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Nueve de Julio
viernes, abril 19, 2024

¿Qué pasa con las raíces de los árboles de las veredas?

raicesdelosarboles24

** Espacio coordinado gentilmente por Nélida Spinetta de
Secreto

En la visita que realizó, días pasados la Paisajista
Clara Billoch se refirió a los inconvenientes que
ocasionan las raíces de algunos árboles que son
colocados en las veredas y en algunos jardines
La vida útil del árbol urbano, especialmente en el
espacio del viario, es corta. La renovación es, y debe
ser, la práctica habitual, sustituyendo ejemplares y
conjuntos envejecidos por nuevas plantaciones. Pero
determinados ejemplares y determinadas arboledas pueden
y deben ser objeto de un tratamiento especial,
anteponiendo su conservación a la lógica de la
funcionalidad y de los costos. Estos son los árboles
singulares.
El arbolado de alineación constituye un factor de gran
importancia para la calidad de vida de los habitantes de
una ciudad. Mejora aspectos ambientales, crea entornos
vi- sualmente agradables y contribuye a que la vereda
sea un espacio de encuentro social, entre vecinos y de
juego para los más chicos.
Sin embargo debemos reconocer que su presencia en un
ambiente que no es propio –donde debe coexistir con
edificaciones, cableados aéreos, instalaciones
subterráneas, asfaltos y veredas- puede ocasionar y
ocasiona inconvenientes. Una adecuada gestión del
arbolado urbano implica prevenir estos posibles
perjuicios evitando que se produzcan.

Muchos de estos inconvenientes están asociados al
desarrollo del sistema radicular de los árboles.
Investigadores como Raim- bault han estudiado el
desarrollo de la estructura radicular de las especies
arbóreas, estableciendo distintas fases o estadios. Los
catálogos de Árboles Singulares acogen ejemplares
aislados o conjuntos de árboles, públicos o privados,
excepcionales por su edad, porte, belleza, rareza, etc.
Mediante la normativa y la declaración correspondientes,
se les aplica un régimen especial de atención y
conservación.
1. Desarrollo y envejecimiento. La pasada década ha dado
una producción notable de trabajos teóricos y prácticos
en arbori- cultura, de enorme trascendencia, que han
sacudido los cimientos de la arbori- cultura clásica.
2. Comportamiento y caracterización del árbol joven y
vigoroso. El árbol joven muestra unas capacidades de
crecimiento y recuperación muy altas. Como árbol urbano
presenta ventajas indudables (capacidad de instalación y
crecimiento en situaciones precarias, resistencia a
agresiones y plagas, sistema radicular muy activo,
etc.), pero también algunos posibles inconvenientes
(crecimiento invasivo de copa y raíz, etc.). No siempre
el árbol joven es un árbol vigoroso. Una combinación de
mala calidad de la planta y pobres condiciones del suelo
dará como resultado árboles jóvenes raquíticos durante
muchos años. Alteraciones graves en el suelo, agresiones
graves en tronco o en copa, podas exageradas, serán la
causa de debilidad, pasajera o crónica, de árboles
jóvenes. El árbol joven vigoroso se comporta como tal:
fuerte crecimiento en copa y en raíz, grandes
elongaciones anuales, amplios crecimientos anulares en
la madera, fuerte tendencia a la verticalidad y a la
dominancia de un eje central.
En la práctica, el suelo urbano sufre de: Compac-
tación: el suelo urbano carece de los mecanismos
constantes de aireación propios del suelo forestal
natural, sufriendo una compactación progresiva.
Limitación a la incorporación de aguas pluviales: la
modernización y extensión de los pavimentos supone la
impermeabilización del suelo urbano frente a las aguas
de lluvia. Alteraciones del entorno: pavimen- taciones,
zanjas, obras de todo tipo, alteran constantemente el
suelo urbano, afectando al suelo y las raíces del
arbolado. Agresiones accidentales: las propias obras y
los accidentes de tráfico causan un buen número de
agresiones, especialmente a los troncos. Podas abusivas:
actualmente es bien conocida la relación directa entre
podas abusivas y pudriciones de estructuras, entendiendo
por podas abusivas los cortes de ramas de más 8 cm. de
diámetro. Todo esto afecta más a los árboles viejos, que
acumulan durante su larga vida alteraciones y lesiones.
A otro nivel, la constante presencia de bienes humanos y
materiales hace que la detección, valoración y reducción
de riesgo se esté convirtiendo en una de las principales
preocupaciones de los responsables del arbolado urbano,
especialmente si a una altura y peso importantes se suma
una estructura dañada o envejecida, como suele ser
frecuente en los árboles singulares.
3 Elementos de gestión del arbolado monumental urbano.
La consideración de monumentalidad y excepcionalidad
debería ser temprana, antes de que los árboles llegasen
a la vejez, pues la propia excepcionalidad de la gestión
puede hacer que la entrada en vejez tarde más en darse,
o se produzca de una manera más leve y llevadera.
Las nuevas pavimenta- ciones, o la mejora de las ya
existentes, tendrán un efecto fatal sobre el arbolado
existente, salvo, si acaso, si éste es muy joven y
vigoroso. Si el suelo se demuestra pobre y com- pactado,
se buscará su recuperación mediante la implantación de
un acolchado y de un riego controlado. Los resultados
serán tanto más lentos e inciertos cuanto peor sea el
estado del árbol y más avanzada su etapa de desarrollo.
A veces se suma un deterioro progresivo de las
condiciones del suelo, con el descenso de vigor del
árbol maduro, adelantándose la entrada en vejez

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