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viernes, abril 26, 2024

Después de muchos años, ex alumnos se encuentran con su maestra

[18 de abril de 2011] En la tarde del sábado último, tuvo lugar un emotivo reencuentro entre la docente nuevejuliense (actualmente radicado en Buenos Aires), María del Carmen Viola («Negrita») y sus ex alumnos de la Escuela Nº 11, Paraje «Las Doce» de Guastini, en el Partido de 9 de Julio. En la oportunidad, Susana Mabel Martínez, María Celestina Iriarte, Cristina Hilda Martínez, Luis Iriarte, Lucía Norma Gallo, Elizardo Rocca, Santiago Gallo, Jorge Rizzi, María Elena Gallo, Adolfo Omar Iriarte, Graciela Noemí Maestrutti y Ana María Rocca demostraron toda clase de afectos y reconocimiento a su primera maestra, en aquella escalita rural.

En diálogo con EL 9 DE JULIO, María del Carmen Viola recordó aspectos de su paso por la escuela de Paraje “Las Doce”.

«Estoy muy emocionada –manifestó- de ver a todos mis alumnos, a quienes amo y siempre los recuerdo. Esa fue mi primera escuela, siete año que fueron inolvidables».

María del Carmen recuerda que, « en esa época, la escuela contaba con veitiséis  alumnos, atendida por una sola maestra que hacía las veces de secretaria, docente y portera; en invierno se cursaba en el turno tarde y hacia la primavera en turno mañana».

«En la escuela normal –añadió- donde trabajo actualmente, en cierta oportunidad, me convocaron para que al nivel terciario les dé mi testimonio sobre las escuelas rurales; y precisamente les hablé de esta escuela rural, la única y más linda que tuve».

María del Carmen («Negrita»), luego de contraer matrimonio se radicó en Buenos Aires. Allí trabajó como vicedirectora en varios establecimientos, jubilándose en ese cargo en una escuela de Ramos Mejía. Aunque jubilada, continuó trabajando en una escuela normal.

En la época en que María del Carmen era directora, la escuelita no tenía nombre. “Entonces –refiere- escribí al Ministerio de Educación y solicité que se le imponga el nombre de Ejército de los Andes, como un homenaje a un prócer que admiro mucho, el general José de San Martín y la epopeya del ejército libertador».

Son muchas las anécdotas que la docente recuerda. En su encuentro con sus ex alumnos comenzaron a fluir las imágenes del pasado, de hechos simpáticos y divertidos.

“Con frecuencia –narra María del Carmen- nos visitaba la inspectora del distrito y, en cierta oportunidad, enterada que iba en mi coche hasta la escuela me pidió que la llevara para conocerla y ver cómo estábamos trabajando. Ese día había llovido mucho y, por consiguiente, decidí cambiar de camino con tan mala suerte que nos quedamos encajadas en una laguna, prácticamente durante toda la tarde. Con ayuda de una camioneta y la solidaridad de algún vecino pudimos salir de la laguna pero no fue posible llegar a la escuela. Entonces la inspectora solía decirme, en broma: ‘- Me lo hiciste a propósito’».

Ana María Rocca, una de sus alumnas recuerda que « la señorita siempre iba impecable, con su guardapolvo blanco reluciente, sus ojos delineados, los labios rosa, tacos de aguja y un perfume siempre dulce». Del mismo modo, María Celestina Iriarte, recuerda que « siempre iba con sus manos con aroma perfume y nos llenaba de alegría».

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