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Nueve de Julio
sábado, abril 27, 2024

Falleció Vidal Ochoa, quien fuera rector del Colegio “San Agustín”

El miércoles último falleció Vidal Ochoa, quien fue religioso marianista de la comunidad de 9 de Julio y a quien unían lazos familiares a esta ciudad. Su vida se apagó cuando contaba 90 años de edad.

De origen español, había sido formado en la Compañía de María, en la riqueza del carisma marianista y del estilo de la formación europea que en esos años existían en los institutos de vida consagrada, sustanciosa en humanidades, letras y filosofía.

Joven marianista, había arribado a la Argentina el 10 de diciembre de 1949. En 1953, después de pasar por Coronel Brandsen, fue enviado como maestro de grado al Colegio Marianista de Buenos Aires, la primera obra de la congregación en la Argentina. A partir de entonces inició sus largos años de entrega a la vocación educativa: extensos horarios escolares, mucho contacto con los alumnos, deportes, excursiones, campamentos, tarsicios y las manos a la obra en la construcción del Colegio.

Formó parte de la comunidad religiosa del Colegio Marianista “San Agustín” entre 1965 y 1967, casi en los albores del naciente establecimiento. Retornó entre 1980 y 1988. En esta última etapa desempeñó el cargo de rector.

Julio Barcia y Roberto Castro, ex alumnos suyos en el Colegio Marianista de 9 de Julio y amigos, lo evocan como un maestro ejemplar. Sus lecciones de vida eran las de un auténtico sabio, un hombre íntegro y de principios.

Hacia 1985, cuando los marianistas cumplieron el 50° aniversario de su presencia en la Argentina, Vidal Ochoa se encontraba en 9 de Julio. Era el superior de esta comunidad, formada por otros cuatro religiosos: Roque Llamas, Calixto Menoyo, Manolo Prieto y José Antonio Villapún. Por esos días muchos padres y hermanos españoles compartían con Ochoa la obra de la Compañía de María en la Argentina: Buenaventura Arnaiz, Luis Casalá y Pablo Sánchez Polidura, en General Roca; Severiano Ayastuy, Juan Bautista Atucha, Enrique Barbudo, Isaac Gómez y Carlos Ruiz, en Monte Quemado; Juan Manuel Sierra, Juan Bielza y Luis Madinabeitia, en Catriel; Modesto Andrés, Fermín Fernández, Alfonso Gil, Eliseo González, Jenaro Maranón, Eloi Mealla, Otilio Ortega, Andrés Pérez, Emilio Ribote, Eduardo Rodríguez, Francisco Ruiz de Angulo y Felipe Vida, Fernando Onetto, José Luis Grosso, Pablo Iglesias, Fernando Picciochi y Luis Prescerutti, en Buenos Aires y Manolo Madueño, Lorenzo Azpe (“El Vasco”), Arturo Pérez y Julio Picci, en Junín.

Vidal Ochoa fue también rector del Colegio Marianista de Buenos Aires desde 1968 hasta 1976.

Brillante educador, supo dirigir los colegios que tuvo a su cargo en momentos decisivos en la vida de la Iglesia. Le cupo vivir de cerca la gran llegada de los aires renovadores del Concilio Vaticano II que iluminaron la vida consagrada. Junto a sus hermanos vivió los momentos históricos de 1981, cuando el Capítulo General redactó en Linz la nueva Regla de Vida de los marianistas, retocada en 1983, en consonancia con las enseñanzas conciliares.

Tras un discernimiento, solicitó su dispensa como profeso en la congregación. Si bien volvió a la vida laical, jamás se desvinculó afectivamente de esa familia religiosa que le había acogido en plena juventud.

Formó un hogar junto a Susana Cancelleri, oriunda de esta ciudad. Excelente esposo, padre y abuelo, halló su camino en una vocación diferente, pero rica en valores cristianos: el matrimonio.

Visitaba frecuentemente 9 de Julio y, siempre con su innata cordialidad, dialogaba amablemente con amigos, exalumnos y conocidos. Deja entre quienes le conocieron un recuerdo imborrable.

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