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viernes, abril 26, 2024

Entre Plantas y Flores Fertilización

Para tener en cuenta
Todo lo que hay que conocer sobre la nutrición de las plantas y los fertilizantes apropiados para suplir las carencias que ellas manifiesten.
Cómo se alimentan las plantas. El laboratorio interno
Las plantas fabrican su propio alimento gracias a la capacidad de la clorofila para realizar fotosíntesis, o sea “fabricación mediante la luz”. Esto lo hacen, como todos sabemos, a partir del dióxido de carbono, el agua y la energía lumínica del sol.
La mayor parte de las estructuras vegetales están compuestas por carbono, oxígeno e hidrógeno. Las plantas no precisan suministro extra de estos elementos, ya que los tienen en abundancia provistos por el agua y el aire.

LOS NUTRIENTES
Además de los elementos químicos citados, existen otros que tienen mucha menor participación en volumen, pero que son esenciales para que la fotosíntesis se realice.
Estos elementos llamados nutrientes, pueden ser limitantes y la planta acusa síntomas ante su carencia. Llegan a la planta  disueltos en el agua del suelo o, o en el caso de las epífitas en la humedad ambiente. De todos ellos, los que son necesarios en mayor cantidad son llamados macronutrientes: nitrógeno, fósforo, potasio, magnesio y calcio.
Los micronutrientes u oligoelementos son imprescindibles también aunque en proporciones mucho menores. Los más importantes son: hierro, azufre, manganeso, cobre, molibdeno, zinc y boro. Es innecesario y escapa a este artículo detallar la función, los síntomas de carencia y los modos de suministro de cada uno de ellos. En esta nota hablaremos sólo de aquellos que es necesario reponer de modo más frecuente.
El nitrógeno es el más preciado de los macronutrientes.  Estructuralmente integra los tejidos activos de crecimiento y los embriones de las semillas.
Funcionalmente es esencial para la fabricación de clorofila, ya que es parte de su fórmula química.
El núcleo de la clorofila lo constituye un átomo de magnesio, también esencial pero en menor medida.
Hierro, cobre y zinc participan en la formación de las enzimas que catalizan el procso de formación de  clorofila. Cuando faltan, aparecen los efectos enseguida.
Todos estos elementos, involucrados en la formación de clorofila, son necesarios para que la planta se vea verde y vital. Por lo tanto, cualquier deficiencia de alguno de ellos ocasiona “clorosis” término empleado para indicar “amarillamiento por falta de clorofila”.

EL SUELO
Las plantas necesitan que el suelo retenga todos estos elementos esenciales, que no se laven con el riego y que estén disponibles para ser absorbidos cuando ellas los requieran. Según el tipo de suelo, estas condiciones se verán favorecidas o dificultadas. Entonces, empecemos por reconocerlos.
Los suelos pesados o arcillosos retienen el agua y los nutrientes, pero se inundan con facilidad no drenan en forma adecuada e impiden la correcta aireación de las raíces.
Los suelos livianos o arenosos en cambio, no retienen el agua ni los nutrientes, se secan fácilmente drenan muy rápido y dejan poco agua disponible para las plantas. Entre ambos extremos hay una gran cantidad de suelos intermedios, con capacidades mixtas.
En los suelos alcalinos con pH  menor a 7 sea por la presencia de sales o por los restos de cal de construcción, se produce un bloqueo del hierro, manganeso, boro y zinc. Se forman complejos insolubles que atrapan estos nutrientes, que así dejan de estar disponibles para las plantas.
Los suelos de acidez elevada con pH mayor a 7, también deben corregirse para mejorar la disponibilidad de nutrientes. En la práctica, se producen acidificaciones en suelos de partículas muy finas, con poca materia orgánica, densos y constantemente húmedos, donde aparece con frecuencia el musgo conocido como verdín. En este caso los nutrientes afectados son nitrógeno, fósforo, calcio y magnesio, que se bloquean en suelos con pH  ácido y recién alcanzan su máxima eficiencia en pH 7 cercano a la neutralidad o muy levemente ácido. Por otro lado la solubilidad del aluminio, hierro y magnesio aumenta en este tipo de suelos, pudiendo alcanzar niveles tóxicos para los vegetales.

MATERIA ORGANICA
La materia orgánica, en cualquiera de sus formas de origen (estiércol o guano, aserrín, viruta, hojarasca, turba, compost) es un corrector prácticamente universal de los suelos: airea los pesados, aglutina los livianos y aumenta le retención de agua y nutrientes.
Toda materia orgánica fresca es fermentable o inestable. En la naturaleza es trasnformada por los microorganismos mediante un proceso que conduce a su estabilización, formándose el humus.
El humus es un compuesto muy activo, constituido por largas cadenas orgánicas con gran capacidad química de intercambio, una importante carga microbiana, y con gran potencialidad para provocar la formación de más humus cuando entra en contacto con materiales orgánicos frescos. El humus es estable no fermenta no se degrada, equilibria el suelo, retiene y cede nutrientes de manera magistral es ideal para las plantas.
(continuará)

FERTILIZANTES

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