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jueves, marzo 28, 2024

El Cooperativismo en 9 de Julio

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La historia del cooperativismo en el Partido de 9 de Julio es, sin dudas, un tema apasionante que permite comprender no sólamente un proceso histórico, ubicado en un contexto determinado, sino también de comprender cómo los principios del movimiento Cooperativo engrandecen a la sociedad y son promotores de progreso.
Una cooperativa es un medio de ayuda mutua para beneficio de todos. Es una asociación voluntaria de personas y no de capitales; con plena personería jurídica; de duración indefinida; de responsabilidad limitada; donde las personas se unen para trabajar con el fin de buscar beneficios para todos. El principal objetivo es el servicio y no el lucro o la ganancia fácil. Las cooperativas se rigen por estatutos y por la ley de asociaciones cooperativas. La consigna es el espíritu de hermandad e igualdad entre sus miembros, donde todos tienen los mismos deberes y derechos. Sólo puede llamarse cooperativista a aquel que permanentemente piensa, razona y actúa de acuerdo con la filosofía y los principios cooperativos.
La idea de la cooperación llegó a enraizarse en la sociedad nuevejuliense después de la década de 1930. Como toda empresa que busca un fin social, hubo quienes al principio la observaron con cierto desdén, incluso debieran demorarse varios años para que, las autoridades municipales de la época, imbuidas en otros intereses sectarios, comprendieran la importancia del cooperativismo
Hubo personas que comprendieron la importancia del cooperativismo y lucharon decididamente para implantarlo por primera vez en el Partido de 9 de Julio. Sería imposible trazar una lista con los nombres de todos aquellos primeros cooperativista.
No obstante cabe recordar que a comienzos de década de 1940 fue el doctor Jorge del Río el primero en exponer, a través de artículo periodístico se publicaban en los medios de prensa locales o en conferencias públicas, la importancia que cooperativismo tiene y sus beneficios. Aquel primer impulso estaba dirigido concretamente a la cooperativización de los servicios públicos y, particularmente, el de energía eléctrica que se encontraba en manos de empresas multinacionales.
El primer gran impulso cooperativo en 9 de Julio, tuvo lugar en la tarde del 26 de noviembre de 1949, cuando en una asamblea realizada en la Cámara de Comercio e Industria, la Usina Eléctrica Popular creada diecinueve años antes dejaba de ser una sociedad anónima para convertirse en cooperativa. Para ese entonces, las autoridades municipales que eran otras habían comprendido la importancia de abrazar los ideales cooperativos y brindaron su apoyo. Así lo manifiesta, con palabras agradecidas, el discurso que esa tarde pronunció el primer presidente de una entidad cooperativa nuevejuliense, don Clemente A. Eceizabarrena.

LAS GRANDES REALIZACIONES
A partir de la constitución de la primera cooperativa, la llamada Usina Eléctrica Popular que más tarde adoptó el nombre de Cooperativa Eléctrica y de Servicios “Mariano Moreno”, pero a las claras que se trataba de una opción importante para el desarrollo de la sociedad. Apenas un par de años después, de aquella tarde histórica de 1949, esa cooperativa comenzaba prestar el servicio de energía eléctrica en la ciudad.
Con el correr de los años, en las localidades del interior, vecinos entusiastas se animaron a constituir cooperativas de servicios.
Una pionera del cooperativismo en el Partido de 9 de Julio es la Cooperativa Eléctrica de Dudignac, que hoy provee de importantes servicios a la localidad.
La Cooperativa Agrícola Ganadera de Dudignac, fundada el 21 de mayo de 1960, también representa un orgullo no sólo para esa comunidad sino para el Partido de 9 de Julio.
En 1971, la Cooperativa de Provisión de Obras y Servicios Públicos “Facundo Quiroga” comenzó sólo a suministrar el servicio de energía eléctrica en esta localidad. Una grandiosa labor realizan, en sus respectivas comunidades, la Cooperativa Agua Potable, Vivienda, Consumo y otros Servicios Públicos de Morea; la Cooperativa Eléctrica de French y la Cooperativa Eléctrica de La Niña.
Muchas de estas cooperativas, surgidas originariamente para la prestación del servicio de energía eléctrica, fueron sumando otros servicios públicos de primera necesidad, como el agua potable o la provisión de gas; y también los servicios sociales, de emergencias médicas o de sepelios, entre otros.

