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martes, abril 23, 2024

«Con la ciencia demostramos cómo los plaguicidas dañan la salud»


El licenciado en química Damián Marino explicó los resultados de los
estudios que evidencian las consecuencias de los agroquímicos

Por Luis Emilio Blanco (Diario La Capital-Mar del Plata)
Damián Marino es doctor en ciencias exactas, investigador del Conicet,
licenciado en química con orientación en química orgánica y durante su
carrera realizó diversos estudios de la contaminación ambiental derivada
de las actividades agropecuarias en la región pampeana. Uno de ellos es
específico sobre la escorrentía de glifosato y su presencia en el agua de
lluvia y el suelo subterráneo en el área cercana de campos agrícolas en
Argentina.
Durante un conversatorio, realizado junto a los científicos Delia Aiassa
(Universidad Nacional de Río Cuarto) y Rafael Lajmanovich (Conicet-
Universidad Nacional del Litoral), que trató sobre la evidencia
científica acumulada por la ciencia digna argentina y a nivel mundial,
Marino se explayó sobre las derivas de agroquímicos y sus consecuencias y
advirtió que, cuando llegan a trabajar a un lugar determinado,
“terminamos demostrando lo que los vecinos ya sabían. Lo único que hubo
en el tiempo es pérdida de vidas que no deberían haber ocurrido”. El
químico también remarcó que “Argentina debe comenzar a debatir de una vez
por todas qué modelo de agricultura quiere para el futuro”.
La laguna bajó cuatro metros. Su cota en 2017 era de alrededor de 86
metros snm y hoy está en 82 metros. Además se recuperaron centenares de
hectáreas que estaban bajo el agua.
La laguna Melincué bajó más de cuatro metros y aparecieron nuevas islas
Arboles caídos, una postal repetida en la Ciudad Histórica.
Piden asistencia para San Lorenzo por los daños que causó la tormenta
“Como decía Pepe Mujica, «la crisis no es ecológica sino política».
Cuando uno revisa la bibliografía nacional, hablamos no ya de cientos
sino de miles de publicaciones. Otros investigadores del mundo están
publicando trabajos y resúmenes que indican que Argentina y Brasil
lideran los estudios en el ingreso de plaguicidas en los ambientes y en
los efectos sobre la biota y en salud humana”, expresó el investigador.
“Me siento muy incómodo en tener que decir o poner datos en estas
cuestiones cuando lo único que hacemos nosotros es, con algunos ensayos y
artesanías, demostrar lo que viven en carne propia los distintos
habitantes a lo largo y ancho del país y de Latinoamérica”, sentenció.
El especialista en química detalló que “en los campamentos
socioambientales en los que trabajamos aparece la matriz pidemiológica
como dato y se obtiene la matriz ambiental de exposición por aire, por
agua o por suelos. Vemos así que en aquellos lugares donde la matriz aire
es complicada hay problemas de salud respiratoria. Donde la matriz agua
es complicada hay problemas de salud digestivos”.

En todas partes
“Cuando uno va a un lugar y aplica, llamémosle «la ciencia», con toda su
parafernalia, terminamos demostrando lo que los vecinos ya sabían. Lo
único que hubo en el tiempo es pérdida de vidas que no deberían haber
ocurrido. Lo digo porque necesito decirlo”, resaltó y prosiguió: “Hace
más de 20 años que estudiamos los plaguicidas en el ambiente. No sabemos
más donde buscarlos porque ya los encontramos en grandes cuencas
hídricas, en aguas subterráneas, en suelos, en sedimentos de fondo y en
la biota”.
“Demostramos también en 2017 que era falso aquel cuento, de los cuales
los medios de comunicación hegemónicos fueron cómplices, al instalar que
se podía tomar un vaso de glifosato y no hacía nada o que esa sustancia
era pseudopersistente en suelos. Es decir que demostramos que sí llega al
suelo, se acumula y permanece durante años. No es que lo toca y
desaparece”, disparó refutando las afirmaciones del entonces secretario
de Agroindustria del gobierno de Mauricio Macri, Luis Etchevere.

Lluvia de glifosato
“Este año salió la publicación que demostró que el glifosato es
pseudopersistente en aguas superficiales. Es decir que los ríos y arroyos
tienen glifosato durante todo el año. Demostramos además que está
presente en el agua de lluvia, lo que pone a toda la población frente a
una misma exposición.
No es que hay diferencia entre quienes viven en el campo, los de sus
alrededores y los habitantes de las grandes ciudades. Ante eso estamos
todos iguales. Y hablo del glifosato porque es la columna vertebral del
modelo del agronegocio de hoy pero el glifosato tiene muchísimos amigos”,
explicó en referencia al cóctel de agrotóxicos que acompañan a las
numerosas formulaciones químicas que introdujo el modelo de agricultura
industrial que asocia el paquete tecnológico basado en transgénicos más
agroquímicos.
“A las mezclas de sustancias conocidas se incorporan permanentemente
nuevos elementos químicos sintéticos, de los cuales sabemos poco y nada.
Así fue como nos pasó en su momento y nos llevó 20 años generar toda esta
información que hoy tenemos sobra sobre la mesa. Leemos constantemente
que se incorporan sustancias cuya información es tremendamente escasa y
no hay en ese marco ningún sistema científico que pueda acompañar esa
dinámica de la agroindustria que incorpora moléculas nuevas poco
conocidas y cuyos efectos sobre el ambiente y la población se
desconocen”, advirtió.

Disculpas
“Debo pedir disculpas porque no hay forma de sostener esa dinámica y esa
presión del actual modelo de agronegocio. Por lo tanto, lo que está por
delante es discutir qué modelo de agricultura queremos para Argentina.
Evidencias sobran y no solo científicas sino que la clave está en el
mensaje de las comunidades a lo largo y ancho del país que relatan lo que
ven, viven, les falta y las consecuencias y situaciones que hoy están
viviendo”.
Finalmente, Marino aseguró que “no hay ciencia que transforme esto de una
manera única. Es un trabajo y un desafío que hayque discutir para
determinar cuáles son los retos que tenemos por delante porque lo debemos
hacer entre todos y todas”.

agrotóxicos
salud
agroquímicos

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