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sábado, abril 20, 2024

El Biotecnólogo Juan Martín Sendoya participó de una importante investigación

El nuevejuliense Juan Martín Sendoya, Licenciado en Biotecnología (Universidad Argentina de la Empresa), se encuentra formando parte de distintas investigaciones. Se comprometió a trabajar y hacer su aporte en relación al cáncer de mamas. Sendoya integró un equipo multidisciplinario compuesto por profesionales de áreas muy diversas.
Ese proyecto -realizado con una beca del Instituto Nacional del Cáncer- se tituló “Caracterización genómica de biopsias de cáncer de mama de pacientes argentinas: correlación con variables clínicas, epidemiológicas y de ancestría”, y fue parte de un gran proyecto internacional de la Red de Investigación de Cáncer de Estados Unidos y Latinoamérica (US-LACRN) denominado “Perfil molecular de cáncer de mama en estadio clínico II y III en mujeres latinoamericanas que reciben tratamiento estándar de referencia”.

JUAN MARTIN SENDOYA
Juan Martín Sendoya tiene 26 años, es oriundo de la ciudad de 9 de Julio, hijo de Carlos Alfredo Sendoya y Ana María Mastrocésare. Juan hizo la primaria en la Escuela Normal Superior (de Comercio) y continuó sus estudios secundarios en el Colegio Marianista San Agustín. En 2008 se mudó a Buenos Aires, donde reside actualmente. Allí se graduó de Licenciado en Biotecnología en la Universidad Argentina de la Empresa, que en virtud de su desempeño académico le entregó el Diploma de Honor.
Hoy en día, realiza su tesis de doctorado en el Laboratorio de Terapia Molecular y Celular de la Fundación Instituto Leloir, cuyo director es el Dr. Osvaldo Podhajcer. El laboratorio investiga ciertos tipos de cáncer en busca de genes o mecanismos tumorales que puedan utilizarse para mejorar el tratamiento de los pacientes, ya sea como indicadores de la respuesta a tratamientos, o bien como nuevos blancos terapéuticos para atacar al cáncer. Allí, Juan se involucra en proyectos de investigación sobre cáncer de mama y cáncer colorrectal, que buscan conocer los aspectos genéticos de estas enfermedades en nuestra población, para intentar mejorar el tratamiento de los pacientes argentinos.

DIALOGO CON «EL 9 DE JULIO»
-En primer término, ¿en qué consiste tu labor como biotecnólogo del Instituto Leloir?
– La Fundación Instituto Leloir es un centro de investigación cuya misión es la producción de conocimiento científico en las áreas de Bioquímica y Biología Molecular, y al mismo tiempo la formación de jóvenes investigadores, que pueden realizar su tesis de Licenciatura, Doctorado, Posdoctorado y posteriormente presentarse a la carrera de investigador del CONICET.
En este momento, yo estoy realizando mi doctorado en el instituto, me estoy formando gracias a una beca que me otorgó el CONICET. Mi proyecto de doctorado investiga al cáncer rectal en nuestro país. Este tipo de cáncer es un gran desafío médico, debido a que en promedio solamente un 15 % de los pacientes logra una respuesta completa al tratamiento de radioquimioterapia estándar. El resto tiene respuestas parciales, o bien no responde, y no está claro por qué pasa eso. Y ahí entra nuestra investigación: nosotros hipotetizamos que sería posible predecir quién se va a beneficiar del tratamiento y quién no, analizando las características genéticas de cada tumor, y esto podría ayudar a seleccionar la mejor estrategia terapéutica para cada paciente. Este enfoque de personalizar el tratamiento teniendo en cuenta el perfil genético del paciente se conoce como “medicina de precisión”, y cobró mucha fuerza en los últimos años.

-¿De qué manera te llegó esta posibilidad de ser becario de investigación del INC?
– Apenas ingresé en el laboratorio, me había recibido recientemente y quería conocer cómo era trabajar en investigación antes de tomar la decisión de embarcarme en un doctorado, que en Argentina dura 5 años. Así es que tomé conocimiento de unas “becas de formación inicial en investigación” que ofrece el Instituto Nacional del Cáncer (INC).  Estas becas son de un año de duración, para proyectos más cortos que un doctorado, y están acompañadas de cursos donde el becario puede comenzar a formarse en aspectos primordiales que hacen a la investigación científica. Los candidatos presentan un plan de trabajo de investigación a un año, sus antecedentes académicos y proponen un director para que los guíe en su formación científica. Así fue que en 2014 nos presentamos con mi directora, y resulté beneficiado con una de las becas para formación inicial.

