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jueves, abril 25, 2024

¿Qué va a pasar cuando yo te falte?

Tendiendo Redes

En los últimos días apareció una nota de una mamá pidiendo eutanasia de su hijo con parálisis cerebral.
Y entonces surgieron miles de comentarios de mucha índole, por eso me pareció muy interesante lo escrito por una amigo al que admiro mucho. Gracias Marcelo Gil por cada uno de tus textos que nos provocan a pensar.
«Prefiero que Antonio muera antes que yo. Porque si es al revés, quién va a cuidar de él?»
Una madre dijo esto de Antonio, su hijo.
No puedo ni imaginar el peso de esas palabras sobre su cuerpo, sólo puedo tomar los indicios de unas posibles causas, que de ninguna manera están en ella.
En la película «37 segundos» se ve el cuidado amoroso que la madre de la protagonista, una chica con parálisis cerebral. Son de una belleza y delicadeza extraordinaria, la sensualidad y el cariño de las escenas íntimas tiene una profundidad real abrumadora.
Pero más tarde en la película se ve la contracara de una sobreprotección, del mandato de vivir a través del cuidado de otra vida, que se transforma en duelo y pérdida cuando la persona cuidada se independiza y decide correr riesgos.
Es frecuente que talleres protegidos que les coordinadores refuercen la relación maternal con toda su carga de regulación de género sobre las madres, jugando de referentes superados y exigiendo responsabilidad ante toda situación.
Pero para nada acordamos entre coordinadores favorecer esa distancia entre el vínculo primario, casi exclusivo de la madre, y la persona con discapacidad.
Distancia que es un componente esencial de la adultizacion.
Lamentablemente muchos talleres funcionan para lo contrario, y durante años se abona la performatividad de un cuidado en clave de sacrificio.
Literalmente.
Perpetuando que las tareas de cuidado deben ser asumidas por las mujeres desde una única dimensión sentimental.
Así la madre de una persona con discapacidad es designada para cuidado eterno, una misión abnegada y llena de sacrificio (como si de la culpa se tratara). Enmarcada en la idea de «responsabilidad individual», eufemismo para la insolidaridad, que bloquea una política de la interdependencia que hable de la vulnerabilidad de la que todos somos partes. Y también de una vulnerabilización injustamente dirigida hacia algunos cuerpos.
Recordé está publicación a razón de una noticia de Misiones dónde una madre pide «eutanasia o muerte digna» para si hijo con parálisis cerebral.
Lo que pueden generar las instituciones, las políticas públicas y un poder médico en irresponsable construcción de subjetividades.
Marcelo Gil
TENDIENDO REDES
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