La ciudad de 9 de Julio, en sus calles, veredas y edificaciones, tiene un sinnúmero de vestigios del pasado. Generalmente, en particular las jóvenes generaciones, los observan con curiosidad, tal vez preguntándose las razones por las cuales esos extraños objetos se encuentran en esos lugares.
En la esquina de la avenida San Martín y Santa Fe, aún se conserva un hidrante, de los primeros que fueron instalados en su tipo, por la Municipalidad de 9 de Julio, para efectuar la carga del camión o carro regador. Eran aquellos los tiempos de un 9 de Julio de configuración pueblerina, de casas bajas y con calles de tierra. El servicio del carro de riego era considerablemente importante tanto para las calles céntricas de la ciudad como para las de la periferia.
También, este hidrante como los otros más pequeños, ubicados en diferentes lugares de la ciudad, han estado a disposición para la conexión de las mangas de bomberos.
Técnicamente, los hidrantes son un dispositivo de captación de agua situado a un máximo de distancia de lugares o zonas donde se pretende su utilización. Están constituidos por un conjunto de válvulas y racores cuya función consuste en abastecer desde la red principal. En este caso, el dispositivo está conectado a la cañería original del antiguo servicio de aguas corrientes, inaugurado en 1905.
Esta preciada pieza de considerable antigüedad, fue fundida por la firma Bopp & Reuther, en sus talleres de Manniheim, una ciudad al suroeste de Alemania, en Baden-Württemberg. Fundada en 1872 por Carl Reuther y Carl Bopp, se trataba de una fábrica especial para la producción de bombas y válvulas, cuya firma, aunque con grandes cambios, aún existen en Alemania.
Algunos vecinos mayores recordarán, sin dudas, a quienes, en tiempos de carnaval se las ingeniaban para abrir estos hidrantes y así obtener abundante agua para jugar.
