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viernes, abril 26, 2024

El padre Enrique Barbudo presentó su nuevo libro

Sobre la vida del misionero Severiano Ayastuy

libro barbudo2 padre severiano

En la tarde de ayer, en el Colegio Marianista «San Agustín», a cuya comunidad religiosa pertenece, el padre Enrique Barbudo presentó su nuevo libro «Severiano Ayastuy, el santo andarín y hombre de Dios. Reflexiones a la luz de su vida». Este volumen se encuentra editado por PPC, un sello que pertenece a la Fundación SM y cuenta con el prólogo escrito por el obispo de la Diócesis de 9 de Julio, monseñor Ariel Torrado Mosconi.
En este oportunidad, el padre Barbudo aborda la trayectoria y el protago- nismo del sacerdote marianista Severiano Ayas- tuy Errasti, conocido y querido por los chaque- ños como “el cura cami- nador”, por la tenacidad inquebrantable con la que durante años llevó a cabo una magnifica tarea humanitaria recorriendo El Impenetrable chaque- ño, primero a pie y luego, con la salud ya quebrantada, en caballo y mula.
El del padre Barbudo no es el primer libro sobre la vida de Ayastuy , pues en 2014, en coincidencia con el centenario de su natalicio, fue publicado ‘El cura caminador. Un vasco en el impenetrable argentino’. escrito por el licenciado Fabio Javier Echarri.

PERFIL DE UN
MISIONERO
Nacido en Arachabaleta Guipúzcoa, en plena región vasca de España, el 7 de enero de 1914, se ordenó sacerdote cuando se desencadenó la Segunda Guerra y sufrió en carne propia la Guerra Civil Española. Más tarde, misionó doce años en África y llegó al Chaco con casi 70 años, el 21 de septiembre de 1985.
Echó raíces en un recóndito lugar de El Impenetrable, en Comandancia Frías, donde trabajó por espacio de dos décadas. se ocupó de construir la iglesia,una vivienda para las hermanas Misioneras de Nuestra señora de la Consolata y otra vivienda para el médico del lugar; gestionó la presencia primer médico y de una comunidad de religiosas que se ocuparon de múltiples proyectos acompañados por el incansable y ejemplar sacerdote vasco.

Si Comandancia Frías hoy tiene agua potable, si funciona un centro del menor, si funciona el generador eléctrico, si este pueblito logró sobrevivir al monte y a las promesas incumplidas, se le debe a él, que tanto luchó y nunca comprendió las razones de tanto analfabetismo. El padre Severiano no aceptaba palabra globalización porque, según decía, «se refiere a las cosas y no se dice, en cambio, mundialización, que se refiere a la gente, como decía Cristo: mundo”.

Falleció en Madrid el 8 de noviembre de 2007.

«ERA UN HOMBRE BUENO, EXTREMADAMENTE BUENO»
El padre Enrique Barbudo, al referirse a Seve- riano Ayastuy, explicó que «había nacido en un pequeño pueblito, muy pobre, y desde niño estuvo muy en contacto con la naturaleza».
«Le había -añadió- tocado vivir la Guerra Civil Española, pues durante la toma de Bilbao entraron en su caserío. Era un hombre bueno, extremadamente bueno, y se hizo marianista en la modalidad que había antes, cuando existía un seleccionador de vocaciones que recorría los pueblo y ofrecía a los jóvenes la posibilidad de ingresar en la congregación».
Para Barbudo, Severiano Ayastuy, «era un hombre de compromiso, que se comprometía y lo hacía de plano».
«Siendo muy joven cursó los estudios y se licenció en Filosofía, después fue el asistente del Superior de General, para cinco mil religiosos, en Roma. Pero a él no le gustaba vivir en Roma», explicó.
Barbudo recordó que conoció a Severiano Ayastuy siendo Maestro de Novios y, desde entonces, pudo comprobar que «su opción por los pobres fue muy fuerte y, por eso, fue como misionero a Africa».
«Severiano es el sacerdote que, más fuertemente, me ha macado;
porque no ha sido un indelectual, sino un hombre práctica, del hacer, de las cosas concretas», subrayó.

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