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Nueve de Julio
viernes, abril 26, 2024

La historia a través de las fotografías

ALSINA30
Por Héctor José Iaconis
La fotografía, desde su surgimiento, no solamente como expresión artística en sí misma, sino también como medio documental por excelencia, ha estado al servicio de otras expresiones del arte. La imagen que hoy publicamos, que para algunas puede resultar conocida, pues se la reprodujo no pocas veces en libros y manuales escolares, es un retrato del doctor Adolfo Alsina, fundador del Partido Autonomista Nacional, vicepresidente durante el gobierno de Sarmiento y ministro de Guerra y Marina de Avellaneda.
Esta fotografía, gelatina de plata monocromática, tomada por un fotógrafo aficionado, reproduce, en realidad, un cuadro al óleo sobre tela. Aquí, una vez más, la técnica fotográfica nos permite preservar y difundir una obra única.

ALSINA EN 9 DE JULIO
En 1877 Adolfo Alsina era una de las figuras más populares e influyentes en el país. Fundador y adalid del Partido Autonomista Nacional, se perfilaba como el más probable sucesor de Avellaneda en la presidencia de la Nación.
Hacia los últimos meses de 1877 Alsina, siendo Ministro de Guerra, se propuso recorrer algunos fortines ubicados en la línea frontera con el indio. El 29 de octubre se dirigió hacia la primera línea y, con algunas escalas en Buenos Aires, para diciembre se hallaba cerca del comando militar de Trenque Lauquen.
Poco antes había comenzado a sentirse enfermo. De acuerdo con la estimación realizada por los médicos de Guaminí y de Bragado podría haberse tratado de una intoxicación; otros, sin embargo, entendieron que era otra enfermedad que lo venía aquejando, más levemente, desde hacía doce años.
Al recrudecer el mal y sentirse grave, decidió emprender desde la frontera el viaje de retorno a Buenos Aires. En el trayecto hasta Bragado, donde abordaría un tren especial, el 24 de diciembre de 1877, el carruaje de Alsina atravesó el pueblo de 9 de Julio.
El historiador Buenaventura Vita, quien recibió la referencia directa de labios de su padre, narró el acontecimiento: “Esa noche, la que como estival era serena pero en extremo calurosa, siendo así como las nueve y media, entró por el oeste del pueblo, enfilando por el boulevard Montevideo [hoy Avenida Mitre], una de esa ‘volantas’ militares, la que iba tirada a la ‘cincha’ por cuatro caballos, siendo los postillones soldados de caballerías”.
“Al llegar -prosigue Vita- ese carruaje a la esquina de la calle Santa Fe, se detuvo frente a la casa que miraba al Sud. Descendiendo del caballo uno de los postillones, llamó a la puerta de la misma para pedir agua fresca. Francisco Vita atendió el requerimiento y al traer el agua, el soldado, la pasó a los ocupantes del interior de vehículo”.
En ese momento, Francisco Vita, pudo ver en el interior la presencia de dos pasajeros, “uno de ellos recostado sobre mantas que formaban una almohada y sobre la que apoyaba la cabeza”. Intrigado, preguntó al soldado sobre quienes viajaban y éste le respondió que se trata del Ministro de Guerra quien, “gravemente enfermo, regresaba acompañado por su médico”.
“Sin pérdida de tiempo –termina de relatar Buenaventura Vita-, después de haber apagado la sed que devoraba al enfermo por la alta temperatura que tenía, el coche volvió a ponerse en marcha en camino al pueblo de Bragado”.
Francisco Vita, enseguida, avisó del hecho a algunos referentes locales del Partido Autonomista, entre ellos a Nicolás L. Robbio, quienes se pusieron en camino para escoltar a su líder hasta el destino. La velocidad que llevaba al coche del Ministro impidió que los nuevejulienses lo alcancen.
Cinco días después de su paso por 9 de Julio, Alsina, dejó de existir en Buenos Aires, cuando contaba cuarenta y ocho años de edad.

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