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jueves, abril 25, 2024

Pesar por el fallecimiento de Julio «Cacho» Faustino

En la jornada de hoy se conoció la penosa noticia del fallecimiento del piloto nuevejuliense y mecánico, Julio Raúl «Cacho» Faustino, una figura destacada en el automovilismo de la provincia de Buenos Aires.

Nacido en esta ciudad el 25 de septiembre de 1932, desde niño, junto a su hermano «Cholo», había sentido una pasión por la mecánica y por el deporte motor.

Había conocido el oficio de mecánico en el antiguo taller de Carlos y Adán Tacchi, ubicado en la esquina de Entre Ríos (hoy Arturo Frondizi) y Bartolomé Mitre, que más tarde se transformó en «Malpere y Cía.». Promediando la década de 1950 instaló su propio taller, que fue referencial en nuestra comunidad.

En la esquina de Hipólito Yrigoyen y Tucumán edificó su taller, «Mecánica Faustino» y, a pocos metros, en Cardenal Pironio y Santa Fe su domicilio particular, el hogar que formó junto a la educadora Ruth Arriazú, fallecida varios años atrás.

Siendo adolescente sintió su primeros impulsos por el deporte motor. Había preparado, junto a un grupo de amigos, un pequeño automóvil con el cual salía a recorrer las afueras de la pequeña comunidad, a modo de pequeñas carreras en las calles polvorientas de ayer.

Acompañó a «Pascualito» Gougy y  formó parte del conjunto de amigos que acompañó al doctor Juan Ángel Maldonado en sus ideales políticos y, al mismo tiempo, en sus aventuras automovilísticas. «Cacho» fue el piloto de su Ford, con el cual marcaron un jalón en la historia del deporte nuevejuliense.

En 1961 se inició deportivamente cuando sus amigos lo incentivaron para adquirir y preparar su primer auto de competición.

Con su Chevrolet 400 y su cupé Chevy, participó en numerosas competencias, entre las que pueden mencionarse su debut en Pehuajó y las de Necochea, San Antonio de Areco y Pergamino en 1965; Tres Arroyos y Chacabuco en 1966; Mar del Plata en 1967; 25 de Mayo y Salto en 1975; en ocasión de la inauguración de Ruta Interbalnearia en 1979; 25 de Mayo y Gran Premio «Cuatro Provincias» en 1980; Ayacucho (Torneo Lizeviche-Galindez) en 1981; Lobería en 1983 y Tandil en 1984.

Participó en el Triángulo del Oeste y se mantuvo vigente en Turismo de Carretera hasta 1996.

Su taller fue un ámbito de encuentro de competidores y amigos. Allí no solamente se preparaban motores para su auto de carrera, también lo hacían para otros corredores. Pertenecía a la generación de deportistas en los que primaba el culto a la amistad y al compañerismo.

En ese gran derrotero no faltaron las peñas. Tal fue la recordada «Amigos del TC», patrocinando su carrera. Extendió esa amistad a las tertulias de café de las que fue cultor.

Sus conocimientos en la mecánica los transmitió a otros jóvenes entusiastas que siguieron su huella.

Deja entre los nuevejulienses un recuerdo imborrable. Fue una persona buena, de una honestidad absoluta e intachable.

Fuente: Archivo de Publicaciones Periodísticas de Diario EL 9 DE JULIO.

 

 

 

 

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