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viernes, abril 26, 2024

Plantas y Flores: Huertas Comunitarias

Construir comunidad:
La antigua práctica de autoabastecerse con alimentos de la huerta está cada día más en auge. Hoy existen lugares de encuentro que derivan de las llamadas huertas comunitarias en diferentes barrios donde se enseñan técnicas de siembra de cosecha y cuidados del medio ambiente.
Las Huertas Comunitarias tienen el objetivo de ser un espacio integrador de mejorar la calidad de vida de las personas y el ambiente, además de generar el propio alimento. Estas huertas parecieran ser un puntapié para volver a conectarse con la vida ya que logran un efecto de empoderar a las personas mediante la experiencia de ser parte del proceso de cultivo.
Las Huertas Comunitarias tienen su origen en las ciudades industriales del siglo XIX. Los gobiernos y la iglesia proporcionaban terrenos a las clases más bajas para que pudieran generar sus propios alimentos convirtiéndose en prácticas necesarias para la subsistencia.
Además los espacios tenían como objetivo alivianar las condiciones de hacinamiento causadas por el proceso industrial. Estas actividades mejoraban la moral de los trabajadores y otorgaban una capacidad potencial de independencia a las personas a tal punto que eran temidas y controladas por las autoridades para que no llegara a generar resistencia al sistema industrial.
A lo largo de los años estas prácticas de agricultura orgánica que habían sido fundamentales para la subsistencia se fueron incorporando en las comunidades como iniciativas de proyectos municipales y barriales con talleres de huerta gratuitos y abiertos a los vecinos.
A través de esta huertas compartidas se logra un sentimiento de comunidad al facilitar un lugar de encuentro y el trabajo en grupo. Se fomenta la educación ambiental y se mejora la calidad de vida de las personas por el acceso a alimentos frescos y ecoló- gicos. Se genera un sentido de pertenencia y responsabilidad del espacio por parte de los que habitan el barrio. También se suman a las enseñanzas de agricultura urbana proyectos de ciudadanos que brindan talleres con precios accesibles para concientizar sobre el cuidado del ambiente y encontrar nuevas maneras de relación a través del trabajo con las manos en la tierra. En nuestro país hay gran cantidad de proyectos emparentados con el concepto original de huertas comunitarias que brindan talleres de huerta en lugares que estaban en desuso que ahora cobran vida y color con los cultivos de estación y el trabajo con otros. Estas prácticas están dirigidas por entusiastas que promueven el cuidado del medio ambiente y del bienestar personal y coinciden en la importancia de volver a conectarse con uno mismo.
Si bien en cada huerta hay maneras diferentes de trabajar en la producción, todas comparten un punto en común: el trabajo grupal y su incidencia en lo personal.
Huerta comunitaria y demostrativa en el Colegio Marín
Hace 5 años del Colegio Marín (ubicado en Beccar) sería un espacio de 100 metros cuadrados para construir una huerta. El proyecto fue impulsado por el ingeniero Nicolás Laffatigue y el docente del colegio Eduardo Barata, todavía hoy dos grandes colaboradores del lugar. Además este proyecto es sostenido por Pro Huerta y la Municipalidad de San Isidro.
Silvia Aslanides capacita- dora y promotora de Prohuerta es quien está a cargo de los talleres y de la propia huerta. Los talleres son gratuitos y abiertos al público adulto. Son clases teóricas y prácticas que no exigen conocimientos previos. Una parte de la producción se destina a la venta y recaudación de los fondos, otra parte se asigna para el comedor y el geriátrico que dependen del colegio y el resto se reparte equitativamente entre los voluntarios que allí trabajan. También se autoabastecen y producen sus plantines para completar el ciclo de la huerta.
Además se recibe a los alumnos de la institución quienes aprenden sobre la siembra y la cosecha y se capacita a los promotores del programa Pro Huerta en los aspectos prácticos del cultivo y a docentes del municipio de San Isidro.
El brote urbanoubicado en CABA
Este es un proyecto fundado en 2012 por Johanna Sapoznik en el que se brindan talleres de Huerta urbana precios accesibles además de otros sobre alimentación, jardinería y fitopreparados también hacen delivery de bolsones orgánicos y agroecológicos curso y armados de Huerta. La misión de El brote urbano es brindar herramientas a través de la educación para lograr cambios positivos en lo social y en lo ambiental.
Huerta de Puerto libre
Esta Huerta se ubica dentro del predio de Puerto libre sobre la costa del Río de La Plata en Martínez a principios de 2017 comenzó el taller de Huerta dos veces por semana para residentes del municipio mayores de 60 años.
En un espacio de 30 metros por 60 donde se produce todo tipo de verduras para consumo de quienes asisten a los talleres y se está dando forma a un pequeño vivero para auto- abastecerse en la huerta.
Las clases teóricas y prácticas están a cargo de Constanza Sabogal (terapeuta hortícola) y Manuela Menéndez (terapista ocupacional).
«El enfoque no es solamente productivo sino que se busca promover un espacio de intercambio donde se generen emociones y sensaciones positivas.
La huerta te enseña a tener paciencia respetar el momento que corresponde y a cuidar las plantas. El trabajo en la tierra produce una transformación mágica a nivel mental y espiritual. Y trabajar en equipo es fundamental porque solos esto no sería posible» comenta Silvia aslanides.

EN 9 DE JULIO
9 de Julio cuenta con el Programa Pro Huerta de INTA desde hace varios años, a través del cual se dictan charlas y cursos orientando y alentando a la comunidad a la práctica de la huerta.
Así también un grupo de Huerteros/ras, mensualmente se ubican en Plaza Belgrano ofreciendo sus productos como verduras y hortalizas de estación.

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