La problemática del estado de los caminos rurales del Partido de 9 de Julio en forma recurrente genera reclamos de la gente que los transita. Si bien las condiciones climáticas cambian y afectan de manera indirecta al suelo, piden un trabajo más constante, un mantenimiento más seguido especialmente de los caminos principales que permitan la salida y entrada.
La localidad de La Niña es una de las más aisladas. Si bien es cierto que son varios los caminos que conducen a La Niña, el más utilizado es el denominado de la vía. La docente Lorena Marcos recientemente publicó un comentario a través de las redes sociales y luego respondió a la inquietud de «EL 9 DE JULIO», ampliando la situación
En una parte del diálogo se refirió a la situación de La Niña. «Son 36 kilómetros de tierra, sin mejorado. Un médico concurre diariamente y a las 16 horas la localidad se queda sin el médico. Son derechos esenciales», resumió.
Después de las lluvias del domingo y lunes (poca cantidad de milímetros), el agua no tenía donde salir: «el camino La Niña – 9 de Julio ( la ex vía) es una CANALETA» comentó Marcos quien luego entró a la ciudad por una de las peores bajadas de tierra y «apenas se notaba que había llovido». Después de las quejas en la publicación del martes, observó movimientos de máquinas.
«El Camino Fantasma no está muy lindo, tiene piedra y si llueve un poco el auto se va para todos lados. El 2 de Mayo no es recomendable porque llueve un poco y se forma un barro blanco: por ese lugar no pasa nadie en caso, de tener un problema. La ex vía es el camino que todo el mundo utiliza y por ahí se llega», explicó.
«Durante la sequía las máquinas no pasaron», comentó la docente que viaja diariamente a la ciudad. «Cuando pasan pedimos que usen algo que es del sentido común; cuando se hacen trabajos: que el agua tenga caída hacia la cuneta. Se puede tener una buena máquina, pero además hay que darle un buen uso, hacer un buen trabajo» señaló Marcos.
Hoy la docente volvió a pasar y lo curioso que observó es que por un lado, las cunetas están secas y la contracara es que una parte del camino aún queda agua debido a que la tierra está muy por la sequía dura y no permite absorver. La falta de caída impide que el agua se vaya para la cuneta.
«Si no tenemos mejorado en los caminos a La Niña, que mantengan los caminos mínimamente como corresponde. Que vayan las máquinas y con gente que conozca el trabajo, porque muchas veces no tienen idea de cómo arreglar un camino», concluyó.