencia escribió para la prensa, diarios y revistas, sobre temáticas muy variadas, vinculadas con la sociología, la política y la filosofía. Se interesó tempranamente por el feminismo, llegando a participar también del III Congreso Femenino Internacional, organizado por el el Club Argentino de Mujeres, impulsado por Elvira Rawson de Dellepiane, con quien también había mantenido correspondencia(18).

NOTAS
(1) Juan Sebastián Morgado, Ajedrez en la historia argentina, Buenos Aires, Ediciones Ajedrez con Estilo, 2012, tomo I.
(2) Alcibíades Lappas, La Masonería Argentina a través de sus hombres, Buenos Aires, s.e., pág. 405. Véase también Anales del Círculo Médico Argentino, Buenos Aires, año II, n° 4, Buenos Aires, 1° de mayo de 1879, pág. 318.
(3) Wenceslao Tello, Consideraciones sobre la anestesia y analgesia quirúrgica. Tesis para optar al grado de doctor en medicina, Buenos Aires, Imprenta de M. Biedma, 1880, 52 pags.
(4) Alberto Navarro Viola (direc.), Anuario Bibliográfico de la República Argentina, Año II, 1880, Buenos Aires, 1881, pág. 226s.
(5) Cfr. Leslie Cooper, «Anaesthesia in Argentina», en British Medical Bulletin, London, The British Council, vol. IV, 1946-1947, n° 2, pág. 117 (reimpresión de 196 por Wm Dawson & Son Ltda., Londres). También Adolfo Héctor Venturini, Historia de la Anestesia en Sudamérica, 2010, pág. 12, disponible en https://www.smu.org.uy/dpmc/hmed/historia/articulos/anestesia-sudamerica.pdf
(6) Cfr. Héctor José Iaconis, Historia de la Medicina en 9 de Julio. Siglo XIX, inédito. También, Rejistro Nacional de la República Arjentina. Año 1883 (Segundo semestre), Buenos Aires, Establecimiento Tipográfico a vapor de «La Pampa», 1884, tomo XXIV, pág. 655 y la edición posterior del mismo Registro Nacional de la Republica Argentina que comprende los documentos expedidos desde 1810 hasta 1890, Buenos Aires, Taller Tipográfico de la Penitenciaría Nacional, 1896, tomo IX, págs. 661-662.
(7) Navarro Viola (direc.), Anuario Bibliográfico de la República Argentina, Año V, 1883, Buenos Aires, 1884, pág.266s.
(8) Eliseo Cantón, «La Facultad de Medicina y sus Escuelas. Tercera parte: La Medicina y su enseanza desde la federalización de la Universidad hasta 1905», en Juan Agustín García (direc.), Historia de la Universidad de Buenos Aires y su influencia en la cultura argentina, Buenos Aires, Imprenta y Casa Editora «Coni», 1921, tomo VII, pág. 140. Véase también Emilio R. Coni, Hygiène infantile: causes de la morbidité et de la mortalité de la première encance a Buénos-Ayres, Buenos Aires, Imprimerie de Paul-Emile Coni, 1886, págs. VIII-XIII.
(9) Cantón, loc. cit., pág. 336.
(10) Edelmiro Mayer (direc.), Gran Guía de la Ciudad de Buenos Aires, s.l., Hugo Kunz y Cía, 1886, págs. 113 y 522 y Lappas, op. cit.
(11) Juan Carlos Veronelli – Magali Veronelli Correch, Los orígenes institucionales de la Salud Pública en la Argentina, s.l., Organización Panamericana de la Salud, s.f., tomo II, pág. 401s.
(12) Sobre su participación en estos congresos, véase: Anales de la Sociedad Científica Argentina, tomo XLV, entrega I, Buenos Aires, Imprenta de Pablo E. Coni e hijos, 1898, pág. 381 y Primera Reunión del Congreso Científico Latino Americano…, Buenos Aires, Compañía Sud-Americana de Billetes de Banco, 1898, tomo I, pág. 86ss. y tomo IV, pág. 404ss. También véanse, Anales del Círculo Médico Argentino, tomo XXIII, Buenos Aires, 1900, pág. 221ss. y Sociedad Científica Argentina, Congreso Científico Internacional Americano…, Buenos Aires, Imprenta de Coni Hermanos, 1910, vol. I, pág. 399.
(13) Carlos Calvo, Nobiliario del antiguo Virreynato del Río de la Plata, Buenos Aires, Librería y Editorial «La Facultad», 1943, tomo VI, pág. 187.
(14) Ramón M. Minieri, Ese ajeno sur. Un dominio británico de un millón de hectáreas en la Patagonia, Viedma, Fondo Editorial Rionegrino, 2006, págs. 63 y 67.
(15) Morgado, op.cit.
(16) Archivos de la Universidad de Buenos Aires, año V, tomo V, 1, abril de 1930, pág. 617s.
(17) Lappas, op. cit.
(18) Ana Laura Martín – Adriana Valobra (comp.), Dora Barrancos.Devenir feminista.Una trayectoria político-intelectual. Antología esencial, Buenos Aires, CLACSO-Editorial de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA), 2009, pág. 149.

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