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Nueve de Julio
viernes, marzo 29, 2024

Anécdotas de los amigos de Ignacio “Nacho” Fernández

Nacho con sus compañeros de la Escuela Nacional de Comercio Nº 6
Nacho junto a sus compañeros de primaria en la Escuela Nº 15 (agachados el 6to. de izq.a der)
Con sus compañeritos de Jardín de Infantes (sentado el 6º de izq. a der.)

Ignacio Martín Fernández, también conocido como Nacho Fernández nació el 12 de enero de 1990 en Castelli y a partir de los dos años su familia volvió a radicarse en Dudignac (Partido de 9 de Julio). Se desempeña como mediocampista y su equipo actual es Atlético Mineiro de la Serie A de Brasil.
Se inició en el Club Atlético y Social Dudignac, institución deportiva de Dudignac, localidad del Partido de 9 de Julio (Pcia. de Buenos Aires) y desde muy chico demostraba condiciones. Tenía 13 años recién cumplidos cuando partió de Dudignac a probar suerte en un club de la primera división del campeonato argentino. Llegó a Gimnasia en el año 2003 con edad de Octava División. Debutó en Primera División del Lobo en 2010.
En 2011 fue cedido por un año en Temperley. Al finalizar su préstamo en julio de 2012 regresó a Gimnasia. A comienzos del año 2016 se sumó al plantel de River Plate. Actualmente Nacho Fernández está jugando en Atlético Mineiro de Brasil, siendo en muy pocos días de su estadía figura y muy querido por sus hinchas.
Pero está nota hoy va dedicada a sus amigos de toda la vida. Los que siempre están junto a Nacho, cuándo pueden compartir una cena, un viaje para visitarlo y compartir momentos únicos juntos.
Ellos, sus amigos siempre, pero siempre tienen un momento para contar algo que hayan hecho junto con él.
Por eso contaron unas anécdotas hermosas y divertidas.

Diego: Una de los recuerdos más lindos y divertidos que recuerdo fue el día que nos íbamos a encontrar para cenar en la casa de Nacho y para ese momento no existían los celulares. Entonces cuándo salgo de trabajar, salgo caminando para la casa de Nacho y cuando me hace pasar la mamá (Sara) no había ninguno de los amigos. Entonces Nacho me dice que se habían olvidado de avisarme y lo único que podemos hacer es que comas acá sino te enoja. Tuve la suerte de comer en la casa de Nacho Fernández.
Franco: La anécdota más conocida es cuándo jugando con Atlético Quiroga, Nacho estaba de viaje en Mar del Plata y llego sobre la hora, entro prácticamente sin entrar en calor y ganó Dudignac 1 a 0 con gol de Nacho.
Un día Nacho se fracturó el antebrazo (cúbito) llegando fin de año y le ponen un yeso, el cuál le impedía poder jugar, pero él siempre acompañaba al grupo a todas las canchas. Jugando las semi finales el papá (Pablo) le cortó el Yeso, le colocó una venda y pudo jugar porque Nacho era súper importante en el equipo.
Cuándo participábamos para el C.E.F en los Torneos Bonaerenses el Profe era Claudio “Rata” Corvalán, teníamos un equipo de Handball que jugábamos bien y habíamos pasado a la etapa regional y Nacho también había clasificado en Atletismo, pero al momento de elegir jugó en el equipo de Handball perdiendo el partido que nos podía haber clasificado a Mar del Plata.

Fernando: Nuestra primer salida a un boliche a Nueve de Julio fue increíble, Obelix abría a las 2 de la mañana y llegamos con el grupo de amigos a las 23. Entonces Nacho nos invitaba a ir a la casa de la abuela (paterna) y nadie quería ir. Entonces Nacho para convencernos nos dijo que tenía empanadas y Coca Cola y nos fuimos todos a lo de la abuela.

Josué: Una anécdota hermosa que me acuerdo es cuando iba a jugar a la casa de Nacho, jugábamos al fútbol con un osito de peluche de una de sus hermanas y el lugar ideal era el pasillo de la casa que estaba la habitación de la puerta de los papás y la habitación de los hermanos de Nacho, esos eran los arcos. Siempre hacíamos lo mismo y nos divertíamos mucho.

Migue: Recuerdo que cuando íbamos al gimnasio del club y a todo lo que jugábamos Nacho nos ganaba, era imposible quitarle la pelota en el deporte que jugáramos. Después jugábamos al fútbol todas las tardes en la cancha auxiliar de la cancha grande y donde le echabas viento, Nacho se tiraba y pedía foul, penal y se lo daban para conformarlo.

Nano: Cuándo teníamos 10 u 11 años mi papá había hecho hacer una mesa de Ping Pong, Nacho y yo éramos re petizos y empezamos a jugar con mi papá y mi hermano que ya sabían jugar. Después de una semana que jugábamos todos los días, a Nacho no lo podíamos sacar y nos ganaba todos los partidos.
Después todos los viajes que hacíamos con el fútbol infantil Nacho era el último en llegar y lo tenía que pasar a buscar, antes de salir desayunaba y después salíamos caminando para el club.
Otra genial, un día se fue escapado de la casa a pescar sin que supiesen los papás. Estábamos pescando y Nacho sacó un dientudo y se le soltó del anzuelo y cayó de nuevo al agua, Nacho por querer agarrarlo de nuevo términó adentro del canal, no quería volver a la casa. Como sabía que los papás no estaban, llegó a la casa y puso la ropa a lavar y nunca se dieron cuenta los padres que Nacho había ido a pescar con nosotros.
Cuándo íbamos a la casa en el verano siempre jugaban con el papá y el hermano a ver quién hacia más jueguitos con la pelota. Nosotros éramos chicos y sólamente hacíamos 50 jueguitos y con una sola pierna. En cambio el papá, el hermano y Nacho hacían con las dos piernas más de 300 jueguitos. Nos aburríamos porque era imposible competir.

María de los Ángeles: Una vez era el cumple de Martín y yo era la única mujer que había ido. Y uno de los juegos era la escondida y como era de noche Nacho no me quería dejar sola para que no me diera miedo. En ese momento otro grupo de amigos estaban jugando al fútbol y el prefirió jugar a la escondida.
En los recreos de la escuela primaria jugábamos mucho a las payanas. Eramos los mejores….

Nota del Centro de Educación Física (C.E.F.) Nº 101 de 9 de Julio.

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