OTRAS COOPERATIVAS EN LA CIUDAD
La Cooperativa de Vivienda “Tres Lagunas”; sin dudas que cumple un rol muy importante y ofrece una posibilidad concreta de acceder a una vivienda a muchas familias nuevejulienses. De hecho, un barrio de la Ciudad lleva su nombre.

BANCO CREDICOOP
El Banco Credicoop Cooperativo Limitado es, desde su origen, una genuina organización cooperativa. Fue creado en 1979, por la fusión de 44 Cajas de Crédito Cooperativo, algunas con más de 60 años de trayectoria.
Credicoop es una institución sin fines de lucro que, en base al principio solidario de ayuda mutua, tiene por objeto prestar servicios financieros a todos sus asociados. Credicoop es dirigido por sus propios asociados, quienes eligen, bajo el principio de «un asociado, un voto», al Consejo de Administración. Además, cada asociado puede participar en la vida institucional del banco a través de las Comisiones de Asociados que funcionan en cada filial y que colaboran con el Consejo de Administración.
Entre las doscientas cuarenta y cuatro filiales con la que hoy cuenta Credicoop en todo el país, se encuentra la de 9 de Julio (filial 117), ubicada en la esquina de San Martín y Libertad. Credicoop es el primer banco privado de capital 100% nacional y el banco cooperativo más importante de América Latina.

 

