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Nueve de Julio
sábado, abril 20, 2024

El «Trino del Diablo»

nicolás robbioPor Héctor José Iaconis

– I –

Giuseppe Tartini (1692–1770), el genial compositor barroco, escribió una sonata para violín en sol menor, conformada por cuatro movimientos. En efecto, por su complejidad y belleza, es considerada su mejor creación.
La tituló “El Trino del Diablo” porque, según narró a su amigo Jérôme Lalande , le fue dada a conocer en sueños por el propio Lucifer. Para Tartini, el diablo le había obsequiado esa melodía que él, al despertar del sueño, intentó plasmar en el pentagrama, aunque sin lograr la excelsitud de la melodía original.
Si bien, nada hace pensar que la narración que Tartini hizo a Lalande sea veraz; resulta certero que, “El Trino del Diablo”, la genial sonata, es una pieza de gran exigencia técnica. Empero, sin duda, todos los esfuerzos del violista parecen quedar recompensados cuando alcanza, en el tercer movimiento, la ejecución del más famoso de los trinos, el más magistral de los adornos que un compositor podía anotar en una partitura.

– II –

La fotografía que hoy ofrecemos es un retrato esfumado del dirigente político nuevejuliense Nicolás L. Robbio. El mismo fue tomado, cuando éste desempeñaba el cargo de legislador provincial, por el fotógrafo Juan Antonio Otero para la Revista «Caras y Caretas».
Si bien no existen constancias sobre la publicación de esta fotografía, la copia entró a formar parte del archivo de la revista que actualmente se conserva en el Archivo General de la Nación. Este ejemplar tiene la siguiente signatura archivística: inventario nº 93414, caja 2046, sobre 22.
El registro fotográfico permite observar a un hombre en edad avanzada. El semblante otoñal se hace aún más notorio en la pose con que ha escogido ser retratado: el dedo pulgar izquierdo sujeto a la abertura del chaleco, a la vieja usanza.
Desde uno de los ojales del chaleco pende una leontina, cadenilla que sujetaba el reloj de bolsillo. El sombrero bombín o «derby», que lleva en esta fotografía junto a su bastón (que actualmente se conserva en el Museo de 9 de Julio), fueron dos accesorios característicos en su figura. Así, portando ambos, habrán de recordarle no pocos vecinos de 9 de Julio que le sobrevivieron y que le evocaban como “el legendario caudillo”.
Este retrato, a diferencia de otros que se conservan de Robbio, a pesar de su afectación, permite apreciar una mayor naturalidad en la postura.

– III –

Nicolás L. Robbio (1846-1914) fue, hasta su muerte, una de las figuras más influyentes en el contexto político del Partido de 9 de Julio y un referente del Partido Autonomista (Conservador) en la Provincia. Además de los cargos públicos que desempeñó en este distrito, le cupo ser en diferentes períodos diputado y senador ante la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires.
Fue, Robbio, un líder que, desde luego, consiguió eclipsar con su gravitación al entorno político lugareño. No vaciló, en determinadas ocasiones, en forjar alianzas, incluso con sus adversarios políticos; y, como ocurrió en 1899, propiciar la violencia en una contienda electoral.
Quizá fue su hijo, Nicolás H. Robbio (1881-1926) quien, teniendo más cercanía con los sectores populares, logró que su nombre trascienda el caliginoso sendero del tiempo y llegue hasta nosotros un poco menos indolente.

– IV-

En 1904 la Cámara de Senadores de la Provincia de Buenos Aires resolvió conformar una Comisión Investigadora para indagar acerca de varias irregularidades que, se presumía no sin razón, estaba cometiendo el intendente municipal de 9 de Julio, Rafael Prieto. Aún cuando la Comisión Investigadora había redactado un informe sobre su actuación, Nicolás L. Robbio intercedió ante el Gobernador Marcelino Ugarte, proponiéndole de olvidar los hechos y desestimar las acusaciones contra Prieto. Ugarte, que necesitaba el apoyo político de Robbio, no dudó en asentir.
A propósito de las influencias de Robbio, Juan Antonio Uriburu y Patrón le preguntó a un senador provincial cercano al caudillo nuevejuliense:
“ – ¿El Gobernador detuvo la investigación porque Don Nicolás le trinó al oído?”.
A lo cual, el legislador depuso:
“- Efectivamente. Fue el Trino del Diablo”.

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