Viviendas particulares, establecimientos empresariales, organismos públicos y muchas calles de la ciudad quedaron con las huellas de lo que se constituyó en un desastre meteorológico. La temperatura fue agobiante ese día. Llegó a los 37/38 grados centígrados. El cielo en horas de la tardecita se cubrió totalmente, y todo hacía pensar que se cumpliría el pronóstico de precipitaciones pluviales intensas. Fue más que eso. Nubarrones negros y el viento que comenzó a incrementar su velocidad se convirtieron por algunos minutos en una verdadera furia. Las piedras, en buen porcentaje, superaron el tamaño de un huevo de gallina. En otros, alcanzaron la dimensión de un “mate tipo calabaza”, graficó un lector.
Volvió a emerger el espíritu solidario, en Trenque Lauquen, para colaborar con los vecinos y entidades afectadas, mientras que Bomberos Voluntarios debió responder a 37 solicitudes. La Cooperativa de Electricidad trabajó intensamente para restablecer el servicio que se interrumpió en algunas zonas.
No hay aún una evaluación de los montos que esta situación provocará en pérdidas.
Nuestra redacción realizó una recorrida por la red Facebook y rescató muchas fotografías. Mientras tanto, se produjeron algunas propias y otras fueron aportadas por colegas y colaboradores a través del wsp.