Declaración del IMFC por el 96° Día Internacional de las Cooperativas
EL PRECIO DE LA DIGNIDAD
El Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos ha señalado desde su fundación, en noviembre de 1958, el carácter transformador del cooperativismo. Y lo sostuvo desde siempre a través de la prédica de sus valores y principios, como así también mediante la construcción de empresas pertenecientes a la economía social y solidaria.
Esta definición tiene sus raíces históricas en el nacimiento mismo de las primeras organizaciones cooperativas, cuya finalidad, al decir del historiador de los Pioneros de Rochdale, iba más allá de sus realizaciones, porque su gran objetivo era transformar el mundo.
Este sentido trascendente de la cooperación ocupa el centro de nuestras reflexiones al celebrar un nuevo Día Internacional de las Cooperativas. Una celebración que tiene lugar en el marco de un contexto histórico extremadamente complejo, signado por la incertidumbre sobre el futuro de la humanidad, con motivo de un modelo dominante que concentra la riqueza y excluye a miles de millones de personas.
Decía con acierto Floreal Gorini el 5 de julio de 1991: “A muchas personas puede parecerles una paradoja que en el momento en que un gran número de estadistas, comunicadores sociales, políticos, sociólogos y economistas proclaman el triunfo final del capitalismo y la muerte de las ideologías, hoy, aquí, un grupo de personas nos hayamos reunido para celebrar esta efemérides”. Y agregaba: “Es decir, celebrar una doctrina que proclama y lucha por las ventajas ético-sociales de una economía de servicio sin fines de lucro, antitesis de la economía capitalista. Una economía solidaria y no de competencia, que no genera una relación de explotadores y explotados que degrada a ambos.”
Al término de ese discurso memorable, Floreal Gorini finalizaba diciendo “Quienes creemos en el hombre nuevo, en la sociedad justa y libre; quienes creemos en la dignidad del hombre debemos continuar nuestra lucha, porque la lucha es el precio de la dignidad.”
Aquellas palabras resuenan con fuerza en este presente, cuyas condiciones imponen gigantescos desafíos al movimiento cooperativo. En tal sentido, cabe recordar que se requieren determinadas condiciones para que las empresas cooperativas puedan desarrollar toda su potencialidad en forma plena y permanente.
Un primer requisito es la vigencia de la democracia y el respeto por todos y cada uno de los derechos humanos, incluyendo los económicos, sociales y culturales.
La experiencia histórica de nuestro país y el mundo ha dejado en claro que los regímenes dictatoriales han impedido o directamente atacado mediante normas restrictivas y la represión física, el normal funcionamiento de las cooperativas o directamente su liquidación.
A la par de este requisito necesario, aunque no suficiente, también se necesita contar con un contexto donde las políticas públicas contribuyan -o por lo menos, no obstaculicen el desenvolvimiento de estas empresas asociativas y solidarias.
Nos referimos, por ejemplo, a la política tributaria, que debería respetar la naturaleza carente de fines lucrativos de las cooperativas.
Asimismo, sería deseable, tal como lo propuso el IMFC al momento de la reforma constitucional de 1994, que la Carta Magna incluyera en su articulado definiciones propositivas acerca del cooperativismo y el mutualismo.
La conjunción de un marco democrático y una política económica y social destinada a estimular y fortalecer el mercado interno, promover la inclusión del conjunto de la población a través del trabajo decente y mejorar la calidad de vida de todos los habitantes, constituye el escenario ideal para que florezcan las cooperativas.
Todo eso debe complementarse, necesariamente, con la educación en los valores y principios de la cooperación, tanto de los dirigentes, el personal y los asociados, como así también por medio de la difusión del ideario cooperativo y sus logros hacia el conjunto de la sociedad.
En contraposición al escenario deseable que acabamos de describir con grandes trazos, la situación actual de nuestro país en materia económica y social incide negativamente sobre las micro, pequeñas y medianas empresas, entre las cuales se incluyen infinidad de cooperativas de las más diversas ramas.
El impacto de las tarifas de los servicios esenciales, para citar tan solo un ejemplo, hace inviable la existencia de un número creciente de empresas recuperadas por sus trabajadores bajo la forma cooperativa.
Las altísimas tasas de interés imposibilitan el acceso al crédito, insumo indispensable para cualquier emprendi- miento.
Sumado a estos datos duros de la realidad, está el deterioro constante de la capacidad adquisitiva de los salarios, producto de las sucesivas devaluaciones, lo cual se ha traducido en un achicamiento sistemático del mercado interno.
Si se reduce la capacidad de compra de los trabajadores, jubilados y pensionados, las pymes y cooperativas no venden sus productos o servicios, muchas de ellas se ven obligadas a cerrar y con ello crece la desocupación y la pobreza. O sea, un escenario claramente adverso para el desarrollo floreciente de la economía en general y muy especialmente del sector asociativo y solidario.
En tales circunstancias, los cooperativistas tenemos el desafío de cumplir más que nunca con la aplicación de los principios consagrados universalmente, entre los cuales hay que prestar especial atención a dos de ellos: Educación e Integración.
Es necesario fortalecer la unidad del movimiento cooperativo junto al mutualismo, proyectando esta acción mancomunada al conjunto de las organizaciones sociales.
Hay que establecer alianzas estratégicas que permitan lograr una mayor incidencia sobre los poderes públicos.
Es indispensable garantizar la eficiencia de las empresas del sector, para seguir demostrando que además de ser necesario, es posible democratizar la actividad económica y la distribución de la riqueza.

Es necesario, finalmente, intensificar la batalla cultural para instalar los valores de la ayuda mutua y el esfuerzo propio. Y asumir, como decía Floreal Gorini, que esta lucha vale nuestros mejores esfuerzos, porque es el único camino hacia el logro de la dignidad de las generaciones actuales y futuras.
Consejo de Administración del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos Coop. Ltda.

 

SALUDO EN EL DIA DE LA COOPERACIÓN
El primer sábado del mes de julio de cada año se celebra el día Internacional y Nacional de la Cooperación, es una fecha instituida en el año 1923 por la Alianza Cooperativa Internacional, ese día –este año 7 de Julio- la Alianza, las confederaciones, las federaciones y las cooperativas de base celebran actos de fraternidad y difusión enalteciendo los objetivos del cooperativismo y los logros alcanzados, este año el lema propuesto es “Sociedades sostenibles gracias a la cooperación”.
El Consejo Asesor Cooperativo de la Provincia de Buenos Aires, órgano consultivo no vinculante que funciona en la órbita de la Subsecretaría de Emprendedores, PyMes y Cooperativas del Ministerio de la Producción, les desea a todos los cooperativistas de la provincia un feliz día demostrando que es posible crecer con democracia, equidad y justicia social.
Integra esta comisión el vecino cooperativista Omar Malondra.

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