«La señora que ven en esta foto es mi mamá, Estela Ottaviani, a pesar de que ya no está entre nosotros físicamente verán que escribí en presente porque para nosotros sigue acompañándonos.
Estuve pensando mucho si escribir o no esto, pero finalmente me decidí porque su muerte no puede y no debe quedar impune.
La ciudad de Nueve de Julio en materia de tránsito se ha convertido en tierra de nadie, todos hablamos mucho pero NADIE hace nada. Las motos parecen ser un tema inmanejable, pero la culpa la tenemos nosotros los adultos por permitir que nuestros hijos hagan y deshagan a su antojo como podemos ver todos los días a chicos circulando a alta velocidad, sin las medidas de protección para con ellos mismos y ni hablar de que tengan precaución con los demás.
Retomando el título hago un pedido de justicia porque mi vieja fue víctima de un imprudente, que a muy alta velocidad la atropelló cuando ella estaba cruzando en la esquina y a un paso de llegar a la vereda.
Lamentablemente después de pelearla un mes en terapia se convirtió en un ángel.
Tengo muchas fotos, pero no es casual que haya elegido esta, la elección tiene que ver con que ella era así. Quien tuvo la posibilidad de conocerla sabe que ella siempre estaba con una sonrisa, no existía un no, ya sea para hacer algún mandado a alguien como también hacerle compañía si lo necesitaba. No se merecía toparse con un inconsciente.
Sociedad! despertemos no podemos seguir en este letargo de permitir que todos los días ocurran hechos similares y simplemente decir uno más, naturalizando la situación, que de natural no tiene nada».
* Nota escrita por Flavia Guerriere, publicada en Facebook. La autora es hija de Estela Ottaviani fallecida el 1º de abril, un mes después de haber sufrido un accidente que tuvo un trágico desenlace.