– ¿En qué consiste la experiencia y la investigación de la que participaste recientemente sobre la realidad del cáncer de mamas?.
– La beca del INC me permitió dar mis primeros pasos en el mundo de la investigación, donde pude conocer en detalle la forma de trabajar en un laboratorio,  vivir de cerca el arduo trabajo de los profesionales de la salud y la realidad del cáncer de mama en nuestro país, profundizando mi compromiso con esta problemática. Pude ser parte de un equipo multidisciplinario compuesto por profesionales de áreas muy diversas  (oncólogos, patólogos, cirujanos, epidemiólogos, bioinformáticos, etc.) con las oportunidades y desafíos que eso conlleva, y me ayudó a tener un panorama  amplio de lo que implica hacer investigación clínica en cáncer. Estoy aplicando gran parte de lo que aprendí durante esa beca a mi proyecto de doctorado actual.
Ese proyecto de un año que hicimos durante la beca INC se tituló “Caracterización genómica de biopsias de cáncer de mama de pacientes argentinas: correlación con variables clínicas, epidemiológicas y de ancestría”, y fue parte de un gran proyecto internacional de la Red de Investigación de Cáncer de Estados Unidos y Latinoamérica (US-LACRN) denominado “Perfil molecular de cáncer de mama en estadio clínico II y III en mujeres latinoamericanas que reciben tratamiento estándar de referencia”. En ese proyecto analizamos los “perfiles de expresión de genes” en muestras de cáncer de mama: para decirlo muy simple, investigamos qué genes estaban “prendidos” o “apagados” en muestras tumorales, en comparación con las células “sanas”. Luego, buscamos asociar esa información molecular con información clínica y epidemiológica de las pacientes, para conocer si el cáncer de mama en nuestra población se comporta igual que en otras poblaciones, o si hay características moleculares que son “locales” y que podrían ser importantes para lograr un tratamiento más preciso.
– ¿Qué significa para vos hacer este aporte en un tema tan importante como el cáncer?
– Significa mucho para mí poder hacer mi humilde aporte al conocimiento sobre este conjunto de enfermedades tan complejas, que se lleva tantas vidas. Cuando voy al hospital con el que colaboramos para mi proyecto de doctorado, el Hospital de Gastroenterología Udaondo, y veo a los pacientes en su lucha, reafirmo mis ganas de seguir aplicando lo que aprendí para intentar mejorar aunque sea mínimamente un panorama tan difícil, desde mi lugar de científico. Si bien muchos grupos de investigación en el mundo estudian el cáncer, nuestra población no está tan explorada, no se conoce a fondo el “paisaje molecular” del cáncer en nuestra región, y es fundamental que esto empiece a cambiar.

– ¿Este trabajo va a continuar en otra etapa?
– El proyecto internacional de cáncer de mama en el que estaba inmerso mi trabajo con la beca INC ya está en la recta final. Estamos en la fase de análisis de los datos de todos los países latinoamericanos que participaron, y esperamos poder publicar los resultados de la investigación para el año que viene.
Mi proyecto de doctorado está en una etapa más temprana. Ahora estamos iniciando los análisis genómicos a partir de muestras de pacientes con cáncer rectal, con lo cual nos quedan unos años más para reunir suficientes datos que nos permitan intentar responder nuestras interrogantes. Ya les contaré cuando tengamos algún avance.

– ¿De ahora en más esta participación te abre nuevas posibilidades profesionales?
– Actualmente, tengo dedicación casi exclusiva a mi tesis doctoral, pero en el laboratorio surgen nuevos proyectos constantemente, y tengo la suerte de participar en algunos. Ciertos aspectos que se aprenden en una investigación pueden aportar soluciones en otra diferente, y en el laboratorio se valora mucho el trabajo en equipo, que en mi opinión es la única manera de que podamos avanzar en estos temas.

JUANMARTINSENDOYA14

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