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Nueve de Julio
martes, mayo 7, 2024

Un espacio urbano olvidado

En una zona céntrica de la ciudad, en la calle Arturo Frondizi a pocos metros de Bartolomé Mitre, se encuentra ubicada una antigua bomba de extracción de agua, hoy en desuso, construida en 1928 por la Municipalidad de 9 de Julio cuando el servicio de aguas corrientes se encontraba bajo su órbita.
La obra fue realizada por la empresa «D’Elía & Tacchi» que, en esos años, tenía sus talleres frente a ese predio. Poco después, la misma empresa participó de la licitación por la bomba que, con características similares, se encuentra en la calle Santiago del Estero y Ramón Poratti.
En la actualidad, el predio de la calle Arturo Frondizi se encuentra en estado de abandono. Hace algunos años, fue concebido un plausible proyecto de parquización de ese espacio, para que sea empleado con fines culturales o recreativos; pero, situaciones vinculadas con la jurisdicción de la propiedad que, actualmente pertenece a ABSA, han demorado aquel cometido.
Además de la proliferación de malezas en el lugar, se observa un deterioro en el edificio que allí se conserva, que tiene una antigüedad superior a los noventa años.
La preservación del lugar y, sobre todo, del edificio donde se ubica la bomba, constituye una acción necesaria.
El edificio que se conserva en esa parcela se circunscribe dentro del denominado «patrimonio industrial», área del patrimonio histórico y arquitectónico en la cual se agrupan el conjunto de elementos de explotación industrial, generado por las actividades económicas y los servicios públicos de cada sociedad. Este patrimonio responde a un determinado proceso de producción, a un concreto sistema tecnológico, caracterizado por la mecanización.
En los últimos años, tanto en la República Argentina como en otros país del mundo, se han multiplicado las iniciativas de protección y defensa del patrimonio industrial; se han consolidado revistas electrónicas, encuentros científicos, asociaciones privadas, fundaciones y otros organismos de gestión patrimonial; así también, han sido frecuentes los posicionamientos de las asociaciones científicas a favor del patrimonio industrial.
Sería muy interesante que, desde la comunidad, sea a partir de una entidad privada o pública, se estimule la preservación de este espacio de la ciudad y, sobre todo, de la edificación que se levanta allí. De este modo, se estará reivindicando el patrimonio industrial de los nuevejulienses como un activo social a defender y proteger, convirtiéndolo en un valor cultural propio

